El Madrid logr¨® evitar la goleada en Bala¨ªdos

Dos goles de Amarildo impidieron que la generaci¨®n de El Buitre rompiese ayer el hist¨®rico r¨¦cord madridista de 27 jornadas de imbatibilidad en el campeonato de Liga, cifra igualada la jornada anterior ante el Murcia. El brasile?o del Celta se gan¨® a pulso un ventajoso con trato de futuro probablemente en el f¨²tbol italiano, mientras que Julio Prieto acumul¨¦ m¨¦ritos suficientes para ser repescado con car¨¢cter de urgencia por el Atl¨¦tico de Madrid un a?o despu¨¦s de haber sido despedido. Del Madrid, que anoche se sac¨® de su particular almohada su entrenador, cuatro d¨ªas antes del viaje a Mil¨¢n cabe destacar su esp¨ªritu de lucha para evitar salir goleado de Bala¨ªdos. Michel se lesion¨® a la media hora de juego, y el doctor Mart¨ªnez, Pirri, avanz¨® que sus problemas en la planta del pie derecho podr¨ªan hacer peligrar su presencia en San Siro. Leo Beenhaker hab¨ªa dicho en la v¨ªspera que el de Vigo no era un partido para realizar pruebas ni para conceder descanso a sus titulares, m¨¢s all¨¢ de la obligada baja de Butrague?o, cuya gripe era bautizada ayer por el diario Marca como "la m¨¢s larga de la historia del f¨²tbol espa?ol". As¨ª que el holand¨¦s cambi¨® el libreto, sin que se sepa bien si lo que pretend¨ªa era dar descanso a Chendo y Mart¨ªn V¨¢zquez, probar con Solana y Aldana, u ocultar a Llorente en el banquillo a salvo de las incisivas miradas de los esp¨ªas del Mil¨¢n, cuando existe coincidencia general en que la velocidad del sobrino de Gento podr¨ªa resultar fundamental para romper la ya c¨¦lebre zona presionante de los 40 metros del equipo de Arrigo Sacchi.Dado que los designios de Beenhaker son inexcrutables en seg¨²n qu¨¦ decisivos momentos de la temporada, y como quiera que con ellos el Madrid ha permanecido invicto durante 27 jornadas de Liga, y mantiene a¨²n s¨®lidas aspiraciones en los tres t¨ªtulos que disputa, el madridismo puede seguir manteniendo tambi¨¦n la esperanza. Porque, en definitiva, lo que ofreci¨® ayer el Madrid sobre el resbaladizo c¨¦sped de Bala¨ªdos pudo ser solamente un simulacro de lo que el entrenador holand¨¦s reserva para Mil¨¢n tras haber anunciado su revelaci¨®n nocturna de c¨®mo puede darse la vuelta a la eliminatoria horas despu¨¦s del 1-1 del Bernabeu.

El caso es que anoche el Madrid se plant¨® sobre el campo vigu¨¦s con Tendillo y Esteban como marcadores de Amarildo y Maric, respaldados por el l¨ªbero Gallego; con Solana y Gordillo como falsos laterales para tapar a Nacho y Otero en las bandas; con Sanchis unos metros por delante de la l¨ªnea defensiva en tarea de vigilancia especial sobre el cerebro c¨¦ltico Julio Prieto; con Aldana como acompa?ante de Hugo S¨¢nchez en la punta de ataque, y, eso s¨ª, con Schuster en su habitual funci¨®n organizativa y Michel en la banda derecha hasta que se lesion¨® y fue sustituido por Llorente. Queda dicho que el mexicano actu¨® de delantero centro.

?Un 3-5-2, un 5-3-2 o un 4-3-3? Mientras los madridistas se paraban a pensarlo, a Amarildo le dio tiempo a regalarle una Biblia a Michel un minuto antes de comenzar el partido, a marcar su primer gol, uno despu¨¦s de iniciado el choque y a conseguir un segundo tanto cuando apenas hab¨ªan transcurrido 27 minutos.

El Madrid no se rehizo ya, pese a que en el segundo tiempo trat¨® de apoderarse del centro del campo, y a que Beenhaker reaccion¨® bien retirando a un defensa, Esteban, por un medio punta, Mart¨ªn V¨¢zquez, y liberase a Tendillo de la mala noche que le estaba dando Amarildo, emparej¨¢ndole con Maric mientras que del brasile?o pas¨¦ a ocuparse Sanchis. Pero ni el estado del c¨¦sped, ni la anticipaci¨®n,, ni la buena colocaci¨®n estrat¨¦gica del equipo c¨¦ltico contribuyeron a ayudarle en ese empe?o. As¨ª que el partido qued¨® reducido a comprobar la mala suerte que tiene esta temporada D¨ªaz Vega. El ¨¢rbitro asturiano, el mismo que consider¨® penalti un manotazo al bal¨®n del portero vallisoletano Ravnic mientras Butrague?o daba un salto en el ¨¢rea, estuvo a punto de provocar un notable esc¨¢ndalo en Bala¨ªdos dejando sin sanci¨®n un claro derribo de Buyo a Amarildo en el ¨¢rea madridista. La marcha del marcador y el espl¨¦ndido juego del Celta evitaron que la cosa se pusiera seria.