"Ricos y pobres en paz y seguridad"
El c¨®dice del Fuero de Madrid es una de las piezas m¨¢s valiosas que custodia el Archivo de la Villa. Aquellos cuatro cuadernillos de de ocho hojas -el segundo se perdi¨® hace siglos- son las primeras normas legales que rigieron la vida de los vecinos de Madrid.
Las ordenanzas las mand¨® redactar el rey Alfonso VIII en 1202 -quiz¨¢ antes- para que "ricos y pobres vivan en paz y seguridad", dice el texto escrito en lat¨ªn arromanzado.
Desde la promulgaci¨®n del fuero, los miembros del concejo empezaron a reunirse semalmente, avisados a toque de campana, en el claustro de la iglesia de San Salvador, que estaba situada en la calle Mayor, frente a la actual plaza de la Villa. Tambi¨¦n se establec¨ªan en el fuero las penas para castigar los delitos m¨¢s variados y las multas para sancionar las peque?as infracciones ciudadanas.
"Pan minguado"
El fuero estableci¨® la pena de muerte para los ladrones -precepto 110- y una multa de cuatro maraved¨ªes a aquellos pendencieros que organizaran peleas, a pu?etazos o a patadas. Los panaderos estaban perfectamente controlados. Hab¨ªa multas de medio maraved¨ª para los que se vendiesen "pan minguado" (precepto 57).
Un ochavo de maraved¨ª era la multa que se impon¨ªa a los que arrojasen inmundicias a las calles cercanas a la puerta de Guadalajara, situada en la esquina de la actual calle Mayor con la de Milaneses. Otro ochavo de maraved¨ª era el castigo por lavar tripas de animales en la alcantarilla de San Pedro. La persona del alcalde quedaba bien protegida en los fueros. El precepto 38 preve¨ªa una multa de cinco maraved¨ªes a aquellos que osaran llamar mentiroso al regidor de la villa.
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