Los legajos de la villa

Dos funcionarios contemplan c¨®mo una rata vive a sus anchas entre los legajos de un inmenso archivo. "?Y por qu¨¦ no pones raticida?", pregunta uno. "Porque es la ¨²nica que sabe d¨®nde est¨¢ todo". Una copia de esta vi?eta de Forges est¨¢ sobre la mesa del director del archivo de Madrid, donde se guardan miles de documentos de los ¨²ltimos nueve siglos de la vida cotidiana, legal y administrativa de la ciudad. Primero fue en un arc¨®n. Ahora, 16 kil¨®metros de estanter¨ªas. En los ¨²ltimos 23 a?os no ha entrado ni un solo papel en el Archivo de Villa. No caben m¨¢s. Desde 1863 se encontraba de forma provisional en la Casa de la Panader¨ªa.

M¨¢s de dos a?os ha durado el traslado de miles de toneladas de papel del Archivo de Villa hasta sus nuevas dependencias del cuartel del Conde-Duque. Tras nueve siglos de ac¨¢ para all¨¢ ha encontrado, al fin, un lugar apropiado. Hac¨ªa 126 a?os que estaba, provisionalmente, en la Casa de la Panader¨ªa, en la plaza Mayor. Cuando lleg¨® hasta all¨ª, desde la casa consistorial, un tercio de los documentos se quedaron en el almac¨¦n municipal, porque ya entonces no hab¨ªa sitio.En 1966 estaba totalmente saturado. El Archivo contaba con 8,5 kil¨®metros de estanter¨ªas, la mitad que el actual. "Nuestros dep¨®sitos estaban atestados, los legajos por los pasillos", recordaba a?os despu¨¦s la entonces archivera Carmen Cayetano.

"El archivo ha estado silencioso, pero no callado", comentaba su director -archivero de villa-, Jos¨¦ Mar¨ªa Bern¨¢ldez Montalvo, durante la inauguraci¨®n de la nueva sede. Los millares de documentos que ha generado la maquinaria del Ayuntamiento en los ¨²ltimos a?os se han ido apilando sin posibilidad de incorporarlos a los fondos documentales. Ahora hay que recuperar el tiempo perdido. Se tardar¨¢ m¨¢s de una d¨¦cada en ponerlo al d¨ªa.

En las entra?as del cuartel del Conde-Duque se api?an 2.500.000 expedientes administrativos en 32.149 legajos, 3.350 documentos reales, 20.000 libros administrativos, 2.046 de actas y 11.894 padrones, 700 planos municipales, adem¨¢s de una masa documental dif¨ªcilmente evaluable acumulada durante los ¨²ltimos 23 a?os. El valor econ¨®mico de los documentos depositados en el archivo podr¨ªa alcanzar los 50.000 millones de pesetas, calcula Bern¨¢ldez.

El m¨¢s antiguo

El m¨¢s antiguo data de 1152 y hace referencia a uno de tantos litigios fronterizos que Madrid mantuvo durante siglos con Segovia. Tuvo que mediar entonces el rey Alfonso VII, que dej¨® constancia de los l¨ªmites territoriales en el texto que hoy todav¨ªa se conserva. En aquella ¨¦poca debi¨® guardarse, junto a otros documentos coet¨¢neos, en un arc¨®n ubicado en el claustro de la iglesia de San Salvador, donde tambi¨¦n se reun¨ªa el Concejo de la Villa a falta de casa consistorial. El halo religioso no lo perdi¨® en su siguiente traslado. Cuando se construy¨® el primer Ayuntamiento de Madrid el archivo fue a parar a la capilla. "El archivero era uno de los funcionarios m¨¢s considerados", explica Bern¨¢ldez, "ten¨ªa casi poderes notariales al poder certificar la autenticidad de los documentos".Para su director, el Archivo de Villa es de los m¨¢s ricos de Europa y uno de los mejor conservados. En los miles de documentos que atesora se conservan todav¨ªa p¨¢ginas in¨¦ditas de la historia de Madrid cuyos secretos intentan ser desvelados anualmente por decenas de investigadores. El pasado a?o se sirvieron 12.000 documentos a la investigaci¨®n, pero "la historia de Madrid todav¨ªa est¨¢ por escribir", opina Bern¨¢ldez.

El propio Bern¨¢ldez, archivero de villa desde 1985, ha hecho sus propias investigaciones, que le permiten asegurar, por ejemplo, que el plant¨ªgrado del escudo madrile?o es una hembra. "Representaba la abundancia de caza mayor en la zona", afirma. El sello m¨¢s antiguo es de 1382 y en ¨¦l se ve la figura de un oso/a, a¨²n sin el madro?o ni las siete estrellas. Tras escribir la historia del ¨²nico colegio que existi¨® en Madrid entre 1290 y 1619, -el Estudio de la Villa- de propiedad municipal, prepara nuevos trabajos sobre aspectos vagamente investigados. "Por ejemplo, las relaciones entre la Corona y la Villa, que cost¨® mucho dinero a los madrile?os, hasta el punto que en el reinado de Felipe III se hac¨ªan recaudaciones para pagar la comida del rey".