Penuria de sangre brava

S¨®lo destell¨®, por su bravura, el toro de Torrestrella, lidiado en segundo lugar. Se arranc¨® de largo cuatro veces al caballo, metiendo los ri?ones en los dos primeros puyazos y empujando menos en los dos picotazos postreros. Lleg¨® a la muleta con la embestida larga y franca. El de Murube fue m¨¢s encastado que bravo. Los dem¨¢s acusaron m¨¢s mansedumbre que otra cosa. Se supone que, a estas corridas, los ganaderos llevan lo mejor que les dicen sus libros. ?Penuria de sangre brava!Ruiz Miguel no se centr¨® en su primero, que ten¨ªa un buen lado izquierdo, e intent¨® torearlo al natural con el quitamiedos de la espada. Lo mat¨® de una inmejorable estocada. En la faena a su segundo parec¨ªa que iba a someterlo, pese al enojoso cabeceo, pero todo acab¨® en numerosos muletazos sin sustancia.

Roberto Dom¨ªnguez hizo una hermosa faena al Torrestrella. Los doblones fueron largos y templados, y los naturales, de trayectoria infinita. Con la derecha fueron m¨¢s cortos pero con mucho mando y torer¨ªa, cualidad que alcanz¨® mayor altura en los adornos y desplantes. La ejecuci¨®n de la estocada fue perfecta, pero qued¨® algo desprendida, y al descabellar tres veces, rodilla en tierra, perdi¨® la oreja. Al quinto, el mejor presentado, le ense?¨® el camino, con la derecha, en la primera tanda, pero ya la segunda no sali¨® limpia.

El tercero lleg¨® aplomad¨ªsimo a la muleta, por lo que la porfia de Manili no pod¨ªa tener fruto. Al sexto empez¨® por pegarle siete naturales, con prop¨®sitos m¨¢s did¨¢cticos que punitivos. Despu¨¦s vino el ojedismo, y las imitaciones no suelen ser buenas, m¨¢xime si no se tiene la personalidad del modelo. Lo mat¨® de una gran estocada, y Manili obtuvo una oreja, merecidamente, habida cuenta de que hab¨ªa ense?ado a embestir al toro.