El d¨ªa 1 de la paz en Angola
El acuerdo, un ejemplo para Mozambique y el ANC surafricano NICOLE GUARDIOLA ENVIADA ESPECIAL,
El armisticio firmado el pasado 22 de junio entre el Gobierno de Luanda y los rebeldes de la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola(UNITA) entr¨® en vigor en todo el territorio del pa¨ªs africano y, seg¨²n diplom¨¢ticos occidentales, no se registraron violaciones del alto el fuego en . sus primeras 24 horas de vigencia.
El transbordador diplom¨¢tico en tre Luanda y Kinshasa, que pre cedi¨® la cumbre africana de Gdabolite, contin¨²a y el presidente angole?o, Jos¨¦ Eduardo Dos Santos, recibi¨® el s¨¢bado a Nimy Maybika Ngimbi, enviado especial del jefe de Estado zaire?o, Mobutu Sese Seko, para tratar de concretar la forma de reinser tar a los guerrilleros de UNITA en la sociedad angole?a y otros asuntos sobre la reconciliaci¨®n nacional. La televisi¨®n angole?a, que mostr¨® imagenes del inicio de la audiencia, insisti¨® sobre el hecho de que el acuerdo "hist¨®rico" es consecuencia de la estra tegia del Gobierno de Luanda ratificada por el Comit¨¦ Central del partido en el poder (MPLA) en mayo de 1988, pero no mencionaba la soluci¨®n al caso de Jonas Savimbi, l¨ªder de UNITA. E silencio oficial alimenta los ru mores contradictorios acerca delexilio voluntario de] dirigente re belde.Al extender la mano a Savimbi, al que hasta hace poco la pro paganda del r¨¦gimen de Luanda llamaba "el jefe de los bandidos armados y el t¨ªtere de los racistas surafricanos", el presidente an gole?o dio un paso decisivo, no s¨®lo para el fin de la guerra civil en Angola, sino tambi¨¦n para un Ziro de la situaci¨®n en toda el Africa austral.Mejorar la vida
El presidente mozambique?o, Joaquim Chissano, admite que Maputo pueda adoptar el modelo angole?o para acabar con la guerrilla de la Resistencia Nacional Mozambique?a (RENAMO) e invita a los rebeldes a seguir el ejemplo de UNITA e insertarse en el orden existente, "lo que no quiere decir que ¨¦ste no pueda ser modificado". Los nacionalistas surafricanos del ANC tam bi¨¦n preparan una plataforma para eventuales negociaciones con el Gobierno de Pretoria.
Eduardo Dos Santos sabe que sus compatriotas esperan de ¨¦l mucho m¨¢s que el cese de una guerra, que ya se hab¨ªa visto que no ten¨ªa soluci¨®n militar. Esperan tambi¨¦n la mejor¨ªa de sus condiciones de vida, la normafl zaci¨®n de los abastecimientos y de los transportes y el fin de un sistema que se alimenta de la peque?a y gran corrupci¨®n. Por ¨¦sto, tal vez, la radio nacional angole?a subraya que el ¨¦xito del plan de paz depender¨¢, en ¨²ltima instancia, de la capacidad de adaptaci¨®n de todos los militantes al nuevo esp¨ªritu de "tolerancia y flexibilidad pol¨ªtica", de la "democratizaci¨®n interna" y de la adhesi¨®n de todos los grandes objetivos a la "unidad nacional".En julio empieza la preparaci¨®n M congreso del MPLA previsto para 1990, pero que podr¨ªa adelantarse. En las instrucciones dadas a todas las estructuras del partido se insiste sobre la necesidad de una m¨¢s rigurosa y exigente preparaci¨®n de militantes y cuadros, lo que puede dar lugar a una primera depuraci¨®n de los elementos que no est¨¢n de acuerdo con la nueva l¨ªnea.
Las reacciones del hombre de la calle en Luanda coinciden con las afirmaciones de la propaganda oficial: evidencian la madurez pol¨ªtica de una opini¨®n p¨²blica bastante m¨¢s politizada y mejor informada que en otros pa¨ªses africanos supuestamente m¨¢s democr¨¢ticos. El s¨¢bado, el Jorna de Angola, diario estatal y ¨²nico, que tra¨ªa en toda la primera p¨¢gina el texto M acuerdo de Gbadolite, se agot¨® en pocos minutos. En peque?os grupos, frente al escaparate donde se exhibe la edici¨®n del d¨ªa, o sentados en los bancos colocados a lo largo de la calle que bordea la bah¨ªa de Luanda, se comentaban las noticias y se completaba la informaci¨®n oficial, citando las m¨¢s diversas fuentes: de la Voz de Am¨¦rica a la Radio Surafricana.
Si la televisi¨®n angole?a no mostr¨® imagenes del encierro hist¨®rico entre Dos Santos y Savimbi, amigos o familiares, residentes en Portugal, se encargaron de comunicar que hab¨ªan visto al jefe del Gobierno de Luanda y al l¨ªder de UNITA sentados en la misma mesa.
Si la necesidad de hacer un hueco en las estructuras del poder para reinsertar a los cuadros de UNITA hace prever una infinidad de conflictos y reacciones de desagrado, el pueblo parece dispuesto a dar un margen de confianza a los dirigentes capaces de restablecer la paz.
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