La victoria de Lemond despierta la afici¨®n por el ciclismo en Estados Unidos
El eco del segundo triunfo de Greg Lemond en el Tour de Francia ha eclipsado en Estados Unidos la victoria de Mark Calcavecchia en el Open Brit¨¢nico de golf y, c¨®mo no, la derrota norteamericana en Copa Davis ante la Rep¨²blica Federal de Alemania. El ciclismo, gracias a los pedales y la incre¨ªble recuperaci¨®n f¨ªsica y humana de Lemond, ha escalado estos d¨ªas las inclinadas crestas de los ¨ªndices de audiencia televisiva y, lo que es m¨¢s dif¨ªcil, ha conseguido calar entre el p¨²blico y hacer rentable su cobertura informativa.
Por primera vez en la historia, el Tour de Francia ha sido seguido d¨ªa a d¨ªa por los peri¨®dicos norteamericanos y los telediarios. Una cadena, la American Broadcasting Company (ABC), incluso se atrevi¨® a retransmitir algunas etapas en directo. Billy Rebr¨ªan, portavoz de ABC, explic¨® que el rating nocturno alcanz¨® durante las retransmisiones y reportajes del Tour los 5,2 puntos, lo que se considera en medios televisivos como un "exito".El triunfo de Lemond se ha explicado en EE UU con cifras. Los n¨²meros y las estad¨ªsticas son la ¨²nica forma de dar a entender a los aficionados norteamericanos la importancia del esfuerzo de su compatriota. The New York Times se refiri¨® a la proeza de Lemond como una victoria por ocho segundos en una carrera de 3.500 kil¨®metros.
La esposa del campe¨®n
El sufrimiento de Kathy Lemond, la esposa del ciclista de Minneapolis, ha servido para hacer comprender al p¨²blico americano la tremenda tensi¨®n que se vive en el Tour y el lado humano de la victoria de Lemond, por el que nadie daba ya un centavo en este pa¨ªs. El esfuerzo del ciclista s¨®lo lo comparten en este pa¨ªs los centenares de miles de mensajeros que recorren las grandes urbes americanas pedaleando y salvando todas clases de obt¨¢culos como altas aceras, pavimientos resbaladizos, vientos terribles y autom¨®viles que se cruzan entre el tr¨¢fico. La esposa del campe¨®n ha confesado ahora que Lemond no dorm¨ªa por las noches desde que la posibilidad de enfundarse el jersey amarillo comenz¨® a dejar de ser un sue?o. "Yo trataba de convencerle de que este a?o no pasaba nada si no ganaba, que lo importante era participar, comprobar que estaba bien y esperar al pr¨®ximo Tour, en el que estoy segura que Greg ser¨¢ imbatible".
Lemond ha olvidado ya la pesadilla de su accidente de caza. Durante los meses siguientes, su recuperaci¨®n fue tremenda. Todos olvidaron la importancia d e su triunfo en el Tour, y el t¨¦rmino casualidad comenz¨® a justificar aquel triunfo de 1987. Su retorno y su nueva victoria colocan a este ciclista en la galer¨ªa de la fama del deporte americano.
Cuando comenz¨® el Tour nadie le consideraba uno de los favoritos. Ni ¨¦l mismo cre¨ªa que tuviera posibilidades de ganar: "Ten¨ªa esperanzas de quedar entre los 20 primeros, y eso hubiera sido un resultado con el que ya me hubiera dado por sat¨ªsfecho. Para estar en la salida de cada prueba he tenido que luchar mucho, y si tengo suerte y no tengo ca¨ªdas o lesiones, el pr¨®ximo a?o estar¨¦ mucho m¨¢s fuerte". Sus 27 a?os y su plena recuperaci¨®n le permiten ver el futuro con optimismo.
Antes de viajar a Francia, los Lemond pasaron una semanas en en Wayzata (Minnesota), donde ambos poseen una casa junto a un gran lago. "All¨ª comprendimos lo importante que era regresar a Europa para participar de nuevo en el Tour y que hab¨ªa alcanzado mi recuperaci¨®n", confes¨® Greg. La victoria no estaba entre sus planes, pero la gloria deportiva le esperaba, silenciosa, en Par¨ªs.
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