La operativa bancaria dificulta el control fiscal sobre los cinco billones de pesetas invertidos en letras del Tesoro
CONCHA MART?N, La operativa bancaria ha convertido la informaci¨®n suministrada a Hacienda sobre los titulares de letras del Tesoro en un damero maldito dif¨ªcil de descifrar. La utilizaci¨®n de cuentas financieras compartidas por varios titulares, letras a nombre de personas fallecidas o suscritas sin consentimiento de la persona que figura como su propietario, etc¨¦tera, son algunas de estas pr¨¢cticas que pueden congestionar esta segunda ola en la lucha contra el fraude fiscal. Hacienda, sin embargo, asegura que llegar¨¢ hasta el final para descubrir un fraude que consiste en no declarar los rendimientos de las letras. En los pr¨®ximos d¨ªas, Hacienda enviar¨¢ a los titulares de las letras identificados una carta en la que se les recordar¨¢n sus obligaciones fiscales.
Hacienda acaba de procesar los datos recibidos de las entidades financieras sobre los titulares de letras del Tesoro suscritas en 1987. En una primera fase, la dificultad ha consistido en que los datos suministrados no cuadraban con los facilitados por el Banco de Espa?a sobre el volumen de letras en circulaci¨®n, unos 5 billones de pesetas. Ello ha provocado que Hacienda haya tenido que devolver en m¨¢s de una ocasi¨®n estos datos a algunas entidades financieras para que los presentaran correctamente.Ahora, los datos en poder de Hacienda cuadran, pero existen serias dificultades para identificar a sus titulares y as¨ª poder cruzar esta informaci¨®n con sus declaraciones de renta y patrimonio y comprobar si han tributado por los rendimientos obtenidos. El primer problema es que las entidades financieras han abierto cuentas financieras en las que pueden participar varios particulares. De esta forma, han salvado la limitaci¨®n legal de invertir un m¨ªnimo de un mill¨®n de pesetas en una letra del Tesoro. El n¨²mero de personas que participan en estas cuentas compartidas y las peque?as cantidades invertidas -a partir de 100.000 pesetas- dificultan la identificaci¨®n de los titulares.
Cuentas financieras
Adem¨¢s, una sola persona puede haber suscrito varias de estas cuentas por lo que llegar al volumen total invertido se ha convertido para Hacienda en un rompecabezas de dif¨ªcil soluci¨®n. Otro problema es que la titularidad de estas cuentas es compartida en algunos casos por varias personas, lo que convierte el asunto en un crucigrama de doble y hasta triple entrada. Y, por ¨²ltimo, el gran n¨²mero de operaciones que una sola entidad realiza con estas cuentas -hasta 300 millones de registros en un a?o- es otra dificultad a?adida.
El hecho de que las letras del Tesoro no tengan retenci¨®n en origen -es decir, en el momento de suscribirlas- ha hecho suponer a algunos inversores que este activo es opaco. Sin embargo, debe figurar el nombre, firma y carn¨¦ de identidad del titular -a diferencia de los pagar¨¦s del Tesoro que son al portador- y deben declararse despu¨¦s como rendimientos del capital. Hacienda se dispone a exigir el pago de impuestos cuando se compruebe que los rendimientos de las letras no han sido declarados.
Para empezar, se han descubierto unos 50 casos sobre los que ya est¨¢ actuando la Inspecci¨®n. Por ejemplo, dos personas con una inversi¨®n en letras de 130 y 90 millones de pesetas cuyos titulares han resultado ser dos personas recientemente fallecidas. Otro caso es el de un titular con letras por valor de 160 millones de pesetas que aleg¨® tener amnesia y no acordarse de haberlas firmado. Se ha descubierto tambi¨¦n un titular que result¨® ser el portero de una finca que hab¨ªa invertido 97 millones. En otros casos, el afectado aleg¨® desconocer que pose¨ªa letras y se est¨¢ investigando si la firma es falsa.
En cuanto a los datos de 1988, tambi¨¦n en poder de Hacienda, son m¨¢s correctos que los del a?o anterior ya que, al menos, las cifras cuadran.
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