Vallecas deslenguada
Vallecas, levantisca y sabia, siempre ha tenido gracia para poner nombres a sus cosas. Valle del Kas (Vallekas) fue un reclamo hist¨®rico en forma de pegatina, y esa k ya es propiedad de los okupas y de la calle. El Rayo Vallecano, con el bal¨®n, y el Gallo Vallecano, con su vitalidad cultural, no han parado de dar bulla en muchos a?os. Vallecas Nuestra se llama una de sus muchas coordinadoras ciudadanas, peleonas y enfurru?adas, dedicadas a discutir por lo evidente.No hace demasiado tiempo que se sacaron de la manga Vallecas Todo Cultura, un nombre rotundo, bueno para las paredes, las pegatinas, la memoria, e incluso para gritarlo, aunque no llegue a la altura de aqu¨¦l en el que la forma y el fondo se fund¨ªan con la belleza de la perfecci¨®n: Hijos del Agobio. Por muchas vueltas que se le d¨¦, no se puede expresar m¨¢s con menos palabras.
Hijos del Agobio se llam¨® a s¨ª misma una tribu de j¨®venes de ese barrio / pueblo, unidos por el sentimiento de compartir un mismo destino y, durante un tiempo, unos locales donde no se ped¨ªa a nadie el DNI. No s¨¦ qu¨¦ ha sido de ellos, pero Vallecas Todo Cultura parece dispuesta a acabar con todo el agobio de la zona. 35 asociaciones se han unido para impulsar "la cultura, el empleo y la calidad de vida", porque piensan que la gente "se ha dejado comer por los problemas". Y eso no puede ser.
Casi un a?o despu¨¦s de echar a andar, este proyecto tiene en talleres y cooperativas de jardiner¨ªa a 600 j¨®venes marginados o rebotados del sistema escolar; 10 m¨®dulos de alfabetizaci¨®n de adultos; siete centros de animaci¨®n a la lectura para ni?os; una escuela de padres y otra de animadores infantiles; siete grupos de mujeres orientados a formaci¨®n o empleo, y cuatro grupos de teatro y dos coros funcionando ya a pleno rendimiento.
Subvenciones
Reciben subvenciones: del Ayuntamiento, de la Comunidad y del Fondo Social Europeo, pero m¨¢s de la mitad se lo montan ellos solos. Cultura, calidad de vida, empleo, fracaso escolar, medio ambiente, marginaci¨®n, drogas, total nada. Pero son muchos y tienen recursos: j¨®venes de todo pelaje, parados/paradas con y sin subsidio, tercera edad, pe?as, socios de esto y de lo otro, enterados de barra de bar, sumergidos emprendedores, mujeres de su casa (siempre con bolsas), personal de a pie.
Todos los a?os, por las fiestas del Carmen, inundan el bulevar de Pe?a Gorbea -y a s¨ª mismos- con mangueras, palanganas y cubos en lo que llaman batalla naval. Es barato, se refrescan y adem¨¢s se r¨ªen. Hace unos meses, 300 tenderos del barrio anunciaron que hipotecar¨¢n sus negocios y patrimonios personales, si es necesario, para arrebatar a las multinacionales el futuro hipermercado de Palomeras. "Despu¨¦s de agotar el recurso a la protesta y al cierre de locales", dec¨ªa un comunicado con tono b¨¦lico, "hemos decidido cambiar de t¨¢ctica y utilizar las armas de las multinacionales: el dinero".
Dicen que el eslab¨®n d¨¦bil de nuestra democracia es un tejido social poco desarrollado, pero eso no vale para Vallecas. All¨ª el tejido no est¨¢ canijo, s¨®lo algo disperso. Los promotores de Vallecas Todo Cultura dijeron que lo har¨ªan "con o sin la Administraci¨®n", y eso ya roza lo deslenguado. Todo el que se junta aqu¨ª para alg¨²n proyecto lo empieza y lo acaba lament¨¢ndose de que el Estado no apoya. Los de Vallecas no. Se anuncian con una especie de butifarra: Si quieres me ayudas, y si no, t¨² te lo pierdes.
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