El padre de un beb¨¦ en coma desconecta a punta de pistola el respirador que le manten¨ªa con vida
Durante una interminable media hora, Rudy Linares, un pintor de brocha gorda de Chicago, acun¨® en sus brazos a su hijo Samuel, de 16 meses, al que previamente hab¨ªa desconectado de un respirador artificial, hasta que el peque?o muri¨®. Durante todo ese rato, Rudy, armado con una pistola para impedir que nadie se acercara, sollloz¨®. Ayer, Linares, pobre e hispano, fue acusado de asesinato, que cometi¨®, dijo, "porque quer¨ªa a mi hijo".
Esta extraordinaria historia de amor y muerte ha conmovido a una opini¨®n p¨²blica curada de espanto en un pa¨ªs como Estados Unidos capaz de generar los sucesos m¨¢s espeluznantes. El peque?o permanec¨ªa en coma irreversible desde el pasado 2 de agosto cuando se trag¨® un globo que bloqueo su traquea y causo una falta de ox¨ªgeno en el cerebro. Su madre declar¨® ayer que "¨¦sto es lo mejor. Para Sammy ya ha acabado la miseria y ahora est¨¢ en el cielo".Pero el fiscal del estado de Illinois, Cecil Partec, explic¨® que "nadie tiene el derecho a tomarse la justicia por sus propias manos. Los hechos de este caso claramente dictan una acusaci¨®n de asesinato en primer grado". Rudy, 23 a?os de edad y que habita en el barrio obrero de Cicero,fue puesto en libertad sin fianza y con la obligacion de comparecer ante el tribunal.
Una portavoz del hospital donde ocurrio el hecho dijo que "interpretamos que va contra la ley de Illinois desconectar a alguien que esta en un estado vegetal permanente". Rudy Linares acompa?ado de su esposa lleg¨® al centro m¨¦dico Rush Presbyterian Saint Luke a la una de la madrugada del mi¨¦rcoles y pidi¨® ver a su hijo. Fue acompa?ado hasta la unidad de cuidados intensivos de pediatr¨ªa en la que Samuel estaba conectado a un respirador artificial.
Unos 20 minutos despu¨¦s de su llegada a la sala, Linares, en un momento en el que su mujer Tamara hab¨ªa salido para beber agua, saco del bolsillo una pistola Magnum, orden¨® a la enfermera vigilante que abandonara la habitaci¨®n y desconect¨® la m¨¢quina que manten¨ªa vivo a su hijo. La enfermera intent¨® conectarla de nuevo pero obedeci¨®, despu¨¦s de que Linares le apuntara br¨¦vemente.
Permiti¨® que otras enfermeras se llevaran de la sala a otros ni?os dejando ¨²nicamente al peque?o Samuel. Rudy se sento con el bebe en sus brazos mientras apuntaba el arma contra su cabeza para evitar que fuera ayudado por las enfermeras, el personal de seguridad del hospital y la polic¨ªa de C hicago que se hab¨ªan congregado a la puerta de la sala. "No estoy aqu¨ª para hacer da?o a nadie. Solo lo har¨¦ si alguien intenta conectar a mi hijo a la m¨¢quina de nuevo", dijo Rudy. "Nunca apunt¨® a otras personas", explic¨® el sargento William Rooney de la polic¨ªa local.
Desenchufe
Pasado un rato, Linares trat¨® de ver si su hijo ten¨ªa a¨²n pulso y pidi¨® un estetoscopio. Un m¨¦dico se lo pas¨® arrastr¨¢ndolo por el suelo de la sala. Cuando Rudy confirm¨® que Samuel estaba muerto entreg¨® la pistola y se rindi¨® a la polic¨ªa sollozando. Tamara Linares, 21 a?os, no ha sido acusada de nada. "Nunca la considerarnos sospechosa", dijo la oficina del fiscal del distrito.
Los Linares, que tienen otros dos menores de cinco a?os, fueron informados el martes que su hijo Samuel, iba a ser trasladado a otra sala. "Los m¨¦dicos esperaban que muriera en cualquier momento", afirm¨® la directora de relaciones p¨²blicas del hospital. Tamara Linares ha explicado que ella y su marido iban a acudir a un abogado para que le fuera desconectado a Samuel el sistema de supervivencia artificial.
El pasado 30 de diciembre Rudy ya hab¨ªa intentado "desenchufar" a su hijo. "Lo desconect¨® pero las enfermeras volvieron a conectarle al respirador artificial y Linares, que no estaba en esa ocasi¨®n armado, no fu¨¦ acusado de nada. El centro decidi¨® que una enfermera estuviera siempre presente cuando acud¨ªa a ver a Samuel.
Un polic¨ªa que presenci¨® el hecho el mi¨¦rcoles afirm¨® que "puedo comprender sus motivos". Los vecinos de Rudy hablaron positivamente de su personalidad y le calificaron como un hombre "tranquilo y respetable". "Creo que hizo lo correcto. Solo quer¨ªa que su hijo estuviera con Dios, como cualquier persona normal", declar¨® Matt Kietb. Una vecina, Diana Mu?oz, relat¨® que los Lina.res adoraban a sus tres hijos y que hace tres meses Rudy paso por su casa y se ech¨® a llorar. "Me dijo que no pod¨ªa aguantar ver a Samuel en esa situaci¨®n".
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