Portugal: el caso del cr¨ªtico criticado
He terminado la lectura del art¨ªculo de Eurico de Andrade Alves titulado Un pa¨ªs de purilampos y colectas, publicado en EL PA?S del 5 de julio de 1989, y me ha producido una impresi¨®n muy negativa que creo puede ser resumida en los dos puntos siguientes:
1. El se?or De Andrade Silva ha ca¨ªdo en el mismo defecto que ha tratado de criticar en su art¨ªculo.
2. Hace una generalizaci¨®n sobre la idea que tenemos los espa?oles de los portugueses que es bastante simplista y retr¨®grada.
Se?or De Andrade, somos muchos los espa?oles que le puedo asegurar comprendemos, amamos y deseamos conocer m¨¢s y m¨¢s a los portugueses y su bello pa¨ªs.
Todos los defectos que usted nos achaca no los considero como inconvenientes insuperables para poder comprendemos y reducir al m¨ªnimo las barreras que nos separan. La superaci¨®n de los desprecios entre los dos pa¨ªses debe ser uno de los medios para conseguir la uni¨®n que creo tiene que producirse, sin que la misma suponga un dominio de alguien sobre alguien.
Soy un europe¨ªsta convencido que observa a Portugal y a Espa?a formando una s¨®lida balsa muy bien amarrada y unida a Europa por ideolog¨ªa y por intereses de todo tipo.
Por ¨²ltimo le quiero decir, sin ning¨²n sentimiento anexionista, que cuando me encuentro en Portugal no me siento en un pa¨ªs extranjero, es como mi propia casa de mi pa¨ªs-
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