De tromba en tromba
JOAQUIN VIDAL, ¨²ltimamente vamos a Las Ventas a ver c¨®mo llueve. Tiene su gracia, no se crea. El ruedo de Las Ventas trepida bajo el impacto de la lluvia torrencial, y es un espect¨¢culo. Este a?o han estrenado un drenaje que dec¨ªan absorber¨ªa cuanta agua pudiera caer, pero debe de caer m¨¢s agua de la que se puede, porque el drenaje no la absorbe y en pocos minutos queda convertido el ruedo en un arrozal. Los aficionados ya no se despiden "hasta ma?ana", dese¨¢ndose mejor corrida (dicho sea en el sentido estrictamente taurino del t¨¦rmino, naturalmente) sino hasta la pr¨®xima tromba.
De tromba en tromba, puede apreciarse c¨®mo la afici¨®n mejora sus dispositivos para protegerse del aguacero. Todo vale, si es impermeable, m¨¢s o menos. Venden en la plaza unos pl¨¢sticos entubados que se visten por la cabeza, y hay que rasgarlos para sacar la cara. Uno no lo sab¨ªa y si no llega a ser porque otros espectadores se precipitaron a agujerearle el pl¨¢stico, se nos asfixia all¨ª mismo.
Moreno / Ruiz Miguel, Campuzano, Vi?a Tres toros de Alonso Moreno de la Cova, desiguales de presencia, mansos 1? y 3? encastados nobles
Ruiz Miguel :estocada ca¨ªda (petici¨®n minoritaria y vuelta). Tom¨¢s Campuzano: pinchazo bajo y estocada corta delantera (silencio). Rafael de la Vi?a: dos pinchazos, otro hondo, rueda de peones y dos descabeflos (pahnas). La corrida se suspendi¨® despu¨¦s de? tercer toro, a causa de la lluvia. Plaza de Las Ventas, 28 de mayo. W corrida de la Feria de San Isidro.
Los aficionados de grada y andanada no pasan estas peripecias porque est¨¢n en lo enjuto, bajo techo, y disfrutan de tres espect¨¢culos simult¨¢neos: el ruedo trepidando bajo la tromba; el tendido, que parece ocupado por pescadores del bacalao, y la lidia, si se da, y ayer se di¨® la lidia -s¨®lo tres toros; fue imposible m¨¢s- y los toreros demostraron un pundonor fuera de lo com¨²n, al aceptar el riesgo que supon¨ªa enfrentarse a los toros por entre el fango.
Se les agradeci¨® a los toreros el detalle nada balad¨ª, que propici¨®, adem¨¢s, la- contemplaci¨®n de un puro toreo a la ver¨¢nica. Fue Ruiz Miguel el art¨ªfice. Le carg¨® la suerte al toro y le fue ganando terreno hasta los medios, donde remat¨® con tres medias ver¨®nicas torer¨ªsimas. As¨ª es el toreo a la ver¨®nica de recibo, y no s¨®lo por la torer¨ªa demostrada, sino porque armoniz¨® con la t¨¦cnica de la lidia. Que es correcta cuando el picador sale de la puerta de cuadrillas y avanza por el tercio; el diestro veroniquea paso adelante hasta los medios, dejando atr¨¢s espacio para que el picador se sit¨²e; remata los lances colocando al toro en suerte, mientras el picador ya est¨¢ en el borde de la raya, dispuestos cabalgadura y vara de detener. Concebida as¨ª la lidia, huelga que el picador salga a la arena por puerta distinta a la de cuadrillas, seg¨²n es moda en Las Ventas.
Luego Ruiz Miguel hizo al encastado Alonsomoreno la misma faena que habr¨ªa aplicado a uno de esos pregonaos que son su especialidad, y la afici¨®n se mostraba disconforme. Ruiz Miguel tambi¨¦n se mostraba disconforme con la afici¨®n y la dirig¨ªa miradas severas. La afici¨®n se sent¨ªa disconforme con las severas miradas de Ruiz Miguel y le replicaba que torease. Ruiz Miguel gesticulaba como preguntando si lo que estaba haciendo era tocar la bandurria. Seguramente si en vez de acelerar los pases y meter pico, para-templa-manda con ritmo, el di¨¢logo habr¨ªa sido m¨¢s amoroso.
A Campuzano su toro se le quedaba cortito y oblig¨® mucho para sacar media docena de pases con la largura debida. Luego lleg¨® la tromba. Escapaba el p¨²blico del brutal meteoro, cuando Rafael de la Vi?a, la montera calada hasta los ojos, se puso a torear en el arrozal. Y lo sent¨®, de la impresi¨®n. Faltaba temple, pero era impensable el temple, en el diluvio, con aquella muleta empapada que pesaba un quinta?. Muri¨® el toro, aplazaron 15 minutos la corrida, finalmente la suspendieron porque la lluvia no cesaba, se despidi¨® la gente hasta la pr¨®xima tromba, y abandon¨® el coso sospechando que algo tiene el cielo contra la Feria de San Isidro. 0 no se explica.
Babelia
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