Toreo con ritmo de Ra¨²l Zorita
Expresi¨®n de taurinos es: "Quiso, estuvo all¨ª", para significar la entrega del maestro. Y en Tolosa, el que quiso fue Zorita, capaz de torear con decoro, cadencia y buen ritmo, sobre todo a su primero, pastue?o y d¨®cil de embestida por el pit¨®n derecho.
Manzanares quiso menos, casi nada, estuvo menos cari?oso con su profesi¨®n. Cierto que su primero, bronco y alto de agujas, estaba hecho a contraestilo de cualquier torero, y aunque en el segundo de su lote se entreg¨® m¨¢s con el capote, su faena de muleta se desvaneci¨® sin imponerse al toro por falta de reposo.
Atorado parece estar Ortega Cano, que sin acoplarse en su primero, con muchos pasos y pase a pase, no logr¨® ligaz¨®n en un quehacer desigual y encimista, y se las vio y dese¨® para matar a su segundo, apuntando con la espada muchas veces al chaleco, y a la novena, bajonazo.
Jim¨¦nez / Manzanares, Ortega Cano, Zorita
Toros de Eloy Jim¨¦nez, manejables, 52, manso. Jos¨¦ Mari Manzanares: pitos; divisi¨®n y saludos. Ortega Cano. ovaci¨®n y saludos; pitos. Ra¨²l Zorita: dos orejas; aviso. Plaza de Tolosa, 25 de junio.
Para no ser menos, Zorita al ¨²ltimo tambi¨¦n lo liquid¨® casi a la novena. Aunque el torero mantuvo buen ¨¢nimo con un toro insulso y que embest¨ªa al paso. Zorita aqu¨ª puso m¨¢s terreno de por medio, hizo un t¨²nel entre toro y torero, y Zorita, que apunta condiciones, no debe dejarse hacer el t¨²nel de los taurinos, torear sin cobrar. Y en Tolosa parece que se lo han hecho.
Cogida de Richard Millian
Richard Millian sufri¨® una cogida de pron¨®stico menos grave en el primer toro de la corrida celebrada ayer en Barcelona. La cornada es de cinco cent¨ªmetros, en Ja axila derecha, y desgarra el m¨²sculo pectoral.
En este festejo se lidiaron toros franceses de Huber Yonnet, con trap¨ªo, astifinos, duros y encastados, informa ?ngel Cebri¨¢n. Millian, pese a estar herido, estoque¨® al primero, y tuvo silencio. Alvaro Amores, silencio, silencio y vuelta al ruedo, respectivamente, en los tres toros que lidi¨®. Rafael de la Vi?a, silencio en su lote.
Babelia
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