Una 'cumbre' grandiosa

Todas las cumbres del Grupo de los Siete, los pa¨ªses m¨¢s industrializados, han tenido una puesta en escena. Pero nunca hasta ahora el escenario hab¨ªa dominado tan completamente a los actores. El espect¨¢culo de Fran?ois Mitterrand en honor al bicentenario de la Revoluci¨®n Francesa habr¨ªa asombrado incluso al mismo Luis XIV. Mientras el presidente Mitterrand act¨²a como un Borb¨®n de nuestros d¨ªas, Margaret Thatcher interpreta a Pitt el Joven. La Revoluci¨®n provoc¨® una guerra entre Gran Breta?a y Francia que dur¨®, intermitentemente, un cuarto de siglo. De cuando en cuando parece que el bicentenario puede tener un efecto igualmente devastador en las relaciones franco-brit¨¢nicas. Pero Margaret Thatcher simplifica los puntos de vista sobre la contribuci¨®n francesa a la causa de los derechos humanos. Las mismas cumbres se han convertido en una ocasi¨®n, m¨¢s que en una oportunidad, para la, discusi¨®n seria. De todas formas, lo que puede ser mejor recordado con respecto a esta cumbre es el papel concedido a la Comisi¨®n de la Comunidad Europea en relaci¨®n con las reformas en Europa oriental. En este contexto es digna de se?alarse la carta del presidente Gorbachov, especialmente cuando uno recuerda el escenario mundial cuando se iniciaron estas cumbres. Aunque no est¨¢ claro el papel que pueda interpretar la Uni¨®n Sovi¨¦tica en la econom¨ªa de mercado internacional, el hecho de que pretenda hacerlo resulta asombroso. 17 de julio