Hechos sovi¨¦ticos, palabras norteamericanas
El presidente Bush, finalmente, ha dado un esquema de su visi¨®n de- las relaciones sovi¨¦tico-norteamericanas, y parece sensato. Ha hecho un llamamiento de integraci¨®n de la URSS en la comunidad de naciones m¨¢s all¨¢ del expansionismo sovi¨¦tico. Ha advertido estar en contra de una nueva pol¨ªtica de esperanzas, que deb¨ªa estar basada en hechos. ?ste es un noble y correcto desaf¨ªo para Gorbachov.Pero Bush y sus colegas parecen reconocer apenas que el l¨ªder sovi¨¦tico ya ha llevado a cabo varias acciones. Algunas, corno la retirada de las tropas sovi¨¦ticas de Afganist¨¢n, la orden de reducci¨®n del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico en medio mill¨®n y la introducci¨®n de medidas de libertad en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Comparadas con estas iniciativas, el discurso de Bush y las propuestas que el secretario de Estado, Baker, llev¨® a Mosc¨² la semana pasada parecen amplias de visi¨®n y cortas en contenido. Ha llegado la hora de que la Administraci¨®n de Bush lleve a cabo algunos hechos propios. El equipo de Bush se ha inclinado a pensar y hablar sobre las relaciones Este-Oeste como una batalla propagand¨ªstica en la que Gorbachov ha puesto a EE UU claramente a la defensiva. Bush ha tratado de suavizar la atm¨®sfera en el terreno econ¨®mico: ha ofrecido un abandono temporal de las medidas comerciales de Jackson-Vanik si Mosc¨² modifica sus leyes para que permitan una emigraci¨®n m¨¢s libre.
15 de mayo
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