El comandante es due?o del futuro

El comandante es due?o del futuro. Sabe lo que el pueblo ignora. No se ablanda con mujeriles ternuras ante el horror de la sangre. Sacrifica su paz interna y sus m¨¢s ¨ªntimos deseos de piedad o compasi¨®n peque?oburguesa a la salvaci¨®n de la madre patria, madre revoluci¨®n. El comandante es un l¨ªder y el comandante sabe que un l¨ªder de la Revoluci¨®n (con R mayuscul¨ªsima) va siempre por delante de esa est¨²pida plebe que no entiende del valor pedag¨®gico de las ejecuciones. Por eso salud¨® gozoso a los tanques de 1968 en Praga y felicit¨® sincero a los gerontocr¨¢ticos masacradores de la esperanza en Tiananmen. El comandante no aprieta personalmente el gatillo, porque ya hay pobre gente profesionalmente designada para ello. Si fuera preciso lo har¨ªa sin que le temblara un m¨²sculo. El comandante es un hombre de verdad, de los de antes. No como esos degenerados pol¨ªticos burgueses de ahora que se dejan dictar ¨®rdenes por Parlamentos y Asambleas de tontos charlatanes sin pistola. El comandante duerme, dicen, con su pistola siempre debajo de la almohada y juega al baloncesto y siempre gana, y mata siempre s¨®lo por amor al pueblo. El comandante sabe que la Revoluci¨®n tiene derecho a capitalizar la coca¨ªna que los tontos imperialistas consumen como locos. Que un d¨®lar es un d¨®lar aunque huela a narcotr¨¢fico. Que no hay m¨¢s moral ni ley que las que su propia voluntad emana. Y el comandante sabe que la historia lo absolver¨¢, porque la historia est¨¢ definitiva y objetivamente de su lado. M¨¢s le vale. El comandante no absuelve absolutamente a nadie, porque la raz¨®n es suya y el porvenir y el designio de la vida o de la muerte. Y el comandante sabe cu¨¢ndo es preciso poner fin a todo. Lleg¨® el comandante y mand¨® parar, lleg¨® el comandante y mand¨® parar ... Parar. Al amanecer. Como siempre. Se acab¨® la diversi¨®n. Comandante. Como siempre. Maldito seas, comandante Fidel Castro. Maldito seas, sucia bestia asesina-