Museos y trueque

POCOS EJEMPLOS como el del intento de crear un museo de arte contempor¨¢neo en Espa?a sirven mejor para comprender la distancia que separa el ¨¢mbito de lo oficial de la eficacia. Casi un siglo despu¨¦s de su creaci¨®n, lo m¨¢s abundante en los fondos de arte contempor¨¢neo no son los cuadros, sino los cambios en la denominaci¨®n del museo que debe albergarlos: desde el inicial Museo de Arte Contempor¨¢neo de Madrid al actual Centro de Arte Reina Sof¨ªa, la entidad ha variado c¨ªclicamente su nombre con la constancia de quienes creen que lo importante es el r¨®tulo.Si, como afirman los expertos, la ¨²nica manera de crear una s¨®lida colecci¨®n de arte es la adquisici¨®n selectiva de obras y la creaci¨®n de un ambiente favorable al arte contempor¨¢neo con la ininterrumpida realizaci¨®n de exposiciones, decisiones pol¨ªtico-administrativas como la que hace desaparecer el Centro Nacional de Exposiciones -con una brillante ejecutoria- permiten vislumbrar una vez m¨¢s el predominio de lo pol¨ªtico sobre la eficacia de los profesionales. El otro pilar, la adquisici¨®n selectiva de obras, para la consecuci¨®n de una colecci¨®n de arte contempor¨¢neo digna, s¨®lo puede concebirse desde la imaginaci¨®n: puesto que el valor de las obras de arte maestras del siglo XX es inalcanzable para los bolsillos de la Administraci¨®n, tru¨¦quense por algunos de los miles de cuadros que reposan eternamente en los s¨®tanos del Prado. La abundancia del arte de otros siglos bien puede encontrar una espl¨¦ndida funci¨®n al paliar la escasez del arte del siglo XX.