La versi¨®n teatral de Scaparro de 'Memorias de Adriano' se estrenar¨¢ en la villa del emperador
Gran expectativa por lo que se considera el espect¨¢culo m¨¢s atractivo de la temporada
El montaje que Maurizio Scaparro ha ideado para la puesta en escena de Memorias de Adriano: historia de una voz, basado en la novela de Marguerite Yourcenar, est¨¢ tan emparentado con, el rito como con la magia y el teatro. Ma?ana, s¨¢bado, bajo las f¨²lgurantes luces del poniente sobre la Villa Adriana, en T¨ªvoli, empezar¨¢ un espect¨¢culo ¨²nico, que s¨®lo podr¨¢ ser presenciado por un n¨²mero reducido de espectadores y que ha despertado gran expectaci¨®n en el mundo del teatro. Los int¨¦rpretes del emperador romano nacido en Espa?a ser¨¢n, en el papel de Adriano joven, el catal¨¢n Jordi Godall, y en el de] Adriano viejo, Giorgio Albertazzi.
S¨®lo 400 espectadores cada vez, en los 15 d¨ªas que durar¨¢ el espect¨¢culo, podr¨¢n tener el privilegio de asistir a una obra teatral completamente original, m¨¢gica, en un lugar de arte casi sagrado donde a¨²n parece como si respirara hoy el esp¨ªritu inmortal del mismo Adriano, el emperador romano reformador nacido en Espa?a que la escritora francesa Marguerite Yourcenar ha inmortalizado en su libro Memorias de Adriano.
Todo comenzar¨¢ en el momento exacto en que empiece la puesta del sol, que en Roma y sobre la villa del antiguo emperador suele en este per¨ªodo te?irse de fuego. Los espectadores, guiados por los actores, har¨¢n en silencio un peque?o recorrido por los lugares claves que reavivan la memoria de Adriano. Despu¨¦s, la representaci¨®n en s¨ª empezar¨¢ dentro de una catacumba que se abrir¨¢ ex profeso al p¨²blico por vez primera en esta ocasi¨®n y acabar¨¢ al descubierto, bajo las estrellas.
Un desaf¨ªo
Si para el genio art¨ªstico del sensibil¨ªsimo Scaparro cada una de sus producciones es como la primera, por el tes¨®n y la emoci¨®n que pone en ellas, "como un parto cada vez", hab¨ªa comentado en una ocasi¨®n, "esta vez se trata quiz¨¢ del mayor desaf¨ªo de mi vida", como ha confesado a este corresponsal mientras va y viene de su despacho del Teatro de Roma a Villa Adriana, donde duerme en el mismo hotel y en la misma habitaci¨®n donde la Yourcenar escribi¨® parte de su famoso libro, base de la nueva obra teatral. Porque se trata de realizar en un espacio colosal una obra ¨ªntima; se trata de hacer revivir un personaje de hace 2.000 a?os en clave moderna, europea; m¨¢s a¨²n, mediterr¨¢nea, que es la mayor vocaci¨®n de Scaparro. Y se trata de no caer en la tentaci¨®n, como subraya Scaparro, de remedar en la fabulosa y poderosa Villa Adriana, que es ya un espect¨¢culo de arquitectura, luz y color, un vulgar y tur¨ªstico luz y sonido.
Seg¨²n Scaparro, el gran protagonista de su creaci¨®n teatral ser¨¢ "la palabra", pronunciada primero en espa?ol, que fue la lengua madre del emperador Adriano, interpretado en su primera fase joven por el actor catal¨¢n Jordi Godall, y despu¨¦s en italiano, que le ense?¨® a pronunciar correctamente a Adriano en Roma precisamente un actor de teatro. Este papel, de Adriano anciano, lo interpretar¨¢ Giorgio Albertazzi, quien, a sus 60 a?os, se siente emocionado como un ni?o: "Lo que me impresiona de Adriano", dice, "es su profundo sentido de la belleza y el haber llegado a vivir un estado de sabidur¨ªa m¨¢s que humano".
Scaparro, que ha trabajado en el Teatro de Europa de Par¨ªs y ha sido director de la Bienal de Teatro de Venecia, ha querido dar a esta obra un car¨¢cter netamente europeo, pensando que si Adr¨ªano era el que hab¨ªa dado unidad al imperio romano, hoy la apuesta de todos es la unidad europea. Pero se trata, en su idea, de una Europa que debe ser menos n¨®rdica y m¨¢s mediterr¨¢nea. De ah¨ª el amor de este gran artista por la nueva Espa?a. Hab¨ªa empezado lanzando al mundo una soberbia interpretaci¨®n multimedia -teatro, cine y televisi¨®n- del Quijote y ahora ha ido a desempolvar un personaje que el mundo ha admirado y que hab¨ªa nacido en Espa?a. De ah¨ª la presencia masiva de espa?oles en la obra, desde el actor Jordi Godall al escen¨®grafo -para su versi¨®n televisiva- Rafael Azcona, al m¨²sico Gregorio Paniagua, al joven y afamado pintor Pedro Cano, a quien ha encargado el papel delicad¨ªsimo y de gran responsabilidad de preparar los poqu¨ªsimos trajes que vestir¨¢n los actores en una obra que es sobre todo "palabra y emoci¨®n" m¨¢s que fastuosidad colosal. Pero adem¨¢s del elemento espa?ol e italiano, en la obra est¨¢ tambi¨¦n la presencia francesa del bailar¨ªn Vu An, del actor griego Andreas Rallys y del escen¨®grafo tambi¨¦n franc¨¦s Jean Launay.
Va a tratarse adem¨¢s, del aperitivo de un proyecto mucho m¨¢s ambicioso que Scaparro tiene ya en la mente: convertir Villa Adriana en sede permanente de un festival anual de teatro en el que cada verano puedan participar las fuerzas art¨ªsticas m¨¢s creativas de los pueblos que se espejan en el Mediterr¨¢neo.
Encuentros
El joven pintor espa?ol Pedro Cano, nacido en Blanca (Murcia), popular y apreciado en Estados Unidos, donde ¨²ltimamente le prepararon, en el Meadows Museum de Dallas, una exposici¨®n de los bosquejos de sus originales diarios de trabajo y que prepara una importante exposici¨®n de pintura en Roma para este oto?o, ha tenido el privilegio de ser convocado por Scaparro para participar en su genial aventura como escen¨®grafo y como decorador de los trajes de los personajes."Trabajar con Scaparro significa para m¨ª una enorme responsabilidad y satisfacci¨®n a la vez. Porque Scaparro me ha dejado la m¨¢s absoluta libertad de acci¨®n. Con ¨¦l no es necesario a veces ni hablar: basta una mirada suya para intuir lo que est¨¢ sucediendo a nuestro alrededor donde todo se crea a cada instante", comenta Cano.
"No ha sido f¨¢cil decidir el criterio con el que dise?ar el vestuario, porque se trataba de reflejar la Roma del siglo II despu¨¦s de Cristo sin repetir experiencias hollywoodianas o de Ben-Hur. Y puesto que el traje por excelencia lo es ya la arquitectura fant¨¢stica de Villa Adriana, yo me he limitado a estudiar la relaci¨®n de los trajes con el color del lugar. Por ejemplo, a Albertazzi lo vestir¨¦ con los colores del cielo y del agua, y a la cantante Mar¨ªa Carta, con los colores de la tierra, de la madre, es decir, con los colores de Espa?a. Las telas eran todas blancas. Yo las he pintado y te?ido a mi gusto. Es una experiencia nueva para m¨ª, que hab¨ªa trabajado en el teatro s¨®lo otra vez con Scaparro, en la escenograf¨ªa de su obra sobre Galileo en el Teatro de Roma".
La relaci¨®n con Scaparro ernepz¨® como algo casual. "Vivimos ambos a dos pasos, en el centro de Roma. En uno de mis vi ajes desde Nueva York, despu¨¦s que hab¨ªa hecho su magn¨ªfico Quijote, lo par¨¦ por la calle. Empezamos a hablar de Espa?a y de la utop¨ªa encerrada en la obra de Cervantes. Nos entendimos y all¨ª empez¨® todo".
Scaparro suele decir del pintor murciano que lleva en sds venas algo que s¨®lo el genio sabe dar: "La capacidad de saber intuir la sencillez que se encierra en lo sublime".
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