Los consumidores y el Ayuntamiento
De las m¨²ltiples urgencias que este pa¨ªs tiene planteadas, hoy d¨ªa, para entrar de lleno en la tercera revoluci¨®n industrial, quiz¨¢ pocas sean tan perentorias y encuentren tanto eco en la sensibilidad de nuestros ciudadanos como los asuntos concernientes al consumo y a los derechos de los consumidores.La escasa transparencia del mercado sit¨²a al consumidor en una situaci¨®n de claro desequilibrio, en la que el fraude, el abuso, la manipulaci¨®n y la agresi¨®n. constante a sus derechos se han convertido en pr¨¢ctica casi cotidiana del aparato productivo-distributivo.
Sin embargo, hay hechos, datos y acciones que, junto con el creciente desarrollo legislativo en este tema, invitan a un cierto optimismo.
En primer lugar, es preciso destacar el cambio radical que se ha producido en la percepci¨®n que tienen los ciudadanos del fen¨®meno del consumo. El alto ¨ªndice de denuncias (casi 50.000 se registraron durante el a?o pasado en la Oficina Municipal de Informaci¨®n al Consumidor de Madrid), una menor asociaci¨®n a temas de alimentaci¨®n 3, un aumento de las reclamaciones en el sector de servicios p¨²blicos y privados, una mayor demanda de informaci¨®n..., indican claramente que el consumidor es cada vez m¨¢s consciente de sus derechos y que est¨¢ dispuesto a ejercerlos en los m¨²ltiples aspectos del amplio t¨¦rmino que es consumo: desde la sanidad, pasando por las cl¨¢usulas abusivas de los contratos, hasta las chapuzas dom¨¦sticas.
Este cambio radical ha sido consecuencia de dos factores importantes. Por un lado, el esfuerzo de los organismos de protecci¨®n del consumidor, tanto p¨²blicos como privados (asociaciones de consumidores), y por otro, la importante ayuda ofrecida por los medios de comunicaci¨®n, que en los ¨²ltimos a?os han pasado de tratar el consumo en la cr¨®nica de sucesos (recordemos la colza) a ser verdaderos cauces de informaci¨®n al ciudadano.
Mucho por hacer
Sin embargo, no es todo tan optimista como parece. Es cierto que hemos avanzado mucho, pero tambi¨¦n lo es que queda mucho por hacer, sobre todo frente a nuestra integraci¨®n total en la Comunidad Europea, en 1992. Este mercado, espacio sin fronteras interiores, se define como la clave del futuro de la Comunidad, pero es claro que no funcionar¨¢ si no instrumentamos la participaci¨®n activa de los consumidores (m¨¢s de 320 millones) en todas las medidas que les puedan afectar.
Para ello es necesario un mayor desarrollo legislativo, que los problemas del consumidor sean tenidos en cuenta en todas las pol¨ªticas comunitarias, que se instrumenten cauces ¨¢giles de acceso a la justicia, que se armonicen los mecanismos de control de calidad, que se adopten medios adecuados de informaci¨®n y educaci¨®n de lo consumidores, etc¨¦tera.
La consecuci¨®n de estos objetivos nos exige una puesta al d¨ªa de los medios t¨¦cnicos y humanos. En el caso del Ayuntamiento de Madrid, estamos realizando un gran esfuerzo:
- Elaborando ordenanzas para que no exista vac¨ªo legal sobre ning¨²n servicio.
- Mejorando los medios t¨¦cnicos, con la construcci¨®n inminente de un nuevo laboratorio municipal, que ser¨¢ uno de los m¨¢s modernos y completos de la Europa de los doce.
- Instrumentando mejores y m¨¢s eficaces servicios de protecci¨®n al consumidor.
- Informando y educando a los consumidores, ni?os y adultos, para formar ciudadanos m¨¢s conscientes, cr¨ªticos y solidarios.
Para todo ello es necesario que nuestros ciudadanos se conciencien a¨²n m¨¢s si cabe de sus derechos y responsabilidades. Desde aqu¨ª -ayer se celebr¨® el D¨ªa Mundial de los Derechos del Consumidor- les animamos a que pongan en conocimiento de las autoridades, ya sean municipales, auton¨®micas o estatales, las infracciones que observen; a que denuncien de una manera solidaria; a que participen activamente en las asociaciones de consumidores, y a que adopten una posici¨®n activa frente a la necesaria protecci¨®n del entorno o frente a los grandes problemas que afectan a la econom¨ªa.
S¨®lo as¨ª, y ante ese mercado ¨²nico europeo, equilibraremos las posiciones entre consumidores y productores. La tarea es compleja pero apasionante. Con la colaboraci¨®n de todos: ciudadanos, asociaciones de consumidores, empresarios y Administraci¨®n, lo lograremos.
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