Abogados, 20 a?os despu¨¦s
La primera reuni¨®n de los abogados durante la democracia puede ser una ocasi¨®n de reflexi¨®n colectiva, seg¨²n el autor, para cohesionar en la modernidad a los profesionales y para analizar su influencia sobre la sociedad. Los nuevos problemas deontol¨®gicos, como el papel de los abogados en los casos de secuestros o su actitud ante una sociedad en la que predomina la informaci¨®n y la publicidad son algunos de los puntos de debate que ¨¦l destaca.
Hoy comienza en Palma de Mallorca el V Congreso General de la Abogac¨ªa Espa?ola. Atr¨¢s, muy atr¨¢s, queda ya el IN congreso de Le¨®n, celebrado en 1969, y, sobre todo, los que quedan lejanos son los fen¨®menos socioprofesionales que hace 20 a?os polarizaban la atenci¨®n p¨²blica en torno a la acci¨®n de los abogados y, en un sentido m¨¢s amplio, respecto al estado de la Administraci¨®n de Justicia, de la que los abogados son parte indispensable. Para medir el alcance del cambio de escenario -que no es otro que el paso de tina dictadura a un Estado democr¨¢tico de derecho- bastar¨ªa con examinar la peripecia personal de la mayor¨ªa de los abogados que protagonizaron el congreso de 1969, y que se caracteriz¨® por sus sonoros pronunciamientos contra la estructura jur¨ªelico-pol¨ªtica de las postrimer¨ªas del franquismo.Hoy, despu¨¦s de la normalizaci¨®n de la vida p¨²blica espa?ola, una parte de esos abogados tienen atribuidas responsabilidades importantes en las instituciones democr¨¢ticas, y otros han preferido continuar en sus despachos, pero no sin antes encauzar y hasta reciclar su ejercicio profesional sin las adherencias perturbadoras que exig¨ªa la dedicaci¨®n a la defensa de los presos pol¨ªticos en esa patolog¨ªa forense que eran el Tribunal de Orden P¨²blico y los consejos de guerra.
Durante el per¨ªodo constituyente y la transici¨®n pol¨ªtica no faltaron quienes creyeron contemplar el espejismo de que la nueva legitimaci¨®n de los sindicatos, los partidos pol¨ªticos y las instituciones democr¨¢ticas pon¨ªan poco menos que en solfa a otras asociaciones -incluidos los colegios profesionales- cuya justificaci¨®n quedaba superada por la historia. Sin embargo, en un pa¨ªs tan desarticulado socialmente como Espa?a, las organizaciones intermedias entre el Estado y los ciudadanos juegan un papel de mediaci¨®n social insustituible, y especialmente si tienen la experiencia y la tradici¨®n que ostentan algunos de los m¨¢s antiguos colegios de abogados de Espa?a.
Hay quienes pensamos que este V congreso de la abogac¨ªa deb¨ªa haberse celebrado mucho antes; precisamente cuando estas corporaciones, una vez despojadas de la c¨¢scara adhesiva contra las turbulencias pol¨ªticas de la dictadura, empezaban a adquirir el perfil que les corresponde en una convivencia p¨²blica normalizada. Sin embargo, este primer congreso general de los abogados durante la democracia puede ser un momento de reflexi¨®n colectiva nada desde?able para cohesionar en la modernidad a una profesi¨®n con una funci¨®n de primer orden en las relaciones entre los individuos, entre ¨¦stos y la sociedad e incluso con el mismo Estado, a quien debe enfrentarse cuando act¨²a en detrimento de las personas.
Nueva deontolog¨ªa
El primer compromiso, la primera obligaci¨®n que adquiere el abogado como operador de la t¨¦cnica jur¨ªdica es defender los derechos y las libertades, tanto si act¨²a como asesor o como defensor de su cliente, hasta el punto de que entra en lucha activa por la realizaci¨®n diaria de esos derechos en la sociedad mediante la prestaci¨®n de servicio que la ley les asigna en el ¨¢mbito de la Administraci¨®n general de Justicia. De ah¨ª que todo abogado tenga el derecho a rehusar la defensa en una causa cuando, incluso despu¨¦s de aceptarla, considere injusta la misi¨®n que se le solicita.
Por eso, los congresistas deber¨¢n reflexionar y debatir muy seriamente algunos de los cap¨ªtulos que m¨¢s justifican y hacen necesaria la presencia de los colegios profesionales de abogados: me refiero a la influencia que el abogado puede ejercer en la sociedad, a su formaci¨®n posuniversitaria, a su responsabilidad para dar mayor credibilidad al servicio p¨²blico de la justicia y, especialmente, a todo lo que se refiere a una deontolog¨ªa profesional cuya tutela efectiva por los colegios justifica suficientemente la obligatoriedad de la colegiaci¨®n para quienes ejercen su actividad profesional ante los tribunales.
En la vertiente estrictamente deontol¨®gica hay que empezar a asumir que hay que dar contenido y orientaci¨®n desde los colegios profesionales -y no desde los poderes p¨²blicos- a nuevos problemas no contemplados por la deontolog¨ªa profesional tradicional, pero que tienen un hondo calado ¨¦tico. Quiz¨¢ el m¨¢s conocido es el de la intervenci¨®n del abogado en delitos de secuestro, pero existen otros de igual o mayor trascendencia, como la actitud del abogado ante una sociedad donde predomina la informaci¨®n y la publicidad.
'Ec¨®nomicismo'
Tambi¨¦n es llegado el momento de no abusar de determinadas coartadas formalistas y buscar una mayor penetraci¨®n en la realidad social para conocer mejor cu¨¢les son las carencias de la Justicia, sobre la que hay una convicci¨®n generalizada de un desfase con las exigencias de la sociedad. Para ello habr¨¢ que ir abandonando la actitud de quienes han hecho un diagn¨®stico de las deficiencias de la Administraci¨®n de Justicia fuertemente te?ido de economicismo, imputando casi todas sus deficiencias a la escasez de medios humanos y materiales. Esta visi¨®n es extremadamente simplista, porque resulta obvio que la dotaci¨®n presupuestaria permite pagar a m¨¢s personal al servicio de la Administraci¨®n de Justicia, pero no consigue por s¨ª misma m¨¢s personal id¨®neo ni resuelve el problema de su selecci¨®n y formaci¨®n. Por eso es muy importante incorporar como elemento de an¨¢lisis y debate la necesidad de abrir el Poder Judicial a las valoraciones y a los sentimientos de la sociedad mediante f¨®rmulas variadas de acceso a la carrera judicial que sean permeables a la entrada de estos valores.
es abogado y miembro de la junta directiva de la Asociaci¨®n Democr¨¢tica de Abogados Europeos.
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