El prodigio

Hace 41 a?os, Boris Vian eligi¨® las palabras "una extraordinaria atm¨®sfera de entusiasmo y delirio" para definir un concierto, famoso, de Dizzy Gillespie en la sala Pleyel de Par¨ªs. Al hablar del trompetista y de su conmoci¨®n en el p¨²blico, estas palabras siguen tan poco gastadas como su m¨²sica. Dizzy es historia y leyenda real, y muchos de los que pudimos acercarnos al San Juan entre el respeto reverencial y la devoci¨®n hist¨®rica dimos con la mejor sorpresa: Dizzy toc¨® mucho m¨¢s de lo que nadie hubiera debido esperar. Con la bocina apuntando a ese cielo en el que debe andar Lou¨ªs Arinstrong tocando una trompeta cedida por el arc¨¢ngel Gabriel -seg¨²n propuesta del poeta Evtuchenko-, John Birks Gillespie, 71 a?os hasta el pr¨®ximo octubre, nos hizo repetir algo ya conocido: "?Es un tornado? ?Es un avi¨®n? ?No, es Dizzy!". Y, efectivamente era ¨¦l, el m¨¢s r¨¢pido, rey del sobreagudo y un tratado de armon¨ªa en cada intuici¨®n cambiante.Gillespie celebra su setentena pasando m¨¢s de 200 d¨ªas al a?o en gira, noches en concierto y amaneceres en aeropuertos. En la prueba de sonido apareci¨® vis¨ªblemente cansado y en el concierto de tarde supo dosificar fuerzas. A su lado estaba Sam Rivers, saxo-tenor, soprano y flauta, con cualquier tipo de consistencia para alimentar solos, y una secci¨®n r¨ªtmica que confirma una vieja preferencia de Dizzy por los conjuntos ligeros: Ed Cherry, alto profesional de la guitarra en diversos estilos; John Lee, un bajista potente que en los solos parece desplegar algunas cosas estupendas que ¨¦l se sabe; e Ignacio Berroa, el baterista latino que ayuda a recordar que hace muchos a?os que Dizzy practica el funky. Gillespie mostr¨® un buen estado de sonido, y este primer concierto pudo lograr sus mayores cotos con Round midnight y el Blues.

En la sesi¨®n de noche, todo fue subiendo hasta llegar al punto exacto del entusiasmo y el delirio. Gillespie no consigui¨® imponer su candidatura en las elecciones presidenciales de su pa¨ªs en 1968, pero hoy parece capaz de proclamar rep¨²blicas ba-Jai (concesi¨®n religiosa a la que pertenece) all¨ª donde toca. Durante minutos, el pleno del San Juan core¨® el tema ba-Jai Olinga, y en ese ¨²ltimo solo, entre el abrazo del p¨²blico y su convicci¨®n religiosa, Dizzy lleg¨® tan arriba como en cualquiera de sus mejores momentos. Birk's works, Blues, A night in Tunisia, Oo Pop a Da, fueron algunas de las piezas en el recorrido hacia el ¨¦xtasis: este prodigio nacido en 1917.