El Madrid volvi¨® a perder en Bala¨ªdos con el Celta, pero jugar¨¢ la semifinal de Copa frente al Atl¨¦tico
El Madrid sufri¨® su segunda derrota en Bala¨ªdos en menos de un mes, esta vez en el torneo de Copa, pero sac¨® adelante su eliminatoria con el Celta porque supo administrar con amplias dosis de frialdad y paciencia franciscana las dur¨ªsimas arremetidas a ras de c¨¦sped de los jugadores c¨¦lticos. Los jugadores del Madrid trataron en todo momento de convertir el choque en un asunto intrascendente, de cortes¨ªa, pero sus rivales se encargaron de recordarles que la cosa iba en serio.Hubo acciones para la pol¨¦mica, como el gol del Celta con presumible fuera de juego en el desarrollo de la acci¨®n, o el injusto esc¨¢ndalo que la aficci¨®n local le mont¨® al ¨¢rbitro Molina tras anular un gol a Camilo porque el bal¨®n hab¨ªa salido antes con claridad de las botas de Maric por la l¨ªnea de fondo. Y, sobre todo, queda la impresi¨®n de que el Madrid prepara a Agust¨ªn para los dur¨ªsimos duelos que se le avecinan contra el Atl¨¦tico o, lo que es lo mismo, que se va a proteger a Buyo en el Calder¨®n.
Leo Beenhakker aprovech¨® la confortable ventaja del Bernab¨¦u para dar descanso a titulares como Hugo, Michel y Gordillo, y a la luz de lo ocurrido al final sobre el coto de caza en que algunos jugadores c¨¦lticos -no todos- convirtieron Bala¨ªdos, la prudente medida del holand¨¦s result¨® todo un ¨¦xito. O casi. Porque Gallego no pudo evitar salir lastimado en el tobillo, Michel enrabietado por una aparatosa entrada de Rodolfo, y Butrague?o derribado por un misil de Atilano.
Y es que el Celta, disminuido por las bajas de Amarildo, Vicente, Nacho y Herrera, trat¨® a su vez de construir su nuevo triunfo sobre el Madrid imitando pasajes de su anterior choque liguero (2-0, con tantos de su a?orado ariete brasile?o), es decir, con una fuerte presi¨®n y entradas que bordearon en ocasiones el l¨ªmite de lo que permite el reglamento.
Ambos equipos se desplegaron con t¨¢cticas similares, un 3-5-2, con Sanch¨ªs ejerciendo otra vez funciones de perro de presa de Julio Prieto en la media, con Mart¨ªn V¨¢zquez de Michel y Esteban de Gordillo. El partido qued¨® convertido as¨ª en un forcejeo de 10 en el centro del campo del que poco pod¨ªa esperarse, aunque cobr¨® intensidad e inusitada rudeza a ra¨ªz del gol de Zambrano. Antes, en realidad, el choque ray¨® en los m¨¢s altos l¨ªmites de aburrimiento, entre la parsimonia madridista y la escasa capacidad viguesa para romper el entramado rival. Las ocasiones de peligro en ambas porter¨ªas fueron m¨ªnimas y el espect¨¢culo muy pobre.
Al final, todo qued¨® en an¨¦cdota porque la misi¨®n del Celta era realmente imposible sin Arnarildo, el hombre que le ha marcado esta temporada cuatro goles a Buyo, tres en Liga y uno en Copa. Pero ayer tampoco estuvo Buyo sobre el c¨¦sped, sino Agust¨ªn, como en Bilbao.
Agust¨ªn tiene 29 a?os, lleva 15 en el club, nueve en el primer equipo madridista y ahora una semana compartiendo con sus pol¨¦micas declaraciones el primer plano de actualidad con las estrellas como Schuster o Michel. Agust¨ªn ha permanecido en silencio nueve temporadas y una oportuna faringitis de Buyo -?o fue bronquitis?- le han devuelto a una titularidad ficticia.
Porque Agust¨ªn ha jugado en San Mam¨¦s y en Bala¨ªdos pero, probablemente, sigue siendo consciente de que se trata de un recurso utilizado por la casa para empresas arriesgadas. Y la pr¨®xima podr¨ªa consistir en convertirse en parapeto protector de las iras que se guardan contra Buyo los hinchas del Atl¨¦tico desde aquel fat¨ªdico derby madrile?o del pasado 3 de diciembre. Oficialmente, comenzando por Beenhakker, todo el mundo lo niega, pero en cuesti¨®n de d¨ªas todos, incluido Agust¨ªn, saldremos de dudas. Anoche apenas tuvo trabajo, pero el que le lleg¨® lo resolvi¨® con soltura. En cualquier caso Agust¨ªn sabe que el Madrid no cree en ¨¦l -nunca ha creido- y en Buyo dejaron de creer desde aquella fecha maldita. En la casa se busca ya un portero titular para el nuevo equipo de John Benjamin Toshack.
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