Una vez en la vida

Seg¨²n una investigaci¨®n dirigida por el profesor Stephany, director del Laboratorio de An¨¢lisis de Residuos del Instituto Nacional de Salud P¨²blica e Higiene Ambiental de Holanda, que tiene como referencia ¨²nicamente a la poblaci¨®n holandesa, "el riesgo de ingerir un trozo de carne con una concentraci¨®n excesiva de hormonas es de apenas un 5% una vez en la vida".A la pregunta de qu¨¦ suceder¨ªa en ese caso, el profesor Stephany, que ha participado en un simposio sobre inmunolog¨ªa celebrado esta semana en Barcelona, responde taxativo: "Muy probablemente, nada". "Lo que ocurre", a?ade, "es que la opini¨®n p¨²blica est¨¢ muy sensibilizada por este problema. En cambio, no cuestiona los tratamientos hormonales con estr¨®genos en mujeres menop¨¢usicas o con testosterona en los hombres, que se prescriben con frecuencia y en concentraciones realmente importantes".

El uso de hormonas en la carne ha provocado una dura pol¨¦mica entre los ganaderos y los especialistas en alimentaci¨®n. El uso de esas hormonas ha provocado incluso una guerra comercial por la importaci¨®n de carne entre Europa y Estados Unidos.