Corridas antiguas para tardes de lluvia
Al suspender la lluvia una vez m¨¢s la corrida, nos acercamos el otro d¨ªa al Mercado Puerta de Toledo para inspeccionar La fiesta taurina a trav¨¦s de las antig¨¹edades: una muestra de carteles, cuadros, trajes de luces, delicados abanicos, barajas, entradas y postales que reflejan los ¨²ltimos siglos de la fiesta. Casi nos parec¨ªa que el poeta ten¨ªa raz¨®n, que tambi¨¦n en el toreo "cualquier tiempo pasado fue mejor".Est¨¢ la cabeza disecada de Pardito, toro colorao de la ganader¨ªa de Faustino Udaeta magistralmente lidiado en Madrid por Lagartijo en mayo de 1892. Sorprendente maestr¨ªa, pues el diestro cordob¨¦s deca¨ªa: tres semanas antes hab¨ªan salido los cabestros para devolver un toro que no hab¨ªa podido matar, y se escucharon gritos de "?Que se vaya!". Una semana despu¨¦s de su triunfo con Pardito, Lagartijo lidiar¨ªa en Madrid toros de su propia ganader¨ªa, que resultaron "mansos como vacas holandesas" en palabras de un testigo, y a uno de los cuales -los toros, no los testigos- el mismo Lagartijo saldr¨ªa a castigar con banderillas negras... Bueno, quiz¨¢ no todos los tiempos pret¨¦ritos fuesen mejores.
Hay un cuadro estad¨ªstico de la temporada de 1908 de Rafael Gonz¨¢lez Machaquito. Estos documentos eran corrientes entonces: detallaban los festejos toreados, la plaza, el ganado y los compa?eros. Tenemos en casa uno en seda de la temporada de 1892 de El Espartero que lleva una columna para observaciones y en la que se anotan incidencias tales como "lleg¨® a Sevilla en tren especial. El quinto toro le brind¨® a la se?ora condesa de Iturbe; lo mat¨® admirablemente y recibi¨® en premio un alfiler de brillantes y zafiros y una petaca". Otra columna se destina para el conjunto de la faena, mayormente resumido como "superior", "muy bueno" o "bueno"; suponemosque cuando dice "regular", el diestro estar¨ªa fatal.
Machaquito era buen estoqueador, muy estimado por la fe con que se volcaba. Hemos le¨ªdo en alg¨²n lugar que en varios de sus cuadros estad¨ªsticos hasta se escrib¨ªa algo as¨ª como "... y 18 camisas destrozadas por los pitones a la hora de-matar". ?Ser¨¢ verdad ?Es la invenci¨®n de alg¨²n hagi¨®grafo? Agradecer¨ªamos la orientaci¨®n de cualquier estudioso. Estas cosas son importantes.
Se exhibe un cartelito para la corrida "de beneficio y despedida" del gran picador Manuel Mart¨ªnez Agujetas, en 1912. Agujetas es posiblemente el varilarguero m¨¢s longevo de la historia, ya que trabaj¨® m¨¢s de 33 a?os con primer¨ªsimas figuras, como Frascuelo, Lagartijo, Mazzar¨ªtini y Gaoria. Por su valor y destreza, fue muy querido, y coincidi¨® con otra legendaria estrella del castore?o, Badila, en algo as¨ª como una edad de oro del toreo a caballo. En aquel homenaje el mismo Agujetas, con 56 a?os e innumerables batacazos sobre las espaldas, pic¨® "con la misma gallard¨ªa de sus mejores tiempos", seg¨²n el Coss¨ªo. Qu¨¦ contraste con los ineptos piqueros de hoy, parapetados sobre una mole inm¨®vil. Anta?o s¨ª hab¨ªa coraje.
Una hoja impresa en 1913 felicita a profesionales del toreo las pr¨®ximas Pascuas y les avisa que el banderillero Julio Marquina ha decidido "desde la pr¨®xima temporada dejar las banderillas para empu?ar el estoque y la muleta como matador de novillos". Al contrario de hoy, cuando cualquier adolescente se cree con agallas para ser figura del toreo, Julio ten¨ªa 25 a?os y llevaba ocho de subalterno. ?C¨®mo termin¨® su aventura?
Un historiador se?ala que no actuaba "con la brillantez que hace que el p¨²blico se interese y sit¨²e al torero en plano de popularidad". Julio volvi¨® a las banderillas. As¨ª es la vida.
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