Yugoslavia y el horizonte pluripartidista
Una decena de asociaciones pol¨ªticas de oposici¨®n se ha creado en este a?o
Desgarrada por rivalidades ¨¦tnicas, fomentadas y manipuladas por burocracias regionales, Yugoslavia parece incapaz de unirse al fervor democr¨¢tico que invade Europa oriental. Su propio sistema pol¨ªtico -una vez considerado el m¨¢s abierto y el m¨¢s democr¨¢tico entre los pa¨ªses de la familia socialista- se presenta hoy d¨ªa como el obst¨¢culo principal a la democracia. La autogesti¨®n y la descentralizaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica -s¨ªmbolos del modelo yugoslavo- han generado el surgimiento de las poderosas oligarqu¨ªas regionales (¨¦tnicas), que pretenden legitimarse defendiendo los valores ¨¦tnicos y pol¨ªticos particulares de cada zona.
El pa¨ªs balc¨¢nico no posee ninguna instituci¨®n centralizada. El partido, el sindicato, la organizaci¨®n de la juventud y la Alianza Socialista est¨¢n organizados a nivel de la rep¨²blica, unidos s¨®lo por las d¨¦biles estructuras -federales. Cualquier acci¨®n concertada, sea a favor, sea en contra del r¨¦gimen, se muestra sumamente dif¨ªcil de coordinar, ya que las diferencias culturales, econ¨®micas y ¨²ltimamente pol¨ªticas entre una zona y otra impiden la identificaci¨®n de los intereses comunes. Las pasiones nacionalistas condicionan muchas acciones pol¨ªticas, sobre todo en las rep¨²blicas federadas de Serbia y Eslovenia, y ni siquiera las nuevas asociaciones pol¨ªticas opositoras reci¨¦n creadas han podido evadir su determinaci¨®n ¨¦tnica (nacional).
Una decena de asociaciones opositoras se han creado en los primeros seis meses de 198, como la Uni¨®n Democr¨¢tica Eslovena, la Uni¨®n Socialdem¨®crata de Eslovenia, la Uni¨®n Socioliberal Croata y el Movimiento Cristiano-social Esloveno, etc¨¦tera.
Muchas se encuentran en Eslovenia y Croacia y pretenden actuar dentro de los confines de las respectivas rep¨²blicas.
S¨®lo un grupo, la Asociaci¨®n para la Iniciativa Democr¨¢tica Yugoslava (AIDY), fundada en Zagreb (Croacia), se ha proclamado yugoslava y tiene simpatizantes en todo el pa¨ªs. Fue la ¨²nica organizaci¨®n nueva a la que le fue vedado el registro legal.
Los programas pol¨ªticos
Los programas pol¨ªticos de todas las asociaciones resaltan las mismas metas: democracia parlamentaria, pluripartidismo, apertura del espacio democr¨¢tico, econom¨ªa de mercado, Estado de derecho, acercamiento a Europa occidental. Pese a la convergencia de los objetivos, no existe una estrategia sobre c¨®mo alcanzar las metas ni un acuerdo para realizar el proyecto. Dimitrij Rupel, soci¨®logo esloveno, fundador y dirigente de la Uni¨®n Democr¨¢tica Eslovena (UDE), explica que "el espacio pol¨ªtico natural de los eslovenos es Eslovenia", y por tanto, la UDE no tiene intereses en otras partes del pa¨ªs.
El objetivo inmediato de la UDE es contribuir a la formulaci¨®n de la nueva Constituci¨®n eslovena para asegurar mayor soberan¨ªa de esta rep¨²blica noroccidental y luchar por participar en las elecciones parlamentarias regionales, a celebrarse en marzo de 1990. Rupel concibe Yugoslavia como una suma de Estadosnaciones soberanos, algo as¨ª como la CE, y afirma que "tal vez no todas las regiones yugoslavas desean el mismo sistema pol¨ªtico. En algunas partes del pa¨ªs la supremac¨ªa del partido comunista podr¨ªa ser justificada y deseada, pero no en Eslovenia".
Por otra parte, Zarko Puhovski, croata, profesor de filosofia en la universidad dee Zagreb, fundador y dirigente de la Asociaci¨®n para la Iniciativa Democr¨¢tica Yugoslava, cree que la democracia parcial es imposible, pues hay que democratizar todo el pa¨ªs.
Seg¨²n ¨¦l, el nacionalismo esloveno y serbio, donde lo ¨¦tnico se sobrepone a lo individual, representa un obst¨¢culo para la transformaci¨®n democr¨¢tica.Puhovski es poco optimista con respecto al futuro democr¨¢tico yugoslavo. Prev¨¦ la muerte lenta del sistema actual, que podr¨ªa desembocar en una intervenci¨®n de los militares en respuesta a las querellas regionales o en el multipartidismo. Es m¨¢s realista, afirma este hombre de erudici¨®n renacentista, esperar la primera alternativa.
"En Yugoslavia no hay bases sociales para efectuar los cambios pol¨ªticos profundos", subraya Puhovski, pues la gente no se atreve a arriesgar la seguridad a muy bajo nivel en nombre de las libertades democr¨¢ticas". Yugoslavia deber¨ªa volver al pasado, dice Puhovski. "Reconstruir aquella etapa hist¨®rica por la que pas¨® la Europa occielental: desarrollo de la sociedad civil, Estado de derecho, elecciones libres". Es muy importante que la gente vote, resalta Puhovski, "porque s¨®lo as¨ª podr¨¢ adquirir la confianza en la posibilidad de influir en el sistema".Las tareas inmediatas de la AIDY son la elaboraci¨®n de una serie de leyes y de la Constituci¨®n, que servir¨ªan de base para la transformaci¨®n democr¨¢tica. A la pregunta de cu¨¢l es su misi¨®n pol¨ªtica actual, Zarko Puhovski responde sonriendo: "Gr¨ªtar para que alguien oiga".
Oposici¨®n institucionalizada
Nebojsa Popov, soci¨®logo serbio y presidente de la Asociaci¨®n para la Iniciativa Democr¨¢tica Yugoslava en Belgrado, dice que no hay democracia sin una oposici¨®n institucionalizada. La Liga de los Comunistas Yugoslavos, explica Popov, "abandon¨® la clase social como categor¨ªa pol¨ªtica y tom¨® la etnia como sujeto pol¨ªtico principal". "Ahora", contin¨²a, "los l¨ªderes nacionales [l¨¦ase dirigentes regionales] han llegado a la pared, que podr¨¢n romper con los tanques o abandonar su proyecto". A la pregunta de por qu¨¦ no se han formado asociaciones pol¨ªticas opositoras en Serbia, Popov advierte que "justamente la homogeneizaci¨®n ideol¨®gica en torno al martirio del pueblo serbio" provocar¨¢ las primeras reacciones y crear¨¢ la necesidad de organizarse en torno a los programas alternativos. Ninguna de las asociaciones pol¨ªticas opositoras reci¨¦n emergidas tiene una situaci¨®n legal institucionalizada bien definida.
En el partido comunista hay dos corrientes opuestas: una, dirigida por el esloveno Milan Kucan, que aboga por una mayor apertura del sistema, y otra, encabezada por el serbio Slobodan Milosevig, ide¨®logo de un partido fuerte y unido. Ninguna de las dos reconoce, sin embargo, las ventajas del pluripartidismo.
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