?Puede el presidente Greenspan defender la prosperidad mundial?
En 1982, Estados Unidos llev¨® la batuta de la sorprendente recuperaci¨®n mundial, y el presidente de la Reserva Federal, Paul Voleker, fue un h¨¦roe universalmente aclamado.En 1989, los expertos de todas partes temen que Estados Unidos est¨¦ a punto de entrar en una recesi¨®n. Observadores de Suiza, Espa?a, Suecia y Singapur est¨¢n comprensiblemente preocupados de que un colapso de Estados Unidos se extienda a sus propias econom¨ªas, retardando el avance de una prosperidad basada en las exportaciones.
El presidente Alan Greenspan, sucesor de Volcker en la Reserva Federal, est¨¢ siendo observado atentamente, con desconfianza y preocupaci¨®n. ?Puede realmente la Reserva Federal hacer un milagro para 1) detener el comienzo de la inflaci¨®n norteamericana frenando los cr¨¦ditos, 2) desacelerar lo suficiente la tasa de crecimiento de nuestra pol¨ªtica de pleno empleo como para evitar el recalentamiento del nivel de precios, al tiempo que 3) se mantienen el pleno empleo y se evita una recesi¨®n en 1990?
?se ser¨ªa realmente un buen ajuste. Ser¨ªa tanto como conseguir lo que se denomina un aterrizaje suave. Si consiguiera realizar una maniobra tan elegante, el doctor Greenspan -y sus 11 colegas del Comit¨¦ Federal para el Mercado Libre- ser¨ªa objeto de admiraci¨®n y alabanza.
Paul Volcker es un antecedente dif¨ªcil para Greenspan. Acabar con la grave recesi¨®n de 1981-1982 fue una excelente maniobra de ajuste: la Reserva Federal vio la necesidad de actuar; vislumbr¨® la oportunidad de aflojar los cr¨¦ditos sin, al mismo tiempo, entorpecer su acertada campa?a de desaceleraci¨®n de la inflaci¨®n: Volcker actu¨® con decisi¨®n y una bien planificada publicidad y, finalmente, los inversores de Wall Street, lejos de atemorizarse ante la campa?a de expansionismo, reconocieron el esfuerzo e inmediatamente acudieron a la oferta de bienes y valores. Durante m¨¢s de cinco a?os hemos gozado de un considerable crecimiento. Se despert¨® un gran inter¨¦s hacia las in versiones en instalaciones, equipos y bienes de consumo durables, en una extraordinaria manifestaci¨®n de los principios de una macroeconom¨ªa poskeynesiana de libro de texto.
El reto de Greenspan
Un milagro no hace m¨¢s f¨¢cil otro milagro. A veces es m¨¢s f¨¢cil poner en marcha una econom¨ªa estancada que reprimir una exuberante.El meollo del problema no es desacelerar el producto nacional bruto (PNB). Cualquier s¨¢dico dejado a su aire en el banco central y contando con el respaldo del Gobierno puede hacer el trabajo. La dificultad estriba en restringir sin excederse. Algunos antibi¨®ticos son tan potentes que la cura es peor que la enfermedad.
Una vez establecidas las dificultades a las que se enfrenta la econom¨ªa norteamericana, ?cu¨¢les son, en resumen, las probabilidades en las que nuestros mejores pronosticadores creen que, partiendo de la evidencia y del an¨¢lisis de promedios a largo plazo, habr¨ªa que dar prioridad?
Tengo que decir que la mayor¨ªa de nuestros pronosticadores de los grandes bancos, instituciones financieras y universidades son razonablemente optimistas. La opini¨®n general es la siguiente:
1. Un mayor ¨ªndice de inter¨¦s ayuda a reducir el crecimiento de nuestro PNB anual del 3% al 2%.
2. Entonces, a partir de mediados de 1989, los ¨ªndices de inter¨¦s m¨¢s elevados pueden empezar a declinar. El mercado monetario empezar¨¢ a liberalizarse por s¨ª mismo, y la Reserva Federal comenzar¨¢ a sentirse segura en su contribuci¨®n a la liberaci¨®n monetaria.
3. Si los ¨ªndices de inter¨¦s a corto plazo en Estados Unidos bajan el pr¨®ximo oto?o, se puede producir una tendencia a la baja de la tasa de cambio del d¨®lar. El yen, el marco, el d¨®lar de Taiwan y el won coreano pueden experimentar una considerable apreciaci¨®n.
Los Blue Chip Indicators, que dan a conocer mensualmente las opiniones de m¨¢s de 50 prestigiosos pronosticadores, muestran que la mayor¨ªa de los pron¨®sticos no prev¨¦n una recesi¨®n norteamericana para 1989 ni para 1990. En el peor de los casos, se producir¨¢ un retraso en el crecimiento positivo durante el tercer trimestre de 1989.
Lo mejor de todo es que, de creer a los expertos de Blue Chip, la tasa de inflaci¨®n norteamericana no exceder¨¢ del 5% anual, y para 1990 esperan que la inflaci¨®n sea menor que en 1989. (En mi opini¨®n, esto es excesivamente optimista.)
El siguiente es un punto de vista t¨ªpico. DRI/McGraw Hill es nuestra firma m¨¢s importante de asesor¨ªa econ¨®mica, y considera que s¨®lo hay un 15% de probabilidades de recesi¨®n econ¨®mica en Estados Unidos para 1989. Asimismo, para 1990 solamente ve un 20% de probabilidades de recesi¨®n.
As¨ª, pues, DRI/M-I cree que la probabilidad de que Greenspan consiga un aterrizaje suave es de dos tercios, y conteniendo la tasa de inflaci¨®n.
Concluir¨¦ ahora con mi propio resumen:
1. Estoy de acuerdo en que no es muy probable una recesi¨®n norteamericana que deteriore la prosperidad mundial. No es imposible, pero se puede apostar dos contra uno.
2. Discrepo del consenso de los economistas en relaci¨®n con su optimismo de que la tasa de inflaci¨®n norteamericana llegar¨¢ a un m¨¢ximo del 5% en 1989 y despu¨¦s se detendr¨¢. Creo que las probabilidades de que en 1990 se presente un problema de inflaci¨®n sin resolver, y no menos grave que el de 1988-1989, est¨¢n niveladas.
3. De eso se deduce que no conf¨ªo en que de aqu¨ª a agosto bajen los tipos de inter¨¦s. Quiz¨¢ s¨ª, quiz¨¢ no.
4. Un per¨ªodo de crecimiento lento con una inflaci¨®n sin resolver -lo que los economistas denominan estagflaci¨®n- es una posibilidad que en modo alguno se puede ignorar.
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