La colecci¨®n de arte de Ernest Beyeler podr¨ªa quedarse en el Centro Reina Sof¨ªa
El galerista suizo posee alrededor de 100 obras de los grandes artistas del siglo XX
La exposici¨®n que se inaugura ma?ana en el Centro de Arte Reina Sof¨ªa presenta por primera vez al p¨²blico el conjunto de las obras del galerista suizo Ernest Beyeler, una de las colecciones privadas m¨¢s importantes del mundo. Matisse, Monet, Picasso, Mondrian, Klee, Giacometti y Bacon, representados con algunas de sus mejores obras, son s¨®lo algunos de los artistas que incluye su colecci¨®n de cerca de 100 pinturas y esculturas. Beyeler ha recibido la propuesta espa?ola de acoger su colecci¨®n y exhibirla en el Reina Sof¨ªa y est¨¢ considerando seriamente aceptarla.
Las obras estaban dispersas en diversos museos europeos y ahora el galerista ha decidido buscar un albergue definitivo para ellas. Es la primera vez que Ernest Beyeler ve toda su colecci¨®n expuesta en conjunto y se muestra entusiasmado. Tanto, que en los ¨²ltimos d¨ªas, mientras sigue paso a paso el montaje de la muestra, ha decidido traer de Suiza algunas piezas de su colecci¨®n que no ten¨ªa previsto exponer en Espa?a. "He querido hacer esta exposici¨®n en primer lugar para m¨ª, en segundo t¨¦rmino para los amantes del arte y en tercero para todos los espa?oles", dice Beyeler. Es uno de los galeristas mas prestigiosos de Europa, sobre todo en el campo de las vanguardias hist¨®ricas. Durante sus m¨¢s de cuarenta a?os dedicados a la profesi¨®n ha conseguido formar una colecci¨®n que se considera entre las colecciones privadas m¨¢s importantes del mundo, comparable a las de Sonnabend, Panza, Philips y Nasher o Thyssen, si hablamos del nivel cualitativo."No necesito coleccionar, pero una vez que sal¨ªa de las deudas -siempre he estado muy endeudado por comprar cuadros muy por encima de mis posibilidades- porque era dif¨ªcil vender obras caras en una ciudad como Basilea, me preguntaba ?por qu¨¦ vender algunas obras que no necesitaba, realmente, vender? Y as¨ª me fui haciendo con algunas obras que ced¨ªa a museos como los de D¨¹sseldorf, Basilea y otros. Pensaba que tarde o temprano todo ir¨ªa a parar al museo, de todas formas. Pero de pronto me d¨ª cuenta que ya hab¨ªa llegado a tener cerca de cien obras. Y ?qu¨¦ hacer? Los museos segu¨ªan aceptando las obras pero me advirtieron que en el futuro no podr¨ªan tener en exhibici¨®n m¨¢s del 30%, y para tener el 70% guardado pens¨¦ que deb¨ªa hacer algo distinto", dijo.
"Sigo pensando en ello, pero luego vine a Madrid y Carmen Gim¨¦nez (directora del Centro Nacional de Exposiciones) me dijo que por qu¨¦ no dejaba mi colecci¨®n en el Centro Reina Sof¨ªa. Yo le contest¨¦ que ten¨ªa ofertas de Zurich, Basilea, Estados Unidos y Jap¨®n. Pero a m¨ª no me interesa que me hagan un monumento, ni que mi nombre est¨¦ en la prensa, ni que la colecci¨®n lleve mi nombre. Luego pens¨¦ que deb¨ªa decidirme mientras estuviera vivo, y la vida es muy corta. As¨ª que le contest¨¦ a Carmen: me gusta el Reina Sof¨ªa, me gusta el trabajo que est¨¢n haciendo en ¨¦l, admiro las exposiciones que se han hecho -sobre todo en tan poco tiempo-, y me gusta Madrid. Me gusta Espa?a y el hecho de que no est¨¦ lejos de Suiza ni tampoco de Am¨¦rica. Me gusta todo esto y me gusta tambi¨¦n el ambiente, un ambiente que consta tambi¨¦n de peque?os detalles como las salas de exposici¨®n, los ¨¢rboles en el exterior, el peque?o parque interior. Y he pensado que es el sitio que me gusta para mis obras".
La direcci¨®n del Centro Reina Sof¨ªa no quiso hacer ayer ning¨²n comentario sobre las negociaciones con Beyeler.
Cambios
"?sta es la primera vez que veo mi colecci¨®n expuesta y, a pesar de que ten¨ªamos un plan para la exposici¨®n, al empezar a montarla he ido sintiendo la necesidad de incluir en ella otras piezas m¨¢s de mi colecci¨®n que he hecho traer desde Suiza, y a¨²n siguen llegando. Pensaba no incluir en esta muestra las piezas de mi colecci¨®n de arte primitivo, pero de pronto v¨ª que algunas de las pinturas necesitaban una compa?¨ªa e hice traer unas que llegaron ayer"."Picasso me dijo en una ocasi¨®n: 'Qu¨¦ ser¨ªa de m¨ª sin los dem¨¢s'; y no quer¨ªa decir que ¨¦l no era tan grande por s¨ª mismo, sino que necesitaba a los otros artistas a su alrededor. El coleccionista ve su colecci¨®n en conexi¨®n con su ego y su personalidad. Yo he estado demasiado tiempo en el negocio del arte y en el arte de modo que mi ego es lo menos importante. Por eso, sea donde vaya a parar mi colecci¨®n no llevar¨¢ mi nombre. Tal vez lleve el nombre del lugar donde se quede y en segundo t¨¦rmino mi nombre? o no. Soy modesto. No me interesa figurar sino crear algo, poner juntas las obras para que formen una unidad superior.
Babelia
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