Los laboristas israel¨ªes, dispuestos a abandonar la coalici¨®n con el Likud
Sim¨®n Peres ha inducido al bur¨® pol¨ªtico (organismo dirigente) del Partido Laborista israel¨ª) a que recomiende al comit¨¦ central de la misma agrupaci¨®n pol¨ªtica que apruebe el cese de los ministros laboristas que participan en el actual Gobierno de unidad nacional junto al Likud (conservadores). La raz¨®n es la capitulaci¨®n del primer ministro y dirigente del Likud, Isaac Shamir, ante el dictado del halc¨®n de su grupo Ariel Sharon, que ha matado de hecho la iniciativa de paz israel¨ª.
Incluso el ministro de Defensa, Isaac Rabin, que defendi¨® con vehemencia la entrada laborista en el Gobierno de Isaac Shamir -dirigente del Likud- y uno de los padres de la iniciativa de paz, ha votado a favor de la resoluci¨®n del bur¨® pol¨ªtico de su partido. "Los compromisos contra¨ªdos por Shamir con el comit¨¦ central del Likud", dijo el ministro de Defensa, "han puesto fin a la iniciativa de paz. En tales cond¨ªciones no tiene sentido que sigamos en el Gobierno". La decisi¨®n del bur¨® pol¨ªtico, al tener car¨¢cter de apremio, debe ser ratificada por el comit¨¦ central del partido, que se reunir¨¢ dentro de tres o cinco semanas.Este tiempo es fundamental para Shamir, que intentar¨¢ demostrar a los laboristas y a los norteamericanos que "nada ha cambiado" respecto al plan de paz, tal y como fue aprobado por el Gobierno y el Parlamento (Kneset), antes de las modificaciones aprobadas por el Likud y recogidas por el primer ministro y conocidas como los cuatro puntos. Si, como todo parece indicar, la inicitiva de paz es ya un cad¨¢ver, el comit¨¦ central laborista votar¨¢ a favor de la salida de sus ministros.
EE UU, entre tanto, insiste ante los dirigentes laboristas en la necesidad de no soltar amarras. El embajador estadounidense en Jerusal¨¦n, William Brown, se entrevist¨® con Peres, a quien transmiti¨® un mensaje de James Baker en el que el secretario de Estado pide al l¨ªder laborista que por el momento no acabe con la coalici¨®n gubernamental israel¨ª. La Administraci¨®n de Bush utiliza la conocida pol¨ªtica del garrote y la zanahoria frente a Shamir. Por una parte, Washington se adhiere a las recientes declaraciones de Shamir y de su ministro de Exteriores, Moshe Arens, acerca de que "la iniciativa de paz es tan v¨¢lida como lo era antes de la reuni¨®n del Likud", pero solicita al Gobierno israel¨ª que estas aseveraciones vayan acompa?adas de progresos diplom¨¢ticos. Baker hizo saber que si la iniciativa de Sharnir est¨¢ "herida de muerte", como afirma Peres, EE UU buscar¨¢ una v¨ªa alternativa, como por ejemplo una conferencia internacional.
La semana pr¨®xima llegar¨¢ a Israel una delegaci¨®n norteamericana de alto nivel, encabezada por el subsecretario de Estado, Lawrence Eagleburger, a quien acompa?ar¨¢n John Kelly, adjunto al secretario de Estado, y Dennis Ross, jefe del departamento de planificaci¨®n pol¨ªtica.
Importantes figuras jud¨ªas estadounidenses han enviado untelegrama a Peres rog¨¢ndole que no abandone el Gobierno de coalici¨®n porque ello "supondr¨ªa la muerte de toda esperanza de paz y minar¨ªa seriamente la posici¨®n de Israel en EE UU".
Las gestiones de EE UU
Entretanto, Sharon hace todo lo que est¨¢ en su mano para arrojar del Gobierno a los laboristas, al hacer una calurosa defensa de los compromisos contra¨ªdos por Shamir con el Likud. Sharon hace adem¨¢s un c¨¢lculo pol¨ªtico. Si los laboristas abandonan el Gobierno, las elecciones anticipadas ser¨¢n inevitables, y en ese caso bien pudiera presentarse ¨¦l mismo como candidato a presidir la lista del Likud y, eventualmente, a encabezar un Gobierno que surgiera de esas elecciones. En opini¨®n de algunos expertos, Sharon tiene ahora su mejor oportunidad, frente a un Shamir humillado por sus adversarios pol¨ªticos y derrotado en el comit¨¦ central del Likud.
Peres y Rabin han conseguido ponerse de acuerdo para enumerar las condiciones de paz de los laboristas, con el prop¨®sito de contrarrestar el endurecimiento de Shamir bajo las presiones de su partido, el Likud. Estamos convencidos, vino a decir Peres al bur¨® pol¨ªtico de su partido, de que es imposible un acuerdo con los pa¨ªses ¨¢rabes y con los palestinos si el Gobierno no acepta el principio incluido en la resoluci¨®n 242 de intercambiar paz por territorios. Afirmar, como Shamir, que Israel "no devolver¨¢ un cent¨ªmetro cuadrado", dijo Peres, es hacer imposible toda negociaci¨®n. Y a?adi¨® el ministro de Finanzas que afirmar, como Shamir, que todo terrorismo y toda violencia deben cesar antes de comenzar a discutir con los palestinos las modalidades de las elecciones en los territorios ocupados es "concederles a los terroristas el derecho de veto sobre todo el proceso de paz".
El desafio est¨¢ ahora en el campo del Likud. La respuesta entre los colaboradores de Shamier ha sido inmediata: "?C¨®mo explicar¨¢n los laboristas su abandono en estos cr¨ªticos momentos [despu¨¦s del atentado del autob¨²s]?". Su respuesta es que Peres lo pagar¨¢ caro en unas elecciones anticipadas.
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