Josep Llu¨ªs y Ram¨®n, Ram¨®n y Josep Llu¨ªs
No sab¨ªan donde meterse. Ni el uno, ni el otro. A Josep Llu¨ªs N¨²?ez no le sirvi¨® de nada estar en su casa, presenciar el partido desde su palco rodeado de banderas azulgranas. La envidia le corro¨ªa por dentro. A Ram¨®n Mendoza ni siquiera le sirvi¨® anoche ser amigo de Silvio Berlusconi. Tampoco el detalle de que el Mil¨¢n se vistiese de blanco para la gran ocasi¨®n. Estaban all¨ª para ver lo que sue?an cada noche. Estaban all¨ª para presenciar lo ¨²nico que no han podido comprar con sus fortunas: la Copa de Europa.All¨ª estaban los dos, grandes de Espa?a, rodeados de la troupe de Silvio Berlusconi, mucho m¨¢s rico que ellos, m¨¢s joven, m¨¢s sabio futbol¨ªsticamente hablando, con mejor equipo y, sobre todo, sabiendo que esa noche iba a dormir con la Copa de Europa en la mesita de noche de la suite real el hotel Ritz, donde se hospeda. El rey del f¨²tbol no pod¨ªa pernoctar en otro sitio que no fuera una suite de 135.500 pesetas por noche.
Los perdedores, los apaleados, los de oscuro, hab¨ªan infligido a N¨²?ez la mayor derrota de la historia del Barca. Los de blanco ven¨ªan de darle una mano de goles a los de Mendoza, creando el s¨ªndrome Mil¨¢n y demostrando que lo de la quinta del Buitre est¨¢ bien para andar por Espa?a, pero que cuesta registrar en Europa.
All¨ª estaban ellos, rodeados de todos los que se hab¨ªan apuntado para salir en la foto, y pensando, en el fondo, que lo mejor que pod¨ªan haber hecho era haberse quedado en casa, como Jordi Pujol, aduciendo una par¨¢lisis facial, la rotura de una mano o una inoportuna dolencia.
Fueron al Camp Nou y tuvieron que soportar cosas como ver a la directiva de Berlusconi -que no se cort¨® ni un pelo pese a estar en el palco- hacer la ola cada vez que les tocaba. Mendoza debi¨® pensar que sus directivos jam¨¢s se hubiesen atrevido a tanto. N¨²?ez, sin embargo, crey¨® ver a Joan Gaspart entre aquellos exaltados. Ambos, Josep Llu¨ªs y Ram¨®n, debieron pensar en su rival cuando la horda del Mil¨¢n coreaba su c¨¢ntico preferido: "Inter, Inter, va fan culo".
Al cuarto de hora ya ganaban 1-0. A la media hora, 2-0. En el descanso, 3-0. A los cinco minutos de la reanudaci¨®n, 4-0. Mendoza pens¨® entonces en otra goleada, y N¨²?ez maldijo mil veces aquel resultado, que hace imposible el fichaje de Van Basten. Y es que la gran diferencia entre los dos invitados de lujo del Camp Nou es que mientras Mendoza se ha hecho amigo de Berlusconi para aprender, N¨²?ez s¨®lo piensa en su dinero para arrebatarle al Mil¨¢n sus estrellas.
N¨²?ez debi¨® consolarse anoche con Ma¨ªia Luisa y Mendoza, con la Liga. Mientras, Berlusconi le ped¨ªa a Bambriella, su secretaria particular, que no perdiera de vista la copa.
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