Una soluci¨®n africana
El presidente de Zaire y su hom¨®logo angole?o se apuntan un ¨¦xito pol¨ªtico y diplom¨¢tico con esta soluci¨®n africana del conflicto angole?o, que Mobutu espera explotar durante su visita a Washington para presentar como el mejor aliado de Estados Unidos en el ?frica subsahariana.Sin embargo, la cumbre de Gbadolite supone un manotazo sobre la realidad de una soluci¨®n concertada entre las superpotencias dentro del nuevo esp¨ªritu de las reformas de Mijail Gorbachov.
Sin reclamar este t¨ªtulo, el joven presidente Dos Santos, ingeniero de petr¨®leos, formado en Baku y casado con una sovi¨¦tica, puede tambi¨¦n reivindicar el m¨¦rito de esta perestroika tropical. A pesar de las presiones directas de Mosc¨² sobre el aliado cubano y las iniciativas diplom¨¢ticas del Kremlin, junto a Savimbi y Pretoria, el paso hist¨®rico dado en Angola no habr¨ªa sido posible sin las reformas, pacientemente emprendidas por Dos Santos desde que accedi¨® al poder tras la muerte del primer presidente de la Rep¨²blica Popular de Angola, Agostinho Neto, en 1977.
Eduardos Dos Santos puede decir, sin faltar demasiado a la verdad, que siempre defendi¨® la paz y la unidad nacional. Esta preocupaci¨®n puede ahora servir de puente para superar las dificultades planteadas por a?os de guerra con UNITA.
En ?frica, los cambios en las alianzas pueden producirse con relativa facilidad, sobre todo cuando son protagonizadas por l¨ªderes con s¨®lido prestigio. El de Savimbi no parece ofrecer dudas; el de Dos Santos, muchas veces cuestionado, sale reforzado de este proceso negociador.
Lo importante ahora es que las potencias externas a la regi¨®n se abstengan de realizar nuevas interferencias. La noticia m¨¢s preocupante es tal vez el anuncio realizado por el portavoz del Departamento de Estado norteamericano de que va a continuar la ayuda militar a UNITA. ?sta es una actitud aparentemente incomprensible despu¨¦s de la entrada en vigor del alto el fuego.
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