El PRI mexicano admite por primera vez una derrota

Por primera vez en sus 60 a?os de existencia, el gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI) acept¨® haber perdido una elecci¨®n para gobernador. En un extenso comunicado en el que se declara satisfecho por la "modernizaci¨®n" y el "cambio" a los que se ha sometido el partido, el presidente de ¨¦ste, Luis Donaldo Colosio, inform¨® el martes por la noche (madrugada de ayer en Espa?a) de que "la tendencia de los resultados" indica que Ernesto Ruffo triunf¨® en los comicios celebrados el domingo en el Estado de Baja California Norte.

A excepci¨®n del reconocimiento por parte de Colosio de la derrota priista, no ha habido ninguna sorpresa para los que han seguido de cerca el proceso electoral en el Estado fronterizo con Estados Unidos. Ruffo es un joven empresario pesquero nacido en Estados Unidos y nacionalizado mexicano hace tan solo unos a?os. El pol¨ªtico es, sin embargo, extremadamente popular, y hab¨ªa sido alcalde de la ciudad de Ensenada, precisamente en Baja California Norte.El reconocimiento de su triunfo por el PRI no ha sido tan simple. Ruffo y su partido crearon lo que se denomin¨® Ej¨¦rcito de la Democracia: miles de militantes desparramados por todo el Estado y que cubr¨ªan cada centro de votaci¨®n. All¨ª, los delegados de Ruffo se mantuvieron atentos y vigilantes hasta que concluy¨® la jornada electoral, y no se movieron del lugar hasta no tener en sus manos una copia del acta con los resultados.

Es la ¨²nica manera de conjurar el fraude, dijo Ruffo d¨ªas antes de la elecci¨®n. El mismo procedimiento hab¨ªa aplicado para arrancarle el triunfo al candidato priista en la elecci¨®n para la alcald¨ªa de Ensenada, hace tres a?os. Ruffo es un veterano de las pr¨¢cticas electorales. Desde los 18 a?os -ahora tiene 37-, el gobernador electo ha participado en procesos electorales como vigilante en los colegios de votaci¨®n. "Conoce todos los detalles mara?as del proceso", escribi¨® una revista local hablando de por qu¨¦ Ruffo ser¨ªa un hueso duro de roer en t¨¦rminos de cualquier intento de fraude.

Seguridad en el triunfo

Ruffo estaba seguro de su triunfo a¨²n antes de la elecci¨®n. Su popularidad, una aceptable campa?a electoral, el Ej¨¦rcito de la Democracia y el hecho de que Baja California Norte sea un Estado donde el PRI es minoritario hac¨ªan pensar que ser¨ªa el primer gobernador opositor en la historia contempor¨¢nea de M¨¦xico. "Esta elecci¨®n ya la gan¨¦... Ahora nada m¨¢s falta que se reconozca nuestro triunfo", clam¨® Ruffo la semana pasada.

Varios analistas pol¨ªticos han vinculado la actitud priista de aceptar la derrota con aspectos nacionales e internacionales. Entre los primeros se menciona que el actual presidente mexicano sea considera do "el padre fundador" de la moderna democracia mexicana. Estas reformas pol¨ªticas, se dice, dar¨ªan a Salinas de Gortari "mayor credibilidad y legitimidad" que todo el dinero gastado en su imagen.

En el orden internacional se cita el pr¨®ximo viaje del primer mandatario a Europa. "All¨¢, don Carlos [Salinas de Gortari] no querr¨¢ enfrentarse la pr¨®xima semana a la opini¨®n p¨²blica europea, particularmente a la espa?ola, tan sensible en aquel negocio de la democracia, con las manos manchadas de fraude", escribi¨® Jos¨¦ Ortiz Pinchetti, en el influyente matutino La jornada.

El drama electoral todav¨ªa no ha concluido. Quedan pendientes los resultados del Estado de Michoac¨¢n, que se conocer¨¢n el domingo. Considerada tierra de la oposici¨®n de Cuauth¨¦moc C¨¢rdenas, el PRI conf¨ªa en ganar la mayor¨ªa del Congreso local.

Entre tanto, M¨¦xico parece haber ingresado en el campo de la modernidad pol¨ªtica. Al menos, eso se deduce de lo dicho por Colosio. "Nos sujetamos al juicio de la voluntad popular", dijo el senador. "Vivimos un momento de cambio. Los vientos democr¨¢ticos recorren buena parte del mundo... Nosotros, como partido, estamos dispuestos a jug¨¢rnosla con la democracia". Las frases no son nuevas entre los priistas, pero a tenor de lo sucedido en Baja Calif¨®rnia Norte, adquieren su significado real.