El fracaso centrista retrasar¨¢ la renovaci¨®n de la derecha
La decepci¨®n reina entre los sectores pol¨ªticos franceses que esperaban las elecciones europeas para acelerar la renovaci¨®n de la derecha y se encuentran, por el contrario, con la resurrecci¨®n del ex presidente Val¨¦ry Giscard d'Estaing. El fracaso de la lista centrista de Simone Veil (8,3% y siete esca?os, seg¨²n los ¨²ltimos resultados) significa un serio contratiempo que retrasar¨¢ las ansias renovadoras y consolidar¨¢ la primac¨ªa de los viejos l¨ªderes Giscard y Jacques Chirac.
Sin embargo, como recordaba en la noche electoral el dirigente centrista Pierre M¨¦haignerie, el resultado no resuelve todos los problemas y las querellas en la derecha no ser¨¢n enterradas por el ¨¦xito giscardiano. Sentada de nuevo la premisa de la uni¨®n entre los dos grandes partidos, la giscardiana Uni¨®n por la Democracia Francesa (UDF) y la chiraquiana Asamblea por la Rep¨²blica (RPR), la oposici¨®n reunir¨¢ probablemente el a?o pr¨®ximo unos estados generales para decidir la forma id¨®nea de organizarse con el objetivo de batir a los socialistas en las legislativas de 1993, primera consulta de car¨¢cter general tras los cuatro a?os de descanso que seguir¨¢n a la fiebre de los ¨²ltimos 14 meses.Las propuestas de Giscard, el gran vencedor del domingo (28,5% y 26 esca?os), y del RPR volver¨¢n a contar, en perjuicio de la alternativa de una gran fuerza de centro que incluyera a los renovadores de los dos grandes partidos. Los centristas tienen dos opciones: volver al redil de la derecha o echarse en manos de la apertura rocardiana.
An¨¢lisis
Los an¨¢lisis de los resultados no pueden dejar de lado, como sucede a menudo, el dato fundamental de la abstenci¨®n (50,6%). Los pol¨ªticos suelen hablar de la importancia de la participaci¨®n hasta que caen los primeros resultados, momento en que se olvidan, sobre todo los vencedores, de algo tan sustancial como que m¨¢s de la mitad del electorado no acudiera a votar, hecho que puede falsear todos los an¨¢lisis.
El segundo lugar del presidente de la Asamblea Nacional, Laurent Fabius (23,6% y 22 esca?os), es un fracaso personal para un dirigente que junto al primer ministro, Michel Rocard, aspira a la sucesi¨®n del presidente Fran?ois Mitterrand, pero la mejor expresi¨®n de la derrota socialista es la incapacidad de movilizar a su electorado y de evitar la dispersi¨®n del voto. La entrada de los verdes franceses en Estrasburgo (10,6% y 9 esca?os) es fruto en buena parte del trasvase de sufragios socialistas.
La consolidaci¨®n del Frente Nacional (11,6% y 10 esca?os) abona tambi¨¦n la tendencia al ocaso de la hegemon¨ªa de los grandes partidos y muestra la necesidad de que las fuerzas tradicionales se acostumbren a convivir con otras nuevas. El partido de Le Pen mantiene su audiencia en los ¨²ltimos cinco a?os, raz¨®n suficiente para considerar que su anunciado declive se debe s¨®lo a los efectos del sistema electoral mayoritario. El Partido Comunista Franc¨¦s (PCF) confirma su descenso (7,8% y 7 esca?os, pierde 3), lo que contribuye a aumentar la sensaci¨®n de fracaso de las fuerzas tradicionales.
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