Primero de Mayo: por la democracia social
Para la Uni¨®n Sindical Obrera (USO) este Primero de Mayo de 1989 se relaciona, necesaria e inevitablemente, con el significado y las perspectivas abiertas por la hist¨®rica jornada del 14 de diciembre, de la que apenas han transcurrido cuatro meses.Las reivindicaciones inmediatas y profundamente solidarias planteadas por ocho millones largos de trabajadores que secundaron la movilizaci¨®n del 14-13 tropezaron fundamentalmente con la cerraz¨®n de un Gobierno que hizo imposible un acuerdo satisfactorio sobre dichas reivindicaciones y con el maximalismo negociador de CC OO y UGT.
No obstante, en el debate parlamentario sobre el estado de la naci¨®n, y a trav¨¦s de oscuros pactos con la derecha pol¨ªtica, el Gobierno concedi¨® parte de esas reivindicaciones inmediatas del 14D para la mejora de las pensiones, la ampliaci¨®n del subsidio a parados de edad avanzada y la compensaci¨®n del poder adquisitivo a funcionarios y pensionistas.
Ese llamado giro social supone una cantidad muy inferior a la ofertada por el Gobierno a UGT-CC OO, lo cual evidencia de una parte la estrategia antisindical del Gobierno, pero tambi¨¦n la escasa capacidad y responsabilidad negociadora de esos sindicatos, as¨ª como su poca previsi¨®n de los efectos negativos que tendr¨ªa sobre muchos trabajadores al ver frustradas en la mesa de negociaci¨®n las reivindicaciones inmediatas (del 14-D.
Pese a todo, los resultados de ese debate parlamentario sobre el estado de la naci¨®n arrojaron las primeras victorias concretas, aunque insuficientes, tras el 14-D, y por efecto de ¨¦l, concretadas en el reciente decreto ley de Medidas Sociales.
Por otra parte, este Primero de Mayo de 1989 viene precedido y se inserta en un proceso de negociaci¨®n colectiva especialmente duro y conflictivo en el sector p¨²blico y tambi¨¦n dif¨ªcil en el sector privado. La actitud gubernamental y empresarial de negociar a la baja aumentos salariales, pese a que las previsiones oficiales de inflaci¨®n se ven permanentemente desbordadas al alza, y el rechazo a negociar reivindicaciones estructurales que afectan a la reducci¨®n de jornada, a la creaci¨®n de empleo, al control de la eventualidad, a la inserci¨®n laboral de los j¨®venes, etc¨¦tera, est¨¢n entre las causas principales de dicha conflictividad.
Pero el 14-D no agota su perspectiva en las reivindicaciones concretas planteadas ni en el proceso de negociaci¨®n colectiva. El 14-D, tal como la USO viene insistiendo, debiera abrir un horizonte de concertaci¨®n y movilizaci¨®n hacia la democracia social y econ¨®mica, hacia la democracia con pleno empleo, justicia distributiva y protecci¨®n social para los sectores m¨¢s desfavorecidos. En esa direcci¨®n, la exigencia de una pol¨ªtica econ¨®mica que oriente el crecimiento y la reinversi¨®n de parte de los excedentes empresariales a la creaci¨®n de empleo, la reducci¨®n progresiva de jornada y de la edad de jubilaci¨®n en funci¨®n de un mejor reparto del trabajo existente, el control sindical de la eventualidad laboral, la inserci¨®n digna de los j¨®venes en el mercado de trabajo, el control social del proceso tecnol¨®gico o la ampliaci¨®n de la cobertura por desempleo, jubilaci¨®n, minusval¨ªa, situaciones de pobreza, etc¨¦tera, son pilares irrenunciables de la democracia social.
Crecimiento desordenado
En esa perspectiva se sit¨²a y adquiere significado este Primero de Mayo de 1989. Frente a una democracia en la que conviven las libertades con tasas de crecimiento econ¨®mico tan espectacular como desordenado e incierto, y ¨¦ste a su vez con niveles de desempleo, de desigualdad, de marginaci¨®n y de pobreza alarmantes... La clase trabajadora, las mayor¨ªas sociales, el movimiento sindical, debemos orientar nuestras reivindicaciones y nuestra acci¨®n hacia el logro progresivo de una democracia de verdad, con trabajo y justicia para todos.
Ese objetivo de democracia plena, m¨¢s all¨¢ del ¨¦xito hist¨®rico del 14-D, exige de todos un esfuerzo de crecimiento afiliativo, mayor cohesi¨®n unitaria e independencia pol¨ªtica de los sindicatos.
La USO reafirma su compromiso de seguir avanzando cuantitativa y cualitativamente en el fortalecimiento de nuestro Proyecto Sindical Aut¨®nomo, independiente y pluralista, y reitera su voluntad de contribuir a la unidad sindical a trav¨¦s de un proceso basado en la unidad de acci¨®n sincera, estructurada y program¨¢tica.
Con la misma claridad denunciamos la din¨¢mica unitaria excluyente de Comisiones Obreras y la Uni¨®m General de Trabajadores, que si pretende ser aut¨¦ntica debe abrirse a otros sindicatos o concretarse en una voluntad clara de fusi¨®n org¨¢nica de esos dos sindicatos con concepciones afines.
No hacer ni lo uno ni lo otro es inisistir, m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica unitaria, en el cl¨¢sico hegemonismo bisindical que los caracteriza que es justo la ant¨ªtesis del planeamiento unitario que hist¨®ricamente ha sostenido y practicado la USO. Por todo ello, y porque el Primero de Mayo es una fecha muy importante que no merece ser empa?ada con hipocres¨ªas unitarias, la USO lo afronta en solitario, como viene sucediendo, lamentablemente y con alguna excepci¨®n, durante todos los a?os del proceso democr¨¢tico.
Finalmente, la USO ratifica ante este Primero de Mayo su dimensi¨®n y vocaci¨®n internacionalista y su concepci¨®n universal de la solidaridad, y hacemos nuestra la causa de todos los que luchan por su libertad, por vencer el subdesarrollo y el hambre, por sacudirse el peso de relaciones econ¨®micas de dominaci¨®n y dependencia, por acabar con lacras como la deuda externa o el apartheid surafricano, por ganar una paz justa y ensayar caminos propios de democracia y desarrollo tal es el caso de Centroam¨¦rica) o por recuperar su tierra y el control de su propio destino (tal es el caso de los pueblos palestino y saharaui).
Saludamos con especial inter¨¦s esperanza los procesos de apertura democr¨¢tica y desestalinizaci¨®n que viven algunos pa¨ªses del socialismo real, procesos que est¨¢n dando algunos resultados evidentes en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, en Polonia y en Hungr¨ªa, procesos que deben ser irreversibles y progresivos en toda la Europa del Este.
Manuel Zaguirre es secretario general de la Uni¨®n Sindical Obrera.
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