La narrativa espa?ola, encantada de conocerse
Los escritores actuales cuentan qu¨¦ leen de lo que escriben sus contempor¨¢neos
, Traspasado el umbral de la transici¨®n a la democracia en este pa¨ªs, se pensaba que habr¨ªa un explosivo renacer de las artes, y particularmente de la literatura, puesto que sobre ella hab¨ªan ca¨ªdo mayoritariamente las ¨ªnfulas censoras. No fue as¨ª, hasta el punto de que volvi¨® a hablarse con insistencia de muerte de la novela, tema preferido, como todas las muertes, por los enterradores. Llegada la libertad pactada, la gente dedic¨® -como era previsible- sus pocos afanes lectores al ensayo pol¨ªtico, la Prensa y las revistas de muslo y teta. En palabras de F¨¦lix de Az¨²a, poeta en excedencia y novelista de ¨¦xito, fue m¨¢s tarde, mediados los ochenta, cuando lleg¨® la normalizaci¨®n: "A los 10 a?os de vida democr¨¢tica, los dos ¨²nicos sectores normalizados en Espa?a son la literatura y el Ej¨¦rcito. Tenemos cl¨¢sicos en vida, secundarios de inter¨¦s, artesanos h¨¢biles y un nivel de edici¨®n y difusi¨®n que comienza a ser digno. Es estupendo que la pluma y la espada, emblemas tan nuestros, hayan alcanzado la madurez que se les niega a otros sectores. Quiz¨¢ haya sido posible gracias a que no ha intervenido para nada el ministerio ni existen subvenciones de ning¨²n g¨¦nero".
Con la normalizaci¨®n ha llegado tambi¨¦n una nueva pl¨¦yade de autores, que paulatinamente se han ido afirmando, y hoy existe verdadero optimismo. Javier Mar¨ªas: "El momento que estamos viviendo es bueno. Naturalmente, yo leo mucho por amistad, pero una amistad sin masoquismo: Az¨²a, Villena, Savater, Pombo, etc¨¦tera. Y tambi¨¦n por olfato, por curiosidad: Soledad Pu¨¦rtolas, Luis Mateo D¨ªez, Enrique Murillo. Y Mendoza. El momento es bueno porque existen autores fuera de lo que yo llamo ejercicios de caligraf¨ªa castiza, y que tienen inter¨¦s m¨¢s all¨¢ de la trama. En todo caso, yo dividir¨ªa la producci¨®n en dos grandes bloques: el de aquellos que escriben sobre cosas ya le¨ªdas y los que lo hacen sobre cosas siempre le¨ªdas. Estos ¨²ltimos, los que se instalan en el eterno literario, son los que me interesan".
Car¨¢cter pol¨ªcromo
De las generaciones anteriores, aquellos que pudieran ser considerados hermanos mayores -Juan Mars¨¦, Juan Garc¨ªa Hortelano o Juan Benet- mantienen cara a esta quincena nada sovi¨¦tica de la novela posturas diversas. Benet, que con su ¨²ltima obra (En la penumbra) no ha dejado de ser nombrado por nadie, sostiene que el valor principal de las nuevas generaciones "quiz¨¢ sea su car¨¢cter pol¨ªcromo, la variedad de estilos. Naturalmente, no he le¨ªdo todo, pero s¨ª aquellos que por amistad o recomendaci¨®n no he tenido m¨¢s remedio. Esto me ha hecho descubrir dos obras muy sobresalientes, no s¨®lo de ahora, sino de las ¨²ltimas d¨¦cadas: La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza, y Todas las almas, de Javier Mar¨ªas. La lectura de esta ¨²ltima obra ha dejado colmadas mis apetencias de lector. De mis coet¨¢neos en sentido estricto no leo a nadie, exceptuando a Rafael S¨¢nchez Ferlosio".
A Juan Garc¨ªa Hortelano le ha desbordado la gran cantidad de obras que se editan: "Tengo que realizar un proceso previo de selecci¨®n. Sin embargo, de los m¨¢s j¨®venes he le¨ªdo mucho". Desgrana t¨ªtulos y nombres en una sucesi¨®n completa, pero cuando el periodista le urge a buscar un calificativo general se muestra m¨¢s prudente: "He vivido ya varios momentos de esplendor y varios de muerte de la novela. En los a?os treinta fue el primero de muerte, a manos de Ortega; otro, de 1975 a 1980, cuando el auge del ensayo pol¨ªtico. Lo ¨²nico que puedo decir del presente es que hay muchos m¨¢s novelistas, pero no s¨¦ s¨ª se lee mucho m¨¢s, esto es un misterio que me siento incapaz de dilucidar".
Enrique Murillo, lector durante siete a?os de los manuscritos que llegaban a la editorial Anagrama, novelista y autor de relatoos (El centro del mundo), tiene fundada opini¨®n sobre el presente de la narrativa espa?ola No s¨®lo por haberla le¨ªdo en capillas, sino por ser prologuista y director de una colecci¨®n para el C¨ªrculo de Lectores. "Pude descubrir que el nivel medio era muy aceptable, tanto de t¨¦cnica como de oficio. Finalmente, Espa?a aceptaba la tradici¨®n narrativa del siglo. Las obras lograban llegar a la inteligencia a trav¨¦s de las emociones, que creo es el camino adecuado. El balance es muy favorable. Tanto aquellos que intentan renovarse a partir de tradiciones for¨¢neas o latinoamericanas, como Mar¨ªas con los cl¨¢sicos, Az¨²a a trav¨¦s del psicologismo y el realismo ruso, Mendoza con su parodia del naturalismo, Pombo con las t¨¦cnicas de la novela psicol¨®gica, como otros, en la tradici¨®n de Cort¨¢zar: Cristina Fern¨¢ndez Cubas o Mart¨ªnez de Pis¨®n; la personal interpretaci¨®n de la comedia que realiza Mill¨¢s, o la de la literatura de g¨¦neros de Mu?oz Molina, hasta la importaci¨®n de modelos centroeuropeos de Alejandro G¨¢ndara. Todo ello
La narrativa espa?ola, encantada de conocerse
nos habla de una renovaci¨®n tan importante como la habida en la generaci¨®n del 27. Aunque ahora es imposible hablar de generaci¨®n, puesto que coexisten escritores de poco m¨¢s de 20 a?os con otros que casi triplican esa edad. aunque sus obras sean nuevas".Apartado especial, por aquello del argumento narrativo, podr¨ªan tener los que comenzaron su labor como poetas, sin que ello signifique etiquetar intenciones ni realidades. Fern¨¢ndo Gonz¨¢lez Delgado, con Ciertas personas, ha dado al p¨²blico su tercera novela despu¨¦s de varios libros de poemas. Para ¨¦l es claro que vivimos "un momento muy pujante. La mayor parte de las novelas pertenecen a gente de biograf¨ªa contrastada. E incluso algunas primeras novelas son espl¨¦ndidas, como las de Rafael Chirves o Casajuana, dos autores que me han convencido. Todas las almas, de Javier Mar¨ªas, es sin duda la mejor obra de su autor. El momento me parece saludable, con tendencia a consolidarse. Es una narrativa muy fundamentada en el lenguaje. En la penumbra, de Juan Benet, me parece una obra maestra, y su tarea de escritor, tan tenaz y solitaria, es admirable, pero no puede haber m¨¢s benetianos que Benet. No creo que a ¨¦l le atraiga formar escuela".
Pasi¨®n vital
Luis Antonio de Villena, que con su obra Chicos record¨® recientemente su presencia en el mundo de la prosa, es, como lector de novela, "m¨¢s selectivo, por cuanto fuera del mundo de la poes¨ªa soy muy aficionado al ensayo. He le¨ªdo, claro, a mis amigos y aquellas obras que est¨¢n en la mente de todos. Pienso que el momento es bueno, el mejor quiz¨¢ de los ¨²ltimos 15 o 20 a?os. Se est¨¢ logrando una s¨ªntesis de la narratividad. Se investiga en la forma de la novela al tiempo que se atiende la pasi¨®n vital. Realmente es un buen momento.
Ana Rosetti, tambi¨¦n novelista primeriza (Plumas de Espa?a) y poeta de ¨¦xito, con su verbo apasionado y realista, confiesa que le gustar¨ªa conseguir el estilo de Almudena Grande y ser lectora con gusto de Mendoza, Vicente Molina Foix, Llamazares o Soledad Pu¨¦rtolas. "Creo que se avanza por el camino de la aut¨¦ntica novela, en beneficio de la trama".
Juan Jos¨¦ Armas Marcelo, reciente premio Plaza Jan¨¦s con Los dioses de s¨ª mismos, se confiesa "un lector profesional. De la Joven generaci¨®n me siento c¨®mplice: las obras de Ferrero, Enrique Montiel, Saladrigas, Antonio Mu?oz Molina, me parecen admirables".
As¨ª, con este reportaje-encuesta parece deshacerse el mito de que el escritor es un lobo para el escritor. Aparentemente se aman tiernamente y comparten el pasto de la fama en admirable bonhom¨ªa, con un versallesco "usted primero". Quiz¨¢ el misterio se desvele pensando que son muchos, y en tal marasmo resulta imposible buscar un buen enemigo. Sin embargo, ¨¦ste es el pa¨ªs de Joselito o de Belmonte, de Cela o de Delibes, de Benet o de Torrente. La pasi¨®n japonesa por el equipo, del todos para todos, quiz¨¢ sea fruto de una primera fase de la llamada normalizaci¨®n, y en 1992 tendremos un mapa literario a la italiana, con cuatro cabezas de serie en cada esquina. Con el ancho de v¨ªa.
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