Represion en China
ESTAMOS ASISTIENDO al comienzo de un fin, el del impresionante movimiento estudiantil que ha sacudido a la capital de China durante seis semanas, expresi¨®n de un deseo de las libertades pol¨ªticas que comparten otras zonas del pa¨ªs y otras capas de la poblaci¨®n, como pusieron en evidencia las numerosas manifestaciones de apoyo. La utilizaci¨®n de la represi¨®n por el Ej¨¦rcito para desactivar esa inc¨®moda conciencia colectiva que era la plaza de Tiananmen pone de manifiesto, inicialmente, dos cuestiones: que se impone la l¨ªnea m¨¢s dura de las posibles en el ¨¢mbito de la direcci¨®n pol¨ªtica de China, y que comienza un proceso de imprevisibles consecuencias por la ampl¨ªsima solidaridad social demostrada. Al mismo tiempo se aleja la resoluci¨®n de un conflicto sencillo de entender: una buena parte del pueblo chino anhela mayores libertades democr¨¢ticas. Como ha ocurrido en otras etapas de la historia china, una gigantesca movilizaci¨®n de las masas estudiantiles ha abierto una profunda crisis en la direcci¨®n del Estado y del partido (que muchas veces se confunden).Las peticiones de los estudiantes corresponden a la l¨®gica de la reforma que Deng emprendi¨® hace 10 a?os para borrar las secuelas del per¨ªodo de la revoluci¨®n cultural. Gracias a esa reforma, China dio pasos econ¨®micos significativos, como el retorno a una agricultura familiar, e inici¨® una apertura al exterior de enorme trascendencia. Pero realizar estas innovaciones a la vez que se rechazan medidas democratizadoras de orden pol¨ªtico es hundirse en contradicciones cada vez m¨¢s insolubles. Porque ello paraliza la propia reforma econ¨®mica, crea recelos en el exterior y provoca la frustraci¨®n de los sectores que han apoyado con m¨¢s entusiasmo la l¨ªnea m¨¢s liberal. Si se a?ade un indeterminado n¨²mero de muertos y heridos, y an¨¢lisis tan demag¨®gicos como el publicado el pasado 16 de abril en el Diario del Pueblo acusando a los estudiantes de ser "un c¨¢ncer subversivo" y de servir oscuras causas antisocialistas -inspirado, al parecer, por el propio Deng-, todo hace pensar que se imponen, de momento, los conservadores chinos. Deng es prisionero de la inconsecuencia: despu¨¦s de anunciar a bombo y platillo la necesidad de que los veteranos pasasen a la reserva, ¨¦l s¨®lo se retir¨® sobre el papel. Tras presentar la reforma como un paso decisivo hacia una mayor libertad y eficacia, se ha negado sistem¨¢ticamente a aceptar los pasos democratizadores surgidos de la sociedad y que dimanan de su propia reforma. Su respuesta a las dos olas democr¨¢ticas estudiantiles ha sido eliminar, o intentarlo, a los partidarios de los cambios pol¨ªticos: ayer, a Hu Yao Bang; hoy, a Zhao Ziyang, ambos secretarios generales del partido comunista. ?Por qu¨¦ esa cerraz¨®n de una persona que ha simbolizado, antes que Gorbachov, la apertura a Occidente de un pa¨ªs comunista? Le obsesiona el temor a que la democracia y el pluralismo conduzcan a la dis.gregaci¨®n de China, a su divisi¨®n y debilidad, como ocurri¨® en diversas ¨¦pocas de la historia.
Pero los remedios en los que Deng parece confiar pueden acabar siendo un bumer¨¢n. La negociaci¨®n con los estudiantes, preconizada por Zhao, hubiese sido mucho m¨¢s favorable para la cohesi¨®n nacional que la represi¨®n y esa lucha secreta que est¨¢ agitando desde hace un mes a la direcci¨®n china (partido y Gobierno) y de la que nada se sabe con certeza, salvo su propia oculta confusi¨®n. La eliminaci¨®n de Hu hace dos a?os ha sido acicate para que este a?o rebrote con mucha m¨¢s fuerza la protesta estudiantil. Este movimiento no va a desaparecer, aunque ahora sea duramente reprimido. Resurgir¨¢, de una forma u otra, con unas demandas que China no puede eludir si quiere entrar en el camino de la modernidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Revueltas sociales
- Opini¨®n
- Deng Xiaoping
- Matanza Tiananmen
- Represi¨®n pol¨ªtica
- Malestar social
- Conflictos pol¨ªticos
- Gobierno
- Historia contempor¨¢nea
- Problemas sociales
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Historia
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Matanza civiles
- China
- Derechos humanos
- Acci¨®n militar
- Asia oriental
- Asia
- Conflictos
- Sociedad