Insecticidio
Como era previsible, esta (aunque lleve un II en el t¨ªtulo) tercera edici¨®n de La mosca no est¨¢ a la altura de sus precedentes: aquella peque?a maravilla de los a?os cincuenta, dirigida por Kurt Neuman, y la reciente recreaci¨®n del modelo por el canadiense David Cronemberg. Si aqu¨¦llas eran un rapto de inspiraci¨®n la primera y otro de devoci¨®n la segunda, esta tercera mosca no es m¨¢s que un c¨¢lculo de producci¨®n destinado a exprimir lo ya exprimido, un rutinario insecticidio.La pel¨ªcula est¨¢ bien hecha (?cu¨¢l no, si proviene de una cinematograf¨ªa inmejorablemente equipada t¨¦cnicamente?) y a los adictos a los juegos de repetici¨®n de emociones repetidas puede resultarles gratificante en algunos aspectos. Pero en cuanto cine no es nada o s¨®lo un banal despliegue de buenas trucas de efectos especiales y un gui¨®n bien ordenado y graduado, con habilidad m¨¢s que con talento, que poco a poco va metiendo, al que se deje meter, en un embrollo de intriga par¨¢sita, ya visto, ya sabido y ya experimentado en pantallas mejor aprovechadas.
La mosca, II
Direcci¨®n: Chris Wallas. Gui¨®n: Mick Garris, Jim Wheat, Ken Wheat y Frank Darabont. Fotografia: Robin Vidgeon. M¨²sica: Christopher Young. Estados Unidos, 1989. Int¨¦rpretes: Eric Stoltz, Dafne Zuniga, Lee Richardson, Harley Cross, John Getz. Estreno en Madrid: cines Luchana, Duplex, Rex y Lido.
Subcine para el consumo ritual de truculencias y de im¨¢genes perturbadoras, sin fuerza metaf¨®rica alguna, hecho sin dolor y contemplado sin alegr¨ªa, esta tercera mosca es una derivaci¨®n innecesaria de dos filmes que, cada uno a su manera y vistos desde hoy, parecen necesarios.
Babelia
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