La d¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven no existe, dicen los expertos
La Joven Orquesta interpret¨® en El Escorial la reconstrucci¨®n realizada por Barry Cooper
El estudioso y compositor brit¨¢nico Barry Cooper hizo lo que pudo ayer en los cursos de verano de El Escorial para justificar la reconstrucci¨®n de 14 minutos que ha realizado del primer tiempo de la supuesta D¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven. Dio datos y fechas, se vali¨® de citas, de notas y de un piano. Su aspecto de erudito aportaba a su argumentaci¨®n una apariencia de solidez. Y sin embargo, cuando Cooper hubo terminado comenzaron a o¨ªrse opiniones contrarias: "Flaco favor le hacemos a Beethoven si vamos diciendo por ah¨ª que esto es su d¨¦cima sinfon¨ªa", dijo el compositor Carmelo Bernaola refiri¨¦ndose al trabajo de Cooper, que la Joven Orquesta Nacional de Espa?a (JONDE) present¨® el mi¨¦rcoles en Espa?a.
La opini¨®n resultante de la mesa redonda celebrada ayer fue que la d¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven no existe. Horas antes, en el teatro de El Escorial, la JONDE hab¨ªa interpretado la reconstrucci¨®n de su primer tiempo, realizada por Barry Cooper a partir de unos 350 compases procedentes de cuatro fuentes distintas, de los cuales s¨®lo 250 pertenecen al primer movimiento.La obra reconstruida por Cooper se estren¨® en Gran Breta?a el pasado verano, y en la pol¨¦mica posterior destacaron las opiniones en contra sobre las favorables. Por eso, cuando ayer escuchaba los educados pero en el fondo tronantes reproches de Carmelo Bernaola, del flautista y cr¨ªtico ?lvaro Mar¨ªas y del cr¨ªtico Antonio Iglesias, Barry Cooper pon¨ªa una expresi¨®n como ausente.
"La obra que hemos escuchado a la JONDE es de Cooper, no de Beethoven", comenz¨® diciendo Bernaola. "Los temas dicen poco en una composici¨®n, porque una composici¨®n es un conjunto de relaciones personal e intransferible. Por eso, no nos interesa qu¨¦ hubiera podido ser la d¨¦cima sinfon¨ªa de Bcethoven a partir de algunos temas. S¨ª nos podr¨ªa interesar un libro que aportase conocimientos sobre el proceso creativo de esos temas musicales por parte del compositor. Pero extraer una obra de ellos me parece un trabajo, adem¨¢s de imposible, in¨²til. Eso no es la d¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven. No nos sirve para nada".
?lvaro Mar¨ªas, despu¨¦s de identificarse con lo dicho por Carmelo Bernaola, insisti¨®: "Lo fundamental en una obra es su arquitectura, y lo que conservamos de la d¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven es una larga serie de esbozos de material tem¨¢tico. Eso, no es nada".
Mar¨ªas, en otro momento, se refiri¨® a la necrofilia que existe en nuestro tiempo con respecto a los compositores cl¨¢sicos y a sus obras. Esa mirada malsana al pasado pone en evidencia, en su opini¨®n, un desinter¨¦s evidente y una falta de compromiso de amplios sectores del p¨²blico "hacia la m¨²sica de nuestro tiempo". Mar¨ªas asegur¨® que la obra de Cooper no va a modificar en nada "el panorama perfecto de las nueve sinfon¨ªas", y, al igual que Antonio Iglesias y que Bernaola, calific¨® la reconstrucci¨®n de Cooper como "curiosidad".
Respondiendo a las intervenciones cr¨ªticas de sus colegas Cooper se mostr¨® de acuerdo con ellos en la imposibilidad de recrear lo que hubiese podido construir Beethoven a partir de los esbozos tem¨¢ticos. "Por ello", dijo, "no creo que deba llamarse a mi trabajo D¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven, sino D¨¦cima sinfon¨ªa de Beethoven arreglada y completada por Cooper. Este es el t¨ªtulo que he puesto a la obra y el que debiera haber figurado en el programa".
Dinosaurio musical
Cooper relacion¨® su labor con la de un paleont¨®logo que es capaz de reconstruir un dinosaurio con unos cuantos huesos. De esta manera, el p¨²blico no especialista puede hacerse una idea, a partir de unos pocos elementos, de c¨®mo era el esqueleto del animal.
"Si hubiese escrito s¨®lo un libro sobre la d¨¦cima sinfon¨ªa", dijo, "ir¨ªa dirigido a music¨®logos, no al gran p¨²blico, y lo que he pretendido es dar la oportunidad al p¨²blico de saber c¨®mo hubiese podido sonar esa obra".
Proceso complejo
En su intervenci¨®n previa al debate con otros especialistas, ayer en El Escorial, Barry Cooper intent¨® demostrar que un n¨²mero significativo de apuntes de Beethoven estaban destinados a la d¨¦cima sinfon¨ªa, y trat¨® de justificar los 14 minutos que ha extraido a partir de 350 compases.Las dificultades del proceso las ejemplific¨® Cooper diciendo que en una de las partituras con las que trabaj¨®, correspondiente a una marcha, hab¨ªa apuntes de la novena sinfon¨ªa y fragmentos de la d¨¦cima. Se refiri¨® a la complicada escritura musical beethoveniana: "Generalmente no pon¨ªa t¨ªtulos, o claves, o firmas, y las cabezas de las notas son muchas veces casi irreconocibles".
La reconstrucci¨®n del primer movimiento de la d¨¦cima sinfon¨ªa fue muy compleja, seg¨²n indic¨® Cooper, ya que ning¨²n fragmento era de m¨¢s de 30 compases seguidos. De todas formas, la calidad de los fragmentos fue su principal motivaci¨®n, y el resultado ofrece, seg¨²n Cooper, varias ventajas: "permite al p¨²blico saber lo que ten¨ªa en mente Beethoven; a?ade una nueva obra al repertorio; eval¨²a qu¨¦ proporci¨®n del movimiento escribi¨® realmente; trae nueva luz sobre los fragmentos, y ¨¦stos pueden escucharse en un contexto".
Cooper data las primeras ideas para la d¨¦cima sinfon¨ªa en 1812, aunque los apuntes que ha utilizado son en su mayor¨ªa del per¨ªodo 1822-1825. Dijo que Beethoven no termin¨® la obra porque no se la encargaron. Por la novena hab¨ªa cobrado 500 florines, y, en esos momentos, prefer¨ªa escribir cuartetos, por los que le pagaban 360.
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