Baile duro

Si Bajo los cantos rodados hay una salamandra -el ¨²ltimo trabajo del grupo catal¨¢n Danat Dansa, presentado el martes en el teatro Alb¨¦niz dentro del ciclo Madrid en danza- durara 20 minutos en lugar de una hora, ser¨ªa sin duda la coreograf¨ªa del a?o. La fuerza del montaje que Sabine Dahrendorf y Alfonso Ord¨®?ez han preparado a partir de una estancia en Le¨®n, trabajando sobre las costumbres y fiestas tradicionales de los campesinos de El Bierzo, se impone en el escenario desde los primeros momentos. La clave del impacto est¨¦tico est¨¢ en la concentraci¨®n de todos los elementos que concurren al espect¨¢culo -espacio esc¨¦nico totalmente desnudo y cerrado, m¨²sica predominantemente r¨ªtmica y repetitiva, movimiento, trabajo con peso y desgarro, vestuario r¨²stico y sin color y en la elaboraci¨®n de esta aridez hacia una depuraci¨®n de la sensaci¨®n y de la proyecci¨®n cin¨¦tica. El hilo conductor es la relaci¨®n hombre-mujer en este contexto primitivo, desarrollado en una serie de escenas -el baile, la ceiba, los oficios, la boda, las guerras, etc¨¦tera- interpretadas por los cinco bailarines sin soluci¨®n de continuidad. El ambiente logrado es de gran intensidad emocional y de violencia s¨®lo a medias contenida, muy lejos de cualquier visi¨®n id¨ªlica de la vida rural y tradicional.

Duraci¨®n excesiva

Por todo esto el excesivo alargamiento da?a a la esencia de la pieza mucho m¨¢s profundamente que a otras de danza moderna en las que ese criterio de unidad no es tan consustancial. Lo m¨¢s grave es quiz¨¢s que los muchos m¨¦ritos de la obra -especialmente el trabajo de movimiento sobre los ritmos- se van diluyendo conforme se prolongan, perdiendo su efecto con cada reiteraci¨®n y, en definitiva, devalu¨¢ndose sin remedio hasta un final que, aunque excelente en s¨ª mismo (el ruido despiadado de los saltos se prolonga incluso despu¨¦s de haberse apagado las luces, martilleando el cerebro con esa sensaci¨®n de intemporalidad que es la esencia de la desolaci¨®n campesina), deja al espectador meditando tan s¨®lo sobre lo agotados que han debido terminar los bailarines.Como muy bien se se?ala en el programa de mano, Bajo cantos rodados... -que fue estrenada a primeros de a?o en Le¨®n y presentada luego en Barcelona- no es una lectura del folclore leon¨¦s ni una revisi¨®n costumbrista sino un trabajo de elaboraci¨®n coreogr¨¢fica personal que, aunque deja sentir la influencia de esa convivencia, supone un avance importante en la trayectoria del grupo que dirigido por la germano-barcelonesa, Sabine Dahrendorf, se ha convertido en unos pocos a?os en uno de los m¨¢s interesantes del panorama de la danza contempor¨¢nea en este pa¨ªs.

Adem¨¢s del buen trabajo de danza dura de los int¨¦rpretes -Susana Castro, Beatriz Fern¨¢ndez y Josep Lluis Pascual y tambi¨¦n Sabine Dahrendorf y Alfonso Ord¨®?ez- hay que destacar la labor del escen¨®grafo Jos¨¦ Menchero y de los m¨²sicos Juan Ezquerra y Leo Mari?o que contribuyen decisivamente a la calidad de la producci¨®n presentada.