Rigor y tensi¨®n

Buena parte del p¨²blico que llen¨® la sala J¨¢cara para escuchar a Salif Keita acudi¨® al reclamo de su origen africano y sab¨ªa m¨¢s de algunos detalles anecd¨®ticos -albino de familia noble- que de su m¨²sica, pr¨¢cticamente desconocida en Espa?a. Se -encontraron con un m¨²sico dificil, de enorme rigor art¨ªstico, representativo de algunas de las cualidades que adornan la esencia de la m¨²sica africana: el sentido circular, repetitivo y cat¨¢rquico de las canciones, impulsado por un complej¨ªsimo planteamiento r¨ªtmico y una voz estremecedora.la m¨²sica de Salif Keita se basa en una mon¨®tona armon¨ªa de dos acordes, sobre los que se entretejen los ritmos de bater¨ªa, bajo, percusi¨®n y balaf¨®n, interpretados por m¨²sicos africanos. Los componentes blancos del grupo -guitarra, teclados y saxo- proporcionan el toque occidental y restan agilidad y carisma a un conjunto que funciona con gran precisi¨®n.

Y ante todo, est¨¢ Salif Keita. P¨¢lido, hier¨¢tico y dominador, en el escenario parec¨ªa un hombre de ninguna parte. Su magn¨ªfica y segura voz interpret¨® con desgarro melod¨ªas lineales de gran dramatismo y tensi¨®n interna, alejadas de la alegr¨ªa de otros m¨²sicos africanos. En ocasiones se escucharon ecos del ra? argelino o del flamenco, mientras sus m¨²sicos defend¨ªan con vehemencia ritmos calientes derivados de la salsa congole?a. Por encima de modas y procedencias demostr¨® que es un m¨²sico excelente que hoy puede ofrecer su trabajo, oculto y marginado hasta hace muy pocos a?os. A veces hasta las modas tienen sus ventajas.