El disidente norteamericano
Noam Chomsky, autor de "La cultura del terrorismo', contra el pensamiento liberal
Noam Chomsky, pensador y ling¨¹ista, es una de las voces radicales m¨¢s reconocidas internacionalmente que tiene hoy Estados Unidos. Sin embargo, los trabajos que primero le dieron renombre fueron sus obras de ling¨¹¨ªstica, que le convirtieron en uno de los creadores de la gram¨¢tica generativa. Desde hace muchos a?os, Chomsky es profesor del Massachusetts Institute of Technology. En paralelo, Chomsky ha desarrollado una larga carrera como cr¨ªtico de la sociedad norteamericana, hasta el punto de ostentar hoy el papel de su m¨¢s grande disidente. En Espa?a acaban de aparecer sus libros La cultura del terrorismo (Ediciones B) y Sobre el poder y la ideolog¨ªa (Visor).
Pregunta. En su pr¨®ximo libro, Ilusiones necesarias, habla del . control de pensamiento en las sociedades democr¨¢ticas". ?Qu¨¦ funci¨®n cumplen los medios de comunicaci¨®n en este sentido?Respuesta. Entre los grandes medios de comunicaci¨®n debemos diferenciar al menos dos tipos: aquellos grandes medios de prestigio que son los que imponen la agenda de los reportajes, de la interpretaci¨®n, etc¨¦tera, y los que simplemente se dirigen a las grandes masas, y que son, por ejemplo, la mayor parte de los televisivos. La funci¨®n de estos ¨²ltimos, de los medios de masas, consiste b¨¢sicamente en marginar a la poblaci¨®n general y desviar la atenci¨®n de la gente de todo aquello que realmente pueda importar. Respecto a los medios de prestigio, que como mucho se dirigen a un 20% de la poblaci¨®n, podemos decir que de ellos se espera que implementen la pol¨ªtica general del sistema en cuanto que ellos mismos son managers de este mismo conglomerado ideol¨®gico y empresarial
Fabricar el consenso
P. En sus respectivos an¨¢lisis, usted menciona dos modelos de interpretaci¨®n de los medios...
R. El modelo menos convencional es el que podr¨ªamos denominar como la tradicional funci¨®n jeffersoniana de los medios, en cuanto contrapeso al Gobierno. Claro que, si tomarnos en serio a Jefferson, debemos entender que este contrapeso se dirige contra toda concentraci¨®n de poder, poder empresarial, gubernamental o cualquier otro. El concepto alternativo de los medios que nosotros proponemos es lo que llamarnos el modelo de propaganda, seg¨²n el cual los medios se sit¨²an al servicio del poder privado, e incidentalmente, al servicio del Gobierno, que refleja un sector de ese poder privado. En este modelo podemos distinguir un aspecto descriptivo y un aspecto normativo.
P. ?Le importar¨ªa definirnos brevemente cada uno de estos modelos?
R. El normativo se refiere a c¨®mo los medios deber¨ªan comportarse. En breve, que el papel de la clase intelectual consiste en servir los intereses de los grupos de poder y marginar a la poblaci¨®n general en cuanto potencial enemigo peligroso. De hecho, el t¨ªtulo del libro del que soy coautor junto con Edward S. Herman, Manufacturing consent (Manufacturando o Prefabricando el consenso), est¨¢ tomado de una de las expresiones que caracterizan esta visi¨®n, la de Walter Lippmann, que opinaba que los medios "deben cumplir la funci¨®n de manufacturar el consenso, ya que la poblaci¨®n general no puede entender los intereses comunes".
P. De hecho, su nuevo libro tambi¨¦n est¨¢ relacionado con otra expresi¨®n utilizada por, llamemos, esa escuela liberal, ?no es cierto?
R. S¨ª, es el nuevo libro que sacar¨¦ a la calle dentro de poco. Se titula Ilusiones necesarias, y la expresi¨®n est¨¢ tomada de otro autor que representa esa visi¨®n, Reinhald Nimie. ?l considera que el .papel de los intelectuales es el de presentar ilusiones necesarias y simplificaciones emocionalmente elegidas para mantener a la poblaci¨®n general encarrilada". Por tanto, es preciso que la "clase especializada", lo que ¨¦l llama los "fr¨ªos observadores", que accede r¨¢ a este control son aquellos que est¨¦n dispuestos a servir los inte reses de los privilegiados.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el aspecto des criptivo de este modelo?
R. En el aspecto descriptivo, lo primero que quiero recalcar es que esta visi¨®n es la t¨ªpica de los de moliberales. Por ejemplo, si anali zamos las encuestas de opini¨®n, vemos que por lo general el p¨²bli co tiende a pensar que los medios son muy conformistas y serviles hacia el poder establecido, que es algo muy diferente a la imagen que los medios tienen de s¨ª rr¨²sinos. Seg¨²n esto, deber¨ªamos pensar que el debate se centrar¨ªa en si los medios son o no son independien tes respecto al poder p¨²blico. Pues sucede m¨¢s bien al contrario. El debate aqu¨ª se centra en si los medios han ido dernas¨ªado lejos en su papel de cr¨ªtica al poder, minando la autoridad p¨²blica.
P. Parecer¨ªa dif¨ªlcil trabajar en Estados Unidos bajo estas circunstancias...
R. No, no lo crea. ?sta no es una sociedad totalitaria. En realidad, es una sociedad muy libre, tal vez la m¨¢s libre que exista en el mundo. El Estado tiene pocos medios para cohesionar a los individuos, especialmente a aquellos que disfrutan alg¨²n grado de privilegio. En realidad, es un sistema muy seguro, porque el n¨²mero de individuos que desean alejarse de la corriente general y de su marco de pensamiento es muy escaso, casi un error estad¨ªstico. Yo supongo que soy una clase de error.
P. ?Cree usted que la Prensa europea es cualitativamente diferente a la norteamericana?
R. De ninguna manera. Mi impresi¨®n general es que la Prensa europea y, de hecho, la comunidad intelectual europea se mueven bajo un importante grado de colonizaci¨®n cultural norteamericana, mucho m¨¢s de lo que a ellos les gustar¨ªa pensar.
P. Sin embargo, en Europa se considera que los intelectuales tienen m¨¢s poder que en Estados Unidos a la hora de hacer titulares.
R. S¨ª, es probable que los intelectuales norteamericanos no reciban ese tipo de publicidad, pero yo creo que eso es una cosa muy buena que tiene la sociedad norteamericana. Yo no veo ninguna raz¨®n especial por la cual el enunciado de un gran intelectual debe ser tomado seriamente. Que los intelectuales reciban esa especie de exagerada atenci¨®n lo considero una debilidad de la sociedad europea. En mi opin¨®n, lo que debe ser tomado seriamente en una sociedad democr¨¢tica es la poblaci¨®n general.
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