"Primavera caliente" en Obras P¨²blicas

Durante los pr¨®ximos meses ser¨¢, sin duda, el ministro de moda. Sus comparecencias en las Cortes durante la tramitaci¨®n parlamentaria de algunos proyectos de su departamento y la comparecencia de otros en distintos niveles jur¨ªdicos mantendr¨¢n a Javier S¨¢enz Cosculluela, responsable de Obras P¨²blicas, en el candelero durante bastante tiempo. Con caballos de batalla como la financiaci¨®n de la vivienda, la ley de Aguas, la de Costas o la del Suelo, tendr¨¢ que pelear en varios frentes: patronales, auton¨®micos, oposici¨®n

Pregunta. A juzgar por las lanzas que parecen estar afilando en distintos sectores, todo parece indicar que no se van a aburrir durante los pr¨®ximos meses en su departamento.Respuesta. Hay que tener en cuenta que ¨¦ste es un ministerio muy apasionante, porque sus actuaciones afectan a multitud de facetas que entroncan con las expectativas de calidad de vida de los ciudadanos y con una buena ordenaci¨®n territorial. Adem¨¢s, se trata de aspectos que son muy importantes para la Administraci¨®n, como los puertos, costas, vivienda, suelo, carreteras..., y lo hacemos con un aparato administrativo muy escaso.

P. El Plan de Carreteras est¨¢ recibiendo ¨²ltimamente otra oleada de cr¨ªticas.

R. El programa de carreteras va bastante bien, aunque ahora entramos en una fase cr¨ªtica de gesti¨®n, porque vamos a tener un gran volumen de obra viva a la vez. Vamos a alcanzar una licitaci¨®n impresionante de aqu¨ª al verano, de tal forma que en oto?o estar¨¢ licitado absolutamente todo el paquete de autov¨ªas y grandes actuaciones urbanas.

Con esto estaremos ya en condiciones de empezar a redactar los proyectos del segundo plan de carreteras, es decir, a preparar una cartera de proyectos sin soluci¨®n de continuidad, que ha sido el gran problema que hemos tenido con el primer plan de carreteras, que cuando se aprob¨® no hab¨ªa proyectos para los 20.000 kil¨®metros de obras.

P. ?Est¨¢ ya redactado el Reglamento de Carreteras?

R. Est¨¢ redactado en fase de anteproyecto y conf¨ªo en que en un per¨ªodo de 30 d¨ªas habremos cerrado contactos con la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios, con las asociaciones de consumidores, con los titulares de puestos de venta de gasolina y con los representantes de aquellos ayuntamientos particularmente afectados por la construcci¨®n de variantes y de autov¨ªas. Con este reglamento resolveremos tres trascendentales cuestiones: la defensa de la carretera a trav¨¦s de la servidumbre, porque uno de los graves problemas de inversi¨®n y de gesti¨®n que hemos tenido ha sido el grado de afectaci¨®n que ten¨ªa la carretera espa?ola como consecuencia de ocupaciones de sus bordes por actividades de todo tipo.

El segundo gran problema es el de las ¨¢reas de servicio y las actividades de poblaciones que tradicionalmente se dedicaban a servir al usuario de la carretera, y que vamos a defender con u?as y dientes; esas poblaciones no deben perder su fundamental actividad econ¨®mica.

El tercer cap¨ªtulo importante es resolver el suministro de los automovilistas en la carretera, para evitar que se pierda el control de los accesos, pero a la vez asegurar que todo el que necesite gasolina la va a tener.

Autopistas de peaje

P. ?Sigue adelante el proyecto de incorporar la iniciativa privada a la construcci¨®n de autopistas de peaje?R. Sigue adelante como hip¨®tesis de trabajo, que resolveremos cuando se terminen todos los estudios de los corredores. En principio, yo no me opongo a que haya autopistas de peaje, pero siempre que estas opciones sean subsiguientes a la determinaci¨®n o a la consolidaci¨®n de una autov¨ªa. Para que no se produzca la absurda situaci¨®n de que el ciudadano tenga que optar entre pagar el peaje o ir por una carretera insuficiente. Por tanto, donde ya se ha determinado construir las autov¨ªas no hay inconveniente para permitir el acceso del ahorro privado al equipamiento en infraestructuras.

Eso s¨ª, lo que se haga ser¨¢ sin seguro de cambio. Hemos pagado m¨¢s de 350.000 millones de pesetas de seguro de cambio durante los ¨²ltimos 10 a?os. En 1985 pagamos 85.000 millones de pesetas por este cap¨ªtulo, cifra superior a los 60.000 millones que hab¨ªa en la Direcci¨®n General de Presupuestos para todas las carreteras del Estado.P. La vigencia del reglamento de costas, ?les habr¨ªa librado de alg¨²n enfrentamiento reciente con otro departamento ministerial o les crear¨¢ nuevos conflictos comunitarios?

R. El proyecto de reglamento de costas est¨¢ en el Consejo de Estado desde hace alg¨²n tiempo, por lo que dispondremos de ¨¦l antes de las vacaciones de verano. Una vez que el Consejo de Estado emita su dictamen ser¨¢ sometido a negociaci¨®n con las comunidades aut¨®nomas, a pesar de que est¨¢ redactado ateni¨¦ndonos a la doctrina establecida por el Tribunal Constitucional en su sentencia sobre vivienda, aguas y otros recursos.

P. Las aguas tambi¨¦n vuelven a estar revueltas...

R. Est¨¢n revueltas a pesar de que hay poca agua. Espa?a es un pa¨ªs con unos recursos suficientes, pero muy mal distribuidos. Y adem¨¢s se ha hecho muy poca inversi¨®n para mejorar la calidad de las aguas, que, por cierto, es una competencia auton¨®mica; nosotros no podemos invertir en depuradoras.

P. Tambi¨¦n tienen que v¨¦rselas con el Ministerio de Justicia por la ley de Propiedad Horizontal.

R. Hay una comisi¨®n interministerial, de la que formamos parte, porque nosotros hicimos un proyecto de ley de propiedad horizontal y multipropiedad, pero como ¨¦se es un tema que es competencia del Ministerio de Justicia, acordamos crear un equipo de trabajo que nos permitiera disponer de una iniciativa compartida.

P. ?Qu¨¦ va a ocurrir con los arrendamientos urbanos una vez finalizado el informe que est¨¢n elaborando?

R. El informe sobre arrendamientos no creo que lo tengamos listo antes de finales de a?o, y a partir de ah¨ª empezaremos a redactar el proyecto de ley. Estamos dedicando mucho dinero a eso porque, aunque parezca f¨¢cil, es una informaci¨®n que afecta quiz¨¢ a dos millones y medio de familias, y obtener una informaci¨®n fiable de la situaci¨®n en la que est¨¢n esos arrendamientos no se logra con comodidad; de todas formas, una ley de arrendamientos urbanos pasa por que el legislador conozca con precisi¨®n qu¨¦ efectos produce con cada uno de sus preceptos.