Criticar al cr¨ªtico
Los escritores reclaman una lectura m¨¢s creativa y menos parcial de sus obras
El novelista Julio Llamazares recuerda haber le¨ªdo cr¨ªticas en las que se "afirmaba que Luna de lobos transcurr¨ªa en Asturias, cuando es en Le¨®n", y reconoce sin falsa modestia que otra publicada en un peri¨®dico de Lugo "era mejor que La lluvia amarilla". La funci¨®n de la cr¨ªtica, un saber muy antiguo condenado a no ser ciencia nunca, ha sido siempre objeto de controversia. Los escritores espa?oles, que coinciden en que ¨¦sta debe orientar al p¨²blico y ser creativa, la repudian en la actualidad por su af¨¢n clasificatorio y su conversi¨®n en simple, gacetilla partidista.
Juan Mars¨¦ declara rotundo: "La cr¨ªtica literaria que se hace en Espa?a es aburrida y fr¨ªa. Generalmente son textos que diseccionan, analizan y etiquetan, pero raramente iluminan o conmueven. Hay una tendencia a etiquetar antes que a informar. Echo de menos una cr¨ªtica m¨¢s creativa, m¨¢s sugestiva, capaz de transmitir al lector los latidos emocionales de la novela y no tanto su carpinter¨ªa. Veo al cr¨ªtico actual excesivamente metido a fontanero".El poeta Jos¨¦ ?ngel Valente tampoco tiene una opini¨®n muy favorable. Seg¨²n ¨¦l, salvo excepciones, "es estereotipada y perezosa, por lo que una vez que ha calificado a un autor es incapaz de percibir lo nuevo". Frente a la cr¨ªtica anglosajona, '.m¨¢s distanciada e informativa", Valente no nota en la espa?ola una "operaci¨®n de lectura".
Julio Llamazares dice que "el primer y principal cr¨ªtico es el propio novelista", y pide a aqu¨¦llos que "lean los libros que comentan". "Un cr¨ªtico s¨®lo es un lector que habla en voz alta, y supongo que tenemos, como en tantas otras cosas, los que nos merecemos", a?ade. Llamazares afirma que el problema actual en Espa?a es que "hay pocos buenos y un aluvi¨®n de aficionados".
"Comentario de sal¨®n"
El autor de La lluvia amarilla comenta divertido que "mientras que en las cr¨ªticas de televisi¨®n se parte de un prejuicio de culpabilidad, en literatura se parte de la inocencia o de la bondad del autor o de la obra, lo que la convierte normalmente en un comentario de sal¨®n". El novelista prefiere que sea "negativa pero razonada a que no diga nada". En este sentido, para Soledad Pu¨¦rtolas "el primero que debe desvelar su punto de vista es el cr¨ªtico", cuya opini¨®n subjetiva no importa si la declara abiertamente. Seg¨²n ella, el problema de la cr¨ªtica es "su af¨¢n clasificatorio, en lugar de ser explicadora".Para Vicente Molina Foix la cr¨ªtica es "una gu¨ªa est¨¦tica basada en la. moralidad, inteligencia y autoridad del cr¨ªtico". En su opini¨®n, en Espa?a es esta ¨²ltima condici¨®n la que m¨¢s falta, mientras que sobra "venganza, clientelismo y favoritismo", y cifra su mayor defecto en que sea una cr¨ªtica "castiza, ensimismada en la tradici¨®n aut¨®ctona, que se resiste a recibir lo que sea distinto".
Por el contrario, el novelista Javier Tomeo tiene una excelente opini¨®n de los cr¨ªticos, y considera su trabajo "una v¨ªa de perfeccionamiento interior". Tomeo no est¨¢ de acuerdo con la t¨®pica visi¨®n de ¨¦ste como escritor frustrado, y no ve impedimento en que sea el "amigo" quien la ejerza. "Lo que tendr¨ªa que preocupar es que sea el enemigo el que haga la cr¨ªtica. Soy de los que, creen que las madres ven perfectamente los defectos de sus hijos", dice. Para ¨¦l, "Ia cr¨ªtica en Espa?a funciona", y muchas veces ayuda al lector y tambi¨¦n al propio escritor, porque "lo psicoanaliza y no s¨®lo en el terreno literario".
Francisco Ayala, que ha escrito varios libros sobre la funci¨®n de la cr¨ªtica, se?ala que ¨¦sta "no debe olvidar que es la mediadora entre la obra literaria y el p¨²blico". Junto a este objetivo, Carlos Bouso?o a?ade que es misi¨®n del cr¨ªtico "insertar el libro en su contexto, explicar en qu¨¦ consiste esta visi¨®n colectiva del mundo y decir en qu¨¦ se distingue el escritor de ella". Sobre la necesidad de contar con el apoyo de una teor¨ªa literaria para ejercer la cr¨ªtica, Bouso?o afirma que en Espa?a "ha habido muy poca creaci¨®n propia en teor¨ªa literaria y mucho reflejo del exterior", tal vez debido "a la tendencia del espa?ol a recibir y a no pensar".
Ricardo Gull¨®n, tambi¨¦n profesor y cr¨ªtico literario, dice "participar de la opini¨®n orteguiana de que la cr¨ªtica tiene una funci¨®n potenciadora de la obra de arte", y enumera las tres caracter¨ªsticas que debe reunir: "Estar subordinada a la obra literaria, iluminar el texto sin alterarlo y ser justa, para lo que debe prescindir del improperio y del sarcasmo y evitar convertirse en una exhibici¨®n del ingenio, mal car¨¢cter o resentimiento del cr¨ªtico". Gull¨®n considera que la cr¨ªtica "period¨ªstica" es un poco "floja", y se?ala que su principal enemigo es el "amiguismo".
Obra literaria en s¨ª misma
Fernando Savater opina que "la cr¨ªtica debe ser a su vez una obra literaria" y que el cr¨ªtico es s¨®lo "un lector m¨¢s que tiene acceso a poner su criterios por escrito". El escritor ?lvaro del Amo la concibe como "una prolongaci¨®n l¨®gica e imprescindible de la obra literaria". "Debe comunicar una inquietud sobre el libro. No me interesa saber si le ha gustado o no a un se?or, sino que debe ser creativa, algo de lo que adolece la que se escribe en Espa?a", dice.En el mismo sentido se manifiesta Lourdes Ortiz para quien tiene que ser "orientadora e informativa, creativa Y no gacetilla partidista". En su opini¨®n, la actual es "peor que la de los a?os sesenta o setenta", y cree que la internacionalizaci¨®n de las editoriales est¨¢ obligando a los cr¨ªticos a seguir las modas. El director de cine y escritor Gonzalo Su¨¢rez siente "la antip¨¢tica impresi¨®n de que en el panorama literario se mezclan los campos del escritor y del cr¨ªtico, y de que, en ocasiones, se utilizan razones extraliterarias para ensalzar o denigrar un libro".
Babelia
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