Joe Cocker, la partida ganada de antemano

Aproximadamente 50.000 personas se reunieron en el auditorio de la madrile?a Casa de Campo, en una de las entradas m¨¢s fuertes desde su nuevo acondicionamiento, para ver las actuaciones de tres nombres importantes dentro del pop-rock brit¨¢nico: Fifher Z, The Waterboys y Joe Cocker. Cuando s¨®lo hab¨ªan pasado algunos minutos de las ocho de la noche sali¨® a escena Fhifer Z, el grupo del que John Watts es ¨²nico miembro fijo.El Rock¨®dromo ard¨ªa bajo un sol feroz, y la gente a¨²n no se hab¨ªa instalado del todo, pese a lo cual, agradaron. No hay que olvidar que ¨¦sta es una de esas formaciones curiosamente m¨¢s populares en Espa?a que en su pa¨ªs. Utilizaron un sonido potent¨ªsimo, muy elevado para un grupo al que se le hab¨ªa asignado el papel de telonero, y con ¨¦l mostraron una fuerza cercana a la de algunas formaciones de rock duro. So Long, uno de sus relativos ¨¦xitos, fue el broche de oro a una actuaci¨®n breve, e intensa de aproximadamente 45 minutos. The Waterboys, comandados por el carism¨¢tico Mick Scott, plantearon su actuaci¨®n de forma bien distinta. Una bater¨ªa, unos teclados, un acorde¨®n y una serie de instrumentos ac¨²sticos de cuerda es todo lo que necesitan para hacer un pop-foIk brillante. El ambiente era festivo, y unos fuegos artificiales, escasos pero atractivos amenizaron la espera hasta la aparici¨®n de la te¨®rica estrella del cartel.

Joe Cocker, el cantante brit¨¢nico de 45 a?os, sali¨® a escena a las 11.20 de la noche. Para entonces ya no quedaba cerveza en ninguno de los numerosos bares del Auditorio y el hielo era dosificado con taca?er¨ªa. En el momento de escribir esta cr¨®nica, Cocker hab¨ªa interpretado un par de temas de marcado acento blues con la inconfundible voz arenosa que le ha hecho popular. Los pies pegados al suelo y los brazos cruzados ante el micr¨®fono, con la sonrisa del que sabe que tiene la partida ganada.