Campa?a de descr¨¦dito
Acusado de dictador, abandonado por todos los grupos pol¨ªticos y demostrada la inexistencia de una administiraci¨®n seria en el Ayuntamiento de Alburquerque, Juan Viera Ben¨ªtez fue sometido a una campa?a de descr¨¦dito, con ataques personales que iban desde pedir su internamiento en un psiqui¨¢trico hasta acusarle de drogadicto. Retirado de la vida pol¨ªtica, inicia una nueva vida. Se casa por segunda vez y se asienta en la localidad extreme?a de Villafranca de los Barros, donde ejerce como profesor de Qu¨ªmica y comparte vivienda con los padres de su mujer. Su c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo desconoce en buena medida su etapa de Alburquerque, y sus suegros apenas hace unos d¨ªas que tuvieron noticia por la sentencia.Para sus compa?eros de clase "fue una sorpresa", dice Lourdes Lorenzo, jefa de estudios del instituto Mel¨¦ndez Valdez. "Como profesor es perfecto, y como persona, afable y simp¨¢tico, y nunca ha tenido problemas ni con los compa?eros ni con los alumnos. Creo que la mayor¨ªa de nosotros desconoc¨ªa que hubiera sido alcalde de Alburquerque, pero, aun sin saber lo que hizo, pondr¨ªa por ¨¦l la mano en el fluego".
A su lado, Viera, de unos 40 a?os, delgado, alto, de hablar pausado, insiste en que "volver¨ªa a hacer lo mismo, porque Extremadura lo necesita", aunque matiza que "tendr¨ªa m¨¢s cuidado con la administraci¨®n". Niega que convirtiera el Ayuntamiento en un prost¨ªbulo y que utilizara sus dependencias como dormitorio. "A veces me quedaba trabajando hasta muy tarde".
Depositario
"Es verdad, y por la ma?ana, en alguna ocasi¨®n, me lo he encontrado en un banco con la cabeza apoyada sobre unos libros", apunta Juan Luis Gonz¨¢lez Tard¨ªo, Botica, que actu¨® como depositario y a quien se le declara responsable subsidiario de hasta cinco millones de pesetas. "Pero fui depositario a la fuerza. Me ofreci¨® trabajar en el Ayuntamiento y acept¨¦ porque llevaba tres a?os en paro. Me encarg¨® de las cuentas y le dije: "Mira Juan, que yo no entiendo de esto". Contest¨® que no me preocupara y firm¨® un papel nombr¨¢ndome recaudador de cara al p¨²blico y eximi¨¦ndome de responsabilidad".
Con el tiempo, Botica es consciente de que la administraci¨®n del Ayuntamiento es un desastre. La venta de la le?a, el carb¨®n e incluso el cobro de los impuestos se hac¨ªa en la calle, sin pasar por caja. Pero Juan no se lo quedaba. Ning¨²n obrero ha reclamado dinero, se?al de que se le ha pagado. ?l era partidario de la reinserci¨®n social, y bueno...".
En Villafranca de los Barros Juan Viera afirma que "no era un loco ni un so?ador...".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.