El Partido Obrero 'chivo'expiatorio'

Jorge Altamira, de 47 a?os, parece m¨¢s un marxista de tendencia Groucho, el bigotudo de los hermanos Marx, que el enemigo p¨²blico n¨²mero uno, en que se ha convertido por obra y gracia de un juez federal del distrito de Mor¨®n. La detenci¨®n de Altamira, el jueves por la noche, en la mism¨ªsima Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, se asemej¨® tambi¨¦n a una secuencia de Una noche en la ¨®pera.En la sala de prensa de la Casa Rosada se organiz¨® una marabunta, cuando la polic¨ªa llev¨® detenido al candidato presidencial

El Partido Obrero, que en los comicios del pasado 14 de mayo consigui¨® 47.886 votos, equivalentes a un 0,2 % del electorado.

Las intervenciones de Altamira en los anuncios de la campa?a electoral tambi¨¦n ten¨ªan un aire grouchesco, cuando ped¨ªa, a gritos, que el presidente del Citybank ten¨ªa que "ponerse a laburar" (trabajar). Este aspecto histri¨®nico del personaje y la m¨ªnima representatividad electoral del grupo no ha impedido que el Gobierno lo haya convertido en chivo expiatorio de los recientes sucesos. Demasiado, para Altamira.

El PO es qn grup¨²sculo de ultraizqu¨ªerda, una de las sectas en que est¨¢ divido el trotsquismo argentino, fuertemente enfrentado con el otro grupo trotsquista, el Movimiento al Socialismo (MAS), que bajo la sigla Izquierda Unida consigui¨® situar un diputado, Luis Zamora, en la nueva C¨¢mara de Diputados. El PO no quiso integrarse bajo la f¨®rmula de Izquierda Unida en las pasadas elecciones y present¨® una candidatura propia. Como partido, en la elecci¨®n para diputados, el PO consigui¨® un resultado algo mejor que su candidato presidencial, Altarmira, y lleg¨® a 54.166 votos, un 0,3 %.

Pauperizaci¨®n

El Gobierno trata de resaltar el papel protag¨®nico del PO en los recientes sucesos y evocar un cierto paralelismo con los u?traizquierdistas que actuaron en la toma del regimiento de La Tablada, el pasado 23 de enero. La verdad es que el terrorismo verbal del PO y de Altamira le han facilitado las cosas al Gobierno y tambi¨¦n a la oposici¨®n peronista, que intentan, de forma descarada, buscar una especie de conspiraci¨®n y manipulaci¨®n de lo ocurrido, cuando la causa principal no es otra que la hambruna y la pauperizaci¨®n del pueblo argentino, que durante la presidencia de Alfons¨ªn ha visto reducido a un tercio la capacidad adquisitiva del salario.