Gregory Peck, Jane Fonda y Michelangelo Antonioni protagonizan el ¨²ltimo d¨ªa
, ENVIADO ESPECIAL, El escaso inter¨¦s del filme brasile?o Kuarup y el sueco Mujeres en el tejado, ¨²ltimas pel¨ªculas de la competici¨®n, desplaz¨® ayer la atenci¨®n de cronistas e invitados hacia tres grandes personalidades del cine -Jane Fonda, Gregory Peck y Michelangelo Antonioni-, que asistir¨¢n esta noche a la sesi¨®n de clausura. Los dos primeros protagonizan Gringo Viejo, filme dirigido por el argentino Luis Puenzo, que ser¨¢ proyectado tras la entrega de los premios. Antonioni recibir¨¢ de manos de Yves Montand un caluroso homenaje de gratitud, al que se han adherido centenares de cineastas de todo el mundo.
Gringo viejo est¨¢ inspirado en la novela del mexicano Carlos Fuentes. Cuenta la historia, basada en sucesos ver¨ªdicos, de una institutriz norteamericana, Harriet Winslow, que a primeros de siglo, en los tumultuosos a?os de la revoluci¨®n mexicana, se vio envuelta en una extra?a relaci¨®n con dos hombres.Uno de ellos era el general Tom¨¢s Arroyo, lugarteniente del jefe revolucionario Pancho Villa. Y el otro un viejo periodista compatriota suyo llamado Ambrose Bierce, individuo enigm¨¢tico y de deslumbrante personalidad, hoy considerado uno de los supremos escritores de la literatura norteamericana de este siglo, y cuyas huellas se pierden para siempre en alguna esquina no identificada de aquel vendaval hist¨®rico.
La pel¨ªcula fue producida por la propia Jane Fonda, que encarga al personaje de Harriet Winslow. Su proceso de elaboraci¨®n fue lento y accidentado, a causa seg¨²n parece de serias divergencias entre la actriz productora y el director en la confecci¨®n y el montaje de algunas escenas. Gregory Peck interpreta al legendario Ambrose Bierce, cuyos geniales relatos compiten en intesidad con su propia vida, que fue borrada del mapa no se sabe a ciencia cierta, c¨®mo, cuando, ni donde. El filme se enfrenta a los tormentosos d¨ªas que vivieron sus protagonistas y que condujeron a esta triple inc¨®gnita.
Michelangelo Antonioni present¨® ayer algunas de sus peque?as obras documentales in¨¦ditas. El cineasta italiano, cuya obra es un punto sin retorno en el itinerario del cine moderno, recibi¨® conmovido un apasionado recibimiento espont¨¢neo.
Desquite sentimental
Una larga y penosa enfermedad le ha dejado pr¨¢cticamente incapacitado para mantenerse en pie. Dos hombres corpulentos le ayudaban a caminar. Michelangelo Antonioni llor¨®. Apenas pudo pronunciar unas pocas palabras casi inaudibles. Era el desquite sentimental de un cineasta de talento insobornable, que fue menospreciado cuando su obra (despu¨¦s de alcanzar la plenitud de La aventura, La noche y El eclipse) desfalleci¨® y este desfallecimiento le condujo a la marginalidad y finalmente al olvido, del que ahora, despu¨¦s de dos d¨¦cadas, emerge.Michelangelo Antonioni tiene su silla de ruedas engrasada, un gui¨®n ya escrito y cuenta con financiaci¨®n incondicional para poder rodarlo. S¨®lo queda por saber si sus fuerzas se lo permitir¨¢n. Da la impresi¨®n de qjue ha venido a vivir un torbellino como el de estos d¨ªas en Cannes para ponerlas a prueba.
Por lo que respecta a las dos ¨²ltimas pel¨ªculas de la competic¨ª¨®n hay poco que decir. La brasile?a Kuarup, basada en la novela de Antonio Callado y dirigida por Ruy Guerra, es un descabellado proyecto, que ha costado alrededor de cuatro millones de d¨®lares que no se notan por ning¨²n lado y que han sido destinados a poner im¨¢genes vulgares sobre un gui¨®n todav¨ªa m¨¢s vulgar.
El filme sueco Mujeres sobre el tejado es obra de Carl-Gustaf Nykvist, hijo del famoso fot¨®grafo Sven Nykvist. Ciertamente la fotografia se parece en algunos aspectos a la de las obras de su padre. Pero la pel¨ªcula en s¨ª misma, aunque tiene hallazgos de imagen a veces muy interesantes, resulta una obra herm¨¦tica y de cortos alcances. De esta manera la competici¨®n del Festival de Cannes se cierra con dos filmes sin ning¨²n inter¨¦s, lo que es un broche coherente para una selecci¨®n donde ha abundado la median¨ªa y no ha sido posible encontrar ninguna obra maestra.
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