Jugadores de ventaja
LA PELEA que con tanto estr¨¦pito y algarab¨ªa ha enfrentado en los dos ¨²ltimos a?os al fisco y a los famosos Lola Flores y Pedro Ruiz est¨¢ a punto de concluir ante los tribunales tras un proceso dominado por la confusi¨®n, la demagogia y los excesos verbales. El humorista se ha librado por los pelos de sentarse en el banquillo por la comisi¨®n de un delito fiscal. La justicia ha determinado que lo defraudado -7,6 millones de pesetas en tres ejercicios fiscales- no alcanza el m¨ªnimo de cinco millones por a?o que el C¨®digo Penal exige para que la defraudaci¨®n tenga car¨¢cter delictivo. La cantante no ha podido eludir el juicio p¨²blico y ayer compareci¨® ante la Audiencia de Madrid acusada de defraudar a la Hacienda p¨²blica 52 millones de pesetas.Aunque con resultado por el momento desigual en el terreno de la justicia, ambos casos se prestan a parecidas consideraciones. Su condici¨®n de famosos ha servido a la Hacienda p¨²blica como elemento ejemplificador en la persecuci¨®n de una conducta tan antisocial -sea cual sea su tipificaci¨®n delictiva- como la de dejar de pagar los impuestos correspondientes. Pero los propios afectados, que se han quejado de ser v¨ªctimas de esa persecuci¨®n selectiva, no han dudado en echar mano en defensa propia de esa misma condici¨®n. Y para ello han utilizado todas las armas que les pon¨ªa a mano su popularidad, hasta llegar, como en el caso del humorista, al esperpento de presentarse a s¨ª mismo como un ejemplo a imitar. Los ciudadanos se han visto cogidos as¨ª entre dos fuegos: por un lado, la sospecha de que Hacienda utilizaba la sanci¨®n de conductas fiscalmente insolidarias de personajes famosos como escarmiento vara descarriados y como elemento de distracci¨®n de la atenci¨®n p¨²blica ante otros casos mucho m¨¢s importantes y generalizados de fraude fiscal; y por otro, la pretensi¨®n de ¨¦stos de exculpar su actuaci¨®n como respuesta justa e ineludible al acoso de un voraz, dilapidador e inquisitorial fisco.
La defraudaci¨®n de s¨®lo 7,6 millones de pesetas habr¨¢ ahorrado a Pedro Ruiz el trago de sentarse en el banquillo, pero deja al descubierto su p¨¦simo comportamiento como contribuyente. Lola Flores podr¨¢ escapar de la condena si el tribunal atiende sus alegatos sobre la penuria de su econom¨ªa dom¨¦stica, pero no podr¨¢ convencer a nadie de que ha obrado correctamente olvildando la declaraci¨®n de sus ingresos durante cuatro a?os. Ni el exceso de gasto p¨²blico, ni los despilfarros de gesti¨®n, ni los deficientes servicios p¨²blicos pueden amparar este tipo de actuaciones cuando, adem¨¢s, la carga impositiva es soportada abrumadoramente por los millones de asalariados obligados a la disciplina fiscal en raz¨®n del origen de sus rentas. Ciudadanos, por otra parte, que no disponen de ning¨²n recurso de notoriedad para eludir esa obligaci¨®n social.
Tampoco puede dejarse de denunciar la culpa que le corresponde a la Hacienda p¨²blica en la creaci¨®n del clima de crispaci¨®n y de temor con que los ciudadanos espa?oles han descubierto la dimensi¨®n fiscal del Estado moderno. La inseguridad jur¨ªdica en la que en estos momentos se mueve el contribuyente espa?ol es pat¨¦tica, y quienes la han propiciado o no han querido o sabido corregirla a tiempo siguen en sus cargos p¨²blicos como si nada les afectase. La deficiente precisi¨®n legislativa, la indefinici¨®n legal, el recurso a m¨¦todos amenazantes y a veces dudosamente constitucionales y la indefensi¨®n pr¨¢ctica del contribuyente son aspectos preocupantes que perviven en el sistema tributario espa?ol. Acabar con ellos no s¨®lo es euesti¨®n de alternativas pol¨ªticas; tambi¨¦n es tarea de los ciudadanos, que tienen en sus manos los instrumentos legales y pol¨ªticos de la democracia y la posibilidad de crear estados de opini¨®n. Lo que resulta inaceptable es que alguien pretenda hacer creer a los contribuyentes que lucha contra tales defectos no pagando a Hacienda. Tal actitud no deja de ser una tomadura de pelo a los millones de ciudadanos que cumplen con sus deberes fiscales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.