Meryl Streep y Steven Soderbergh, cara y cruz
La actriz norteamericana Meryl Streep, con su habitual y estudiada sencillez, present¨® ayer el filme Un grito en la noche, basado en un terrible suceso ver¨ªdico ocurrido en 1980 en Australia. La pel¨ªcula, dirigida por el australiano Fred Schepisi, convierte algo real en un hecho incre¨ªble. Por el contrario, el humilde filme norteamericano Sexo, mentiras y v¨ªdeo, dirigido por el principiante Steven Soderbergh, logra convertir a una exagerada y retorcida ficci¨®n en suceso intimista digno de todo cr¨¦dito. La cara y la cruz del cine reaparecieron en Cannes.Meryl Streep, perdedora en los ¨²ltimos oscars, ha venido a Cannes a desquitarse de aquella derrota. Su interpretaci¨®n es muy competente, pero sin alma. Es una mujer ambiciosa y se le nota. Es inteligente y tambi¨¦n lo parece. Es adem¨¢s una actriz de laboratorio e igualmente se le nota, porque se interpreta siempre a s¨ª misma. Ayer dio, frente a varios centenares de informadores, una lecci¨®n de c¨¢lculo. La seguridad de su expresi¨®n, rota por balbuceos oportun¨ªsimos y evidentemente memorizados, fue un trabajo insuperable de simulaci¨®n.
A esta famosa actriz-robot le gustan los personajes que le permiten sacar a relucir el lado circense de sus t¨¦cnicas interpretativas. "Interpretar", dijo, "a una mujer tan real como Lindy Chamberlain, condenada a cadena perpetua por un asesinato que no cometi¨®, pues le acusaron falsamente de degollar a su hija, fue un desaf¨ªo para m¨ª".
"Puesto que ten¨ªa que interpretar", a?adi¨® la actriz, "a un ser real, quise serle enteramente fiel. Me negu¨¦ a decir nada que Lindy no hubiera dicho. Me vest¨ª como ella viste, me pein¨¦ como ella se peina, me puse los zapatos que ella. Para ello vi infinidad de cintas de v¨ªdeo que la grabaron durante su procesamiento; no quise hacer ficci¨®n alguna".
Este es el n¨²cleo de las ideas que Meryl Streep repite acerca de su trabajo en Un grito en la noche. Pero este trabajo pertenece a un filme que cuenta una historia ver¨ªdica con tantos recursos convencionales, rutinas e insinceridad acumuladas en sus im¨¢genes que el esfuerzo documental de la actriz se convierte en una quimera y su b¨²squeda de una verdad se diluye en la mentira melodram¨¢tica de una pel¨ªcula que, siendo cierta, resulta incre¨ªble; narrando verdades, miente.
En cambio, en el filme estadounidense Sexo, mentiras y v¨ªdeo, hecho con un presupuesto m¨ªnimo por el reci¨¦n llegado al oficio de director Steven Soderbergh, un cineasta de 26 a?os, pero mucho m¨¢s adulto que el maduro australiano Fred Schepisi, responsable de Un grito en la noche, ocurre todo lo contrario.
Primera sorpresa
Pese a ser un filme exagerado, tiene contenci¨®n; contando una retorcida f¨¢bula, posee la inmediatez de un documento; usando mitos como los de Peping Tom y T¨¦ y simpat¨ªa, habla de cosas pr¨®ximas; mintiendo, dice verdad.Es la primera sorpresa del. festival. No excesiva, porque la sinceridad de la pel¨ªcula tropieza con la inexperiencia de su realizador, que comete la torpeza de querer camuflar la peque?ez de su producci¨®n con el uso de lentes gran angulares, de esas que todo lo sacan espacioso y bonito aun siendo angosto y feo.
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