Aclamados los filmes de Ettore Scola y Jim Jarmusch
Dos cineastas libres triunfan en el d¨ªa dedicado a 'Cine y libertad'
Splendor y Mistery train, escritas y dirigidas respectivamente por el italiano Ettore Scola y el norteamericano Jim Jarmusch, se ganaron ayer merecidamente las primeras aclamaciones sinceras y entusiasmadas o¨ªdas este a?o en la sala Lumi¨¦re. Son obras llenas de humor, inteligencia y pasi¨®n por las historias que cuentan. Sus creadores son personas enamoradas de sus personajes. Se trata de los cantos de dos hombres libres a la libertad de imaginaci¨®n. Coincidi¨® su proyecci¨®n coma la celebraci¨®n de un largo debate entre m¨¢s de un centenar de cineastas procedentes de todo el mundo sobre Cine y libertad. El encuentro deriv¨® hacia el desvelamiento y la denuncia de los peligros que, disfrazados de libertad, amenazan a la libertad de cine. Fue el primer gran d¨ªa de este festival, que parece dispuesto a recuperar su identidad.
Jim Jarmusch, un antiguo disc¨ªpullo de Wim Wenders del que su maestro tiene ahora mucho que aprender, es uno de esos raros cineastas que saben expresar con precisi¨®n el sentido profundo de lo que hacen. As¨ª cuenta Jarmusch su pel¨ªcula: "Mistery train es una comedia sobre el tiempo. Ocurre en 24 horas, en Memphis, Estado de Tennessee, en las ruinas del que fue reino de un rey llamado Elvis Presley. A mi juicio, es el tercer episodio de un tri¨¢ngullo, cuyos dos primeros v¨¦rtices se titulan Strangler than paradise y Down by law"."Pero la pel¨ªcula es a su vez una trilog¨ªa en s¨ª misma, ya que cuenta tres historias distintas, pero con personajes interrelacionados unos con otros que, como es l¨®gico, terminan todos en un burdel. Los personajes est¨¢n siempre juntos, aunque no se vean. Todos van en el mismo tren y son parte del mismo viaje".
Nada que a?adir a esta autocr¨ªtica tan exacta. S¨®lo algo que queda fuera del campo d¨¦ visi¨®n de Jarmusch: ese tiempo que ha buscado y del que habla es un peque?o prodigio cinematogr¨¢fico.
Las cenizas del cine
"El cine resurge de sus cenizas", dijo Scola despu¨¦s de la proyecci¨®n de su Splendor, una pel¨ªcula que trata de pel¨ªculas, cine que cuenta la muerte del cine. "En su muerte est¨¢ el renacimiento del cine", a?ade. "Es un arte que no tiene ni siquiera 100 a?os, y ya hay quien lo considera acabado. Pero el cine no se agota. Todo lo contrario. Est¨¢ hoy tan hostigado que si sobrevive es porque tiene una inagotable fuerza interior. Hay cine para largo, yo dir¨ªa que para siempre"."Mi pel¨ªcula", prosigue el director, "se inspira en Qu¨¦ bello es vivir, en parte porque su director, Frank Capra, es italiano. Si he elegido a Capra como referencia de mi filme es porque habla de la muerte del cine, y Capra es la demostraci¨®n de que el cine es un arte inmortal. Todav¨ªa no ha consumado su funci¨®n. Quiz¨¢ est¨¢ enfermo, pero vive. Es parte inseparable de este tiempo, un tiempo que no ha acabado, que no ha dicho su ¨²ltima palabra. Hay quienes quieren amordazar el cine. Pero no lo cafiar¨¢n".
No se callaron ayer los m¨¢s de 100 cineastas convocados -entre ellos los espa?oles Juan A. Bardem y Carlos Saura- por la esposa del presidente de la Rep¨²blica Francesa, Danielle Mitterrand, para debatir en una maratoniana reuni¨®n sobre el cine y la libertad: una tautolog¨ªa, porque son la misma, cosa.
Un d¨ªa antes, un comentarista de Le Monde presinti¨® algunas de las cuestiones fundamentales del debate: "Ahora, cuando no hay censuras institucionales, hay que denunciar a las censuras hip¨®critas: los intentos de acabar con el cine mediante las pol¨ªticas econ¨®micas, comerciales y culturales, o la falta de ellas. En el nombre de la libertad hay quien est¨¢ dejando al cine, que es un arte fr¨¢gil porque depende de una industria que ¨¦l no puede controlar, a merced de la ley del m¨¢s fuerte. La m¨¢s hip¨®crita de las censuras es la que, tomando a la libertad como pretexto, no concede al cine m¨¢s libertad que la de morir".
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