Yo, lepero
Casi imperceptiblemente, como la gripe que se cuela en los bronquios desprevenidos de los primeros calores, ha llegado por aqu¨ª una nueva remesa de chistes de leperos. Los cuentan los ni?os en las escuelas y las abuelas en los mercados, y tras el jocoso desenlace suele quedar en el aire un ruido de quincalla desparramada, tal vez una risa ca¨ªda bajo el empuj¨®n de la facundia nacional. Los chistes de leperos forman parte de esa incesante chacota espa?ola que s¨®lo sabe enaltecerse a costa de ridiculizar al vecino. Ahora le ha tocado la vez a la ilustre poblaci¨®n de Lepe; y los leperos, claro est¨¢, tragando. Pero no importa que sea Lepe, o Arbeca, o Las Hurdes, o Mondrag¨®n, o La Gomera. El inconsciente que segrega y fomenta este tipo de humor basado en la presunta desigualdad natural entre los hombres no se detiene en el detalle geogr¨¢fico. Simplemente se busca chivo. Y cuando el chivo aparece, los dem¨¢s nos expiamos de nuestro propio origen.Porque ese peculiar humor que intenta llevar hasta la hip¨¦rbole la cazurrer¨ªa ajena nace y se exulta en los foros de los desarraigados. Se cultiva en las salas de fiestas capitalinas, repletas de provincianos a los que una risa de urgencia convertir¨¢ en cosmopolitas por una noche. Se expende en las televisiones nacionales a cargo de humoristas que han hecho de la boina y del terru?o la materia prima de las astracanadas que perpetran. En esta carnicer¨ªa chunguera de todo lo rural se desvela un inconfesado inter¨¦s freudiano de ciertos neomadrile?os en matar a sus padres de adobe y de p¨¢ramo. Hasta que de pronto, en las nuevas terrazas del mundo, los antiguos leperos de Espa?a han reinventado su propio pasado para exorcizarlo con la brutal hilaridad de los conversos. Nacieron en un pueblo y, al contacto con la moqueta europea, han preferido convertirlo en chiste para distribuir entre los c¨®mplices para olvidar su origen. Pero en la cartera llevan las fotos de todos aquellos antepasados que en su d¨ªa prefirieron quedarse en esa Espa?a peque?a de los pueblos, ah¨ª donde la gente se r¨ªe de su gente con su gente.
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