Fuerte lucha por el poder en el Ej¨¦rcito salvadore?o entre duros y moderados
La llegada de Alfredo Cristiani a la presidencia de El Salvador ha provocado una fuerte lucha por al poder en el seno de las fuerzas armadas, donde oficiales duros y moderados se disputan actualmente el mando, con serio riesgo para la estabilidad del sistema democr¨¢tico, seg¨²n la visi¨®n de distintos observadores. Una pugna similar se ha empezado a librar en diferentes sectores de la Administraci¨®n que tom¨® posesi¨®n el pasado jueves.
La denominaci¨®n del general Humberto Larios como ministro de Defensa ha sido interpretada inicialmente como una derrota del sector m¨¢s derechista de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena), representado por el mayor Roberto D 'Aubuisson, pero eso no parece poner punto y final a una lucha en la que est¨¢n en juego tambi¨¦n los intereses de Estados Unidos, que se ha comprometido a defender una pol¨ªtica de respeto a los derechos humanos en El Salvador.El general Larios tiene reputaci¨®n de simpatizar con el derrotado Partido Dem¨®crata Cristiano, al que incluso apoy¨® discretamente en las pasadas elecciones. Su designaci¨®n ha molestado a la ultraderecha, que considera que se debi¨® haber nombrado al frente del Ministerio de Defensa a un hombre con mano dura, para combatir a la guerrilla del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN). Uno de los representantes de la l¨ªnea m¨¢s reaccionaria de Arena, el coronel retirado Sigifredo Ochoa, declar¨® poco antes de que se conociese el nombramiento de Larios, que en la c¨²spide de las fuerzas armadas deber¨ªa de nombrarse a "un arenero".
Un hombre de la burocracia
Tanto Ochoa como D'Aubuisson y otros dirigentes de la l¨ªnea dura pensaron para el Ministerio de Defensa en el general Juan Rafael Bustillo, jefe de la Fuerza A¨¦rea y s¨ªmbolo de la pol¨ªtica de guerra total contra el FMLN. A su designaci¨®n se opon¨ªan, sin embargo, otros oficiales moderados del Ej¨¦rcito, especialmente el jefe del Estado Mayor, coronel Ren¨¦ Emilio Ponce, y la Embajada de EE UU, que tem¨ªa que Bustillo utilizara la guerra sucia contra la guerrilla.Estados Unidos defendi¨® abiertamente la opci¨®n de Ponce como ministro de Defensa, pero el presidente Cristiani eligi¨® a un hombre procedente de la burocracia militar, sin una personalidad tan fuerte como la de los otros dos aspirantes al cargo. Ello favorece indirectamente a Ponce, que incrementa su poder al tener al lado. a un ministro de Defensa mucho m¨¢s d¨¦bil que el anterior, el general Eugenio Vides.
La crisis, sin embargo, parece apenas empezada. Ni Bustillo ni sus seguidores creen que Larios pueda mantenerse, y esperan el momento de pasar a la ofensiva. Distintos observadores pol¨ªticos aseguran que el pasado mes de mayo amenaz¨® con movilizar sus tropas contra Ponce, lo que se evit¨® en el ¨²ltimo momento por la intervenci¨®n de otros oficiales y, al parecer, de la propia Embajada norteamericana, que advirti¨® a los militares que no respaldar¨ªa una acci¨®n de ese tipo.
Fuentes independientes admiten que Larios va a tener muchos problemas para consolidar su poder y que se abre un periodo de incertidumbre en el ej¨¦rcito cuyas consecuencias resultan dif¨ªciles de predecir.
El acoso de los duros al mandato de Cristiani se da tambi¨¦n en el Gabinete, donde observadores destacados dicen ver un dominio de hombres vinculados a Roberto D 'Aubuisson. Preocupa fundamentalmente el doble cargo concedido a Francisco Merino -un representante de la derecha-, a quien, adem¨¢s de la vicepresidencia, se ha otorgado el importante Ministerio del Interior. Otros viceministros e incluso el canciller, Manuel Pacas, son vistos por los analistas como personas vinculadas al pasado negro de Arena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.